La pandemia del coronavirus ha obligado a millones de estudiantes y profesores universitarios a recluirse por tiempo indefinido dentro de sus hogares; la escuela ha tenido que trasladarse a una nueva modalidad, las clases virtuales. Esto se ha convertido en un verdadero reto, no solo para los alumnos, sino también para los profesores, quienes no estaban habituados a este sistema educativo.
Hoy en día los profesores han tenido que desarrollar múltiples estrategias de aprendizaje que se adecuen a las necesidades y exigencias que se requieran, evitando que los estudiantes pierdan su grado escolar. Un claro ejemplo es María Antonieta Rosales Mendoza, quien es Licenciada en Comercio Internacional y Maestra en Administración. Desde hace doce años ha impartido clases en la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) Campus Toluca. “Me gusta mucho impartir clases, y la fraternidad que se vive con mis compañeros y alumnos en la escuela, tan es así que desde siempre la he considerado como mi familia EBC”
“Desde el pasado 23 de marzo empezamos a impartir clases en línea , una nueva forma de trabajar, que por supuesto nos tomó por sorpresa. De manera personal me enfrenté a varios retos, para empezar, no contaba con el internet adecuado para impartir clases desde casa, además no era la única integrante de la familia que requería utilizarlo, todos nos conectábamos al mismo tiempo y la conexión se alentaba, fue ahí donde comenzaron los retos constantes.”
Por otro lado la profesora María asegura que el no tener contacto cara a cara con los alumnos se vuelve un reto mayor ya que ella no sabe en realidad si están entendiendo o no lo que se les está explicando, su mayor preocupación es que lleguen a quedar huecos de aprendizaje en áreas importantes.
“No hay nada como enseñar, explicar la materia y en su rostro ver que el tema está entendido. También mantener el contacto humano, cosas básicas que van desde el saludo, dar los buenos días y que me cuenten un poco de sus inquietudes. Hay alumnos muy tímidos que si nosotros como profesores no nos acercamos, ellos no tomarían la iniciativa de hacerlo y mucho menos aclarar cualquier duda. Esa parte con las clases en línea se ha perdido”.
Como docente debes ser creativo y valerte de herramientas tecnológicas que te ayuden a mejorar y complementar las clases, algunas de ellas como Google Drive, Kahoot, Gamification, Youtube, entre otras. “Esta nueva modalidad para nosotros como maestros nos genera mucho más trabajo que el solo impartir clases presenciales, estamos expuestos mucho tiempo a la computadora, lo cual nos genera cansancio, dolor de cabeza e irritación de ojos”.
También es importante mencionar que no todos los alumnos cuentan con las mismas oportunidades económicas y tecnológicas. “Tengo varios alumnos foráneos que no pueden conectarse, o bien, su internet es muy restringido, entonces la interacción con ellos es muy limitado, sin mencionar todas las fallas que conlleva presentar un examen en línea, finalmente los resultados no son los mismos”.
Pero no todo es negativo, también existen ventajas que muchas veces dejamos pasar, como por ejemplo; el tiempo que toma el estar listo es menor, las personas no tienen que desplazarse hasta el trabajo y el arreglo personal es más relajado, sin dejar de estar presentables.
También existe un ahorro de dinero al preparar los alimentos desde casa y podemos aprovechar los tiempos muertos para realizar algún pendiente.
“Veamos esta pandemia como una nueva oportunidad para evolucionar, aprender cosas nuevas, saber utilizar las nuevas herramientas tecnológicas y desarrollar nuevas ventajas competitivas”.
Como consejo, les recomiendo que siempre busquemos mejorar nuestras clases, siempre mantengamos el contacto con cada uno de nuestros alumnos y nunca dejemos los temas por visto. Volvámonos profesores más comprensivos, ya que todos estos elementos nos vuelven docentes más completos, comentó.