Elisa Carrillo, la bailarina mexicana que conquistó Rusia y Alemania

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La originaria de Texcoco es la primera compatriota en la historia del ballet de México en obtener el título de prima ballerina en una de las compañías más importantes del mundo.

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Elisa Carrillo, la bailarina mexicana que conquistó Rusia y Alemania. (Foto: Instagram).

Quien conoce la historia del ballet conoce el nombre de Elisa Carrillo, una bailarina mexicana que ha brillado en el extranjero por sus aptitudes innatas, y aunque hoy es prima ballerina de la Staatsballet de Berlín con múltiples reconocimientos que la han llevado a ser una de las principales representantes de la danza clásica en el mundo, todo inició como una inquietud de niña.

La historia de Elisa en el ballet comienza cuando era niña, a su corta edad ya le gustaba la música y hacer representaciones para su familia. A los cinco años comenzó a bailar en una escuela para sacar toda la energía, mismo caso que sucedió con Alexa Moreno y que la llevó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en ese momento su maestra notó sus cualidades y sugirió a su mamá hacerlo de manera profesional.

En 1989 cuando solo tenía ocho años ingresó a la escuela de Iniciación Artística del Instituto Nacional de Bellas Artes, por su desempeño obtuvo la medalla de oro y una beca para estudiar en The English National Ballet School en Londres en 1994. Cinco años más tarde logra entrar a las filas del cuerpo de baile del Stuttgart Ballet de Alemania, posteriormente en 2007 se integra al Staatsballet de Berlín y finalmente en 2011 fue nombrada prima ballerina.

Pero además de su talento artístico que adquirió con los mejores maestros, su corporalidad fue clave para llevarla al lugar en donde está. Los pies y la forma de las piernas son importantes como también lo es tener cuello y brazos largos, además de una figura estética, ser delgado y una buena estatura. En cuanto al peso, realmente no existe un estándar, sin embargo sí debes cumplir con una complexión delicada. Elisa mide 1.70 y pesa entre 52 y 53 kilos.


“Ser bailarina, en particular prima ballerina, es un trabajo de tiempo completo, con horarios de 10 o más horas de práctica diaria, además de las funciones, los viajes y los proyectos personales”, dijo en una entrevista para el medio La Jornada.

Y es que un día promedio comienza a las 9:30 am con las clases y ensayos, terminando alrededor de las 6:30 pm. Cuando hay función puede terminar a la media noche o después, incluso hay semanas en las que no hay descanso.

Por su destacado labor, Elisa es integrante del Consejo Internacional de Danza de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), además en 2010 fue nombrada Embajadora de la Cultura de México por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y en 2019 recibió el Benois de la Danza que otorga el Ministerio de Cultura de Rusia y que es el mayor reconocimiento de la danza en Rusia. También ha recibido el Premio Dance Open en San Petersburgo, la Medalla Bellas Artes, entre otros.

Además cuenta con una Maestría de Ballet en el Ministerio de Cultura de la República Federal de Alemania y su propia fundación con la que impulsa a futuros bailarines a continuar con sus estudios en la danza clásica.

Actualmente su vida está en Berlín, Alemania donde vive felizmente casa con su esposo, el bailarín ruso Mijail Kaninkin, quien también es primer bailarín en el Staatsballet de Berlín y con quien tiene una hija, Maya.


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