Mononucleosis o "la enfermedad del beso" es tan común en otros lugares del mundo, pero en México suele pasar muy desapercibida. Seguramente has escuchado de ella en series de televisión o películas, pero hoy en día conozco muy pocas personas que la hayan experimentado.
Aún así, es un virus que, si bien es más común entre adolescentes, todavía puede afectar a adultos. Y, si no se trata o se diagnostica correctamente, incluso puede causar complicaciones. Y tú, ¿ya lo conocías?
¿Qué es la mononucleosis?
Mono, también conocido como mononucleosis, es una infección súper contagiosa causada con mayor frecuencia por el virus de Epstein-Barr (VEB), aunque otros virus como la hepatitis A, B o C y el VIH también pueden desencadenar la mononucleosis.
Si bien la mononucleosis se ve típicamente en adolescentes y adultos jóvenes, cualquiera puede contraerla; eso se debe a que la mayoría de las personas estarán expuestas al VEB a lo largo de su vida (el virus generalmente se transmite a través de los fluidos corporales), y 1 de cada 4 de esas personas desarrollará mono, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los síntomas de mononucleosis no suelen aparecer hasta 4 o 6 semanas después de haber sido infectado con el virus y aunque el cansancio es el síntoma principal, no es el único. Si notas alguno de los síntomas a continuación, es posible que esté lidiando con mononucleosis y debes consultar a tu médico lo antes posible.
Fatiga
La fatiga es probablemente el síntoma más conocido de la mononucleosis. Básicamente, con con esta enfermedad tu sistema inmunológico está tan ocupado tratando de combatir la infección que tu cuerpo no tiene la energía suficiente para realizar ni siquiera las actividades diarias más simples.
Esa fatiga también tarda mucho en desaparecer: la mayoría de las personas se recuperan de otros síntomas de mononucleosis en aproximadamente un mes, pero según los CDC, la fatiga puede persistir durante semanas o incluso meses después de eso.
Ganglios linfáticos inflamados y sensibles
Los ganglios linfáticos son una parte fundamental de tu sistema inmunológico ya que ayudan a detectar y combatir infecciones, según la Biblioteca Nacional de Medicina, y se inflaman o agrandan cuando estás enferma. Puede sentirlos en el cuello, la ingle o axilas.
Con la mononucleosis, los ganglios linfáticos inflamados serán lo suficientemente grandes como para que puedas verlos sobresalir por los lados del cuello, o incluso en las axilas, según los CDC. También serán sensibles al tacto.
Erupciones en el pecho o en la boca
La mononucleosis puede causar una erupción o varias en la piel, a menudo en el pecho o en la boca. No serán como ampollas o picaduras de insectos, sino simplemente una irritación. Es una respuesta inflamatoria que aparece en la piel como resultado de la lucha del cuerpo contra el virus.
En algunos casos, la mononucleosis puede diagnosticarse erróneamente como una infección bacteriana (en realidad, es una infección viral). Si eso sucede, y tu médico te receta una dosis de antibióticos, esa erupción puede empeorar, y también puede ser un indicador de que es mono lo que tienes. Si bien las erupciones son un efecto secundario potencial de los antibióticos, las personas que tienen infecciones virales como la mono experimentan el efecto secundario eruptivo en un grado mucho mayor, según una investigación publicada en Allergy, Asthma & Clinical Immunology.
Dolor de cabeza y cuerpo que no cesan
Tener dolores de cabeza durante días y días puede ser un síntoma de mononucleosis, según la National Headache Foundation. Estos tienden a ser dolores de cabeza de tipo tensional, que podrían ser causados por el potencial impacto inflamatorio del virus de Epstein-Barr en el cerebro y el sistema nervioso, según los CDC. Cuando tienes fiebre y estás luchando contra una enfermedad, tu cerebro no obtiene el mismo nivel de hidratación o suministro de combustible, y los dolores de cabeza son una señal de ese factor estresante en el cuerpo.
Los dolores corporales también entran en juego ya que todo el cuerpo intenta combatir la infección. Si tienes un dolor de cabeza desagradable (y / o dolores corporales) que no desaparecen en uno o dos días, no está de más llamar a tu médico.
Fiebre leve
La mononucleosis no suele provocar un aumento importante de la temperatura, pero las fiebres leves son comunes con la mononucleosis. Tu cuerpo usa la fiebre como una forma de ayudar a combatir las infecciones; las temperaturas más altas activan compuestos antivirales en la sangre.
La fiebre también significa que estás en la etapa más contagiosa de la mononucleosis, así que ten cuidado de no toser.
Vientre inflamado
La mononucleosis puede hacer que el bazo y el hígado se hinchen o tengan inflamación ya que estos órganos pueden estar trabajando horas extras para combatir la mononucleosis. Dado que la infección hace que tu cuerpo produzca una tonelada de glóbulos blancos, tu bazo, que ayuda a filtrarlos mientras luchan contra la infección, puede verse especialmente afectado.
También tendrás que proteger tu pancita del contacto durante la mononucleosis. Y cuidado, un golpe en el abdomen podría provocar la ruptura del bazo o del hígado.
También es posible que el bazo o el hígado permanezcan agrandados incluso después de que dejes de sentir esa familiar fatiga monofásica, así que toma las cosas con calma, incluso cuando te sientas mejor.
Ardor de garganta
No todo el mundo experimenta dolor de garganta e inflamación de las amígdalas con mononucleosis, pero son síntomas de mononucleosis, aunque menos comunes que, en combinación con otros síntoma, pueden ayudar a tu médico a identificar lo que tienes.
Las amígdalas son en realidad un tipo de ganglio linfático y, a medida que trabajan para mover los glóbulos blancos y combatir las infecciones, se hinchan. Además, cuando los adultos contraen mononucleosis, tienden a tener más síntomas de garganta que cuando la padecen las personas más jóvenes.
¿Alguna vez te ha dado?