Segura de sus objetivos, llena de sueños y metas, así es como Mónica se define a sí misma. La joven emprendedora siempre se ha sentido fascinada por la vida en el exterior, disfrutar de la naturaleza, los paisajes y la paz que brinda conectar con todo aquello. Fue así como inició un proyecto en el que, además de hacer algo diferente todos los días, transmite su pasión por el entorno natural de manera única e inolvidable. Así nació el concepto de Glamping Moonlev.
Para ella, cada día es una oportunidad más para hacer o crear algo nuevo. “La vida está llena de eso”, nos comparte, “oportunidades que, si no aprovechamos, el tiempo nos ganará. Por eso disfruto y agradezco a la vida por todo lo que me da, siempre con la mejor energía. Me encanta hacer que cada día cuente”.
Mónica define el sonido de la naturaleza como, mágico, es por ello que busca que cada uno de sus visitantes aproveche al máximo el tiempo en este impresionante lugar, y se vaya completamente diferente a como llegó. “Quiero que terminen su estadía con una sonrisa y relajados”, comparte; “lo que busco es generar energía positiva en los demás, que vean la vida y disfruten de todas las cosas hermosas que nos ofrece”.
La estética de Glamping Moonlev fue supervisada y coordinada por ella en su totalidad. “Mi color favorito es el negro”, confiesa riendo, “es por eso que está presente en todos los espacios”. También nos comparte que su sitio favorito en todo el lugar es la piscina, la única de cristal en Atlixco, “Cuando diseñamos el proyecto, me imaginé a la gente disfrutando y tomándose fotos en este lugar. Me encanta, porque gracias al equipo todo resultó ser una maravilla”. Y es que, sin lugar a dudas, cada rincón es un spot que querrás mostrar en tu feed.
Pero hacer todo esto no es tarea fácil. Se esfuerza constantemente por mejorar las instalaciones y las actividades del glamping, para que sus visitantes queden más que satisfechos, pues para ella, los huéspedes son su principal motor. Respecto a esto, nos confiesa que emprender un negocio no es tarea fácil; es un proceso en el que se ve involucrada la incertidumbre y la constancia, pero que, si uno demuestra tener fe y actitud, todo es posible. “Al final, todo el esfuerzo de cada segundo, cada desvelada y cada situación a la que nos enfrentamos cobra sentido”, agrega.
Con respecto al proyecto y sus inicios, la emprendedora sostiene que fue una experiencia retadora, pero que cuando se lucha por algo y se persevera, es posible alcanzar más de lo que uno se propone. “He aprendido y crecido mucho durante este proyecto, pero lo más importante: he podido ver y valorar la vida en muchos otros sentidos. Además, el estar al frente me permite disfrutar y compartir con mi familia lo que más amo”, finaliza.