Uno de los elementos más destacados que podemos apreciar durante esta temporada son las piñatas, un símbolo de la cultura mexicana reconocido internacionalmente.
Fue en el año 1586 cuando llegaron a nuestro país cuando el Papa Sixto V autorizó a los frailes agustinos de Acolman de Nezahualcóyotl la celebración de las misas de aguinaldo, actualmente conocidas como posadas.
Durante estas festividades introdujeron la piñata original elaborada con una olla de barro, papel de china de colores que representa los placeres innecesarios.
Además se incorporaron siete picos que simbolizan los pecados capitales por lo que debían de ser destruidos con la ayuda de un palo pero teniendo los ojos vendados pues se hacía alusión a que la fe es ciega.
Cuando por fin lograban quebrarla, caían caramelos y otras golosinas que estaban dentro y que simbolizaba las riquezas del reino de los cielos, dejando una enseñanza de que se podían recibir las recompensas al vencer el pecado con fe y virtud.
En 2015 el Estado de México rompió el Récord Guinness de la piñata más grande sostenida, una creación de 520 metros cúbicos en la que participaron 117 artesanos incluidos electricistas, carpinteros y costureras.
Su peso era de más de 3.7 toneladas y cada uno de sus picos medía 11 metros de largo, mientras que su longitud de forma horizontal era de 32 metros.
Fue soldada con micro alambre y el tiempo en el que tardaron en construirla fue de alrededor de un mes y medio en el que dedicaban las 24 horas para terminarla.
Hace tres años el artista contemporáneo Justin Favela tomó la inspiración de este símbolo tradicional de México para instalar un mural llamado La exposición de piñatas en el Museo de Arte del Centro Nacional de Cultura Hispana.
Esta obra de arte del tamaño de una pared estuvo elaborada con pedazos de papel pegados de manera minuciosa sobre un fondo de cartón, siguiendo la técnica del papel maché.