Todos buscamos llevar un estilo de vida saludable, por lo que comer sano es comprensible e incluso conveniente para el buen funcionamiento del organismo porque previene enfermedades. Sin embargo, el problema surge cuando este fin se convierte en una obsesión y nos centramos en una alimentación estricta o severa.
A esto se le conoce como ortorexia nerviosa, un trastorno alimenticio que va en aumento en la población mexicana a raíz de la pandemia por covid-19, debido a esta preocupación obsesiva por comer sano que lleva a situaciones como el aislamiento social y sentimientos de culpabilidad.
“Es un trastorno en incremento. Aunque no hay estadísticas como tal, hemos visto que en este último año (2020-2021) en donde hemos estado en una condición muy diferente a la que regularmente vivíamos; este riesgo constante de sentirnos que nos podemos enfermar, nos ha llevado con mayor interés a una búsqueda en Internet de que debo alimentarme adecuadamente para reducir riesgos de salud y esto al convertirse en una cuestión obsesiva nos está generando estrés y ansiedad”, dijo MSP Dixia Patricia Ramírez Vega, nutrióloga del Centro de Enfermedades Hepáticas, Digestivas y Nutrición del Hospital San José de TecSalud.
Añadió que es un trastorno que afecta más a mujeres que a los hombres, dado a que es más cuidadosa y adquiere esta responsabilidad de la separación de los alimentos, llevándola a revisar minuciosamente los ingredientes, los procesos de cocción, las opciones si es orgánico o no, entre otros factores.
“Creo que por eso el género femenino pudiera estar más involucrado en el desarrollo de este trastorno, por su preocupación. No descarto al hombre, solo que está en menor prevalencia”, dijo la también directora región norte del departamento de Nutrición y Bienestar Integral de la Escuela de Medicina del Tecnológico.
¿Cuáles son las causas de la ortorexia nerviosa? A decir de la especialista Dixia Ramírez, esto va relacionado con un estado “obsesivo y compulsivo, y muchos temores a enfermarnos o algunas otras situaciones”.
¿Cuándo el comer sano se vuelve una obsesión?
1. El síntoma principal que caracteriza este padecimiento es la preocupación excesiva por todo lo que se consume, la calidad del alimento y de las virtudes que ésta pueda tener a la inquietud por placer a comer.
2. Aislamiento social, pues prefieren sacrificar experiencias o convivencias con la familia, amigos y compañeros de trabajo con el fin de evitar consumir alimentos no saludables.
3. Restricciones alimentarias que están llevando al paciente a tener deficiencias nutricionales, pérdida de peso y otros riesgos de salud.
4. Suelen ser tan estrictos que incluso se sienten culpables y ansiosos cuando lo incumplen y se castigan con dietas y ayunos aún más estrictos.
5. Los pacientes invierte un gran número de horas al día planificando y preparando las comidas.
“El diagnóstico lo debe hacer un psiquiatra en donde define este enfoque obsesivo, compulsivo que genera consecuencias emocionales, autocastigo, angustia, deficiencias sociales, psicosociales y fisiológicas”, mencionó la nutrióloga Dixia Patricia Ramírez.
Además de generar estrés económico pues “hay una situación de mercadotecnia donde el acceso a alimentos entre menos procesados, con menos conservadores, nos resulta más costoso”.
¿Cómo puede prevenirse?
La nutrióloga del Centro de Enfermedades Hepáticas, Digestivas y Nutrición del Hospital San José de TecSalud recomienda los siguientes consejos:
Regirse por una comida sana que incluya la cantidad y variedad de alimentos que el organismo necesita para funcionar correctamente
Buscar un profesional de la salud (psicológo o psiquiatra) si tenemos dudas de cómo alimentarnos, de qué sentimos a la hora de comer comida sana (ansiedad, estrés, obsesión, etc.).
Del mismo modo, acudir con un nutriólogo para establecer un menú de acuerdo a las necesidades del cuerpo, ya que básicamente un dieta saludable se basa en “comer frutas y verduras en su mayoría, alimentos ricos en proteína desde las leguminosas, carnes, huevo, lácteos, etc.”
¿En qué consiste el tratamiento?
“Depende del grado de riesgo que ya se encuentra el paciente en cuanto a la salud; es igual el tratamiento que para una persona con anorexia o bulimia, se valora con los profesionales de la salud y se decide si puede llevarse con consultas y valorando cómo se va comportando en casa o en su medio social, o internarse en la clínica para salir de los riesgos físicos y mentales”, finalizó MSP Dixia Patria Ramírez Vega.