Así es como el perro cambia la vida de un niño con autismo

Wellness

A medida que el animalito genera confianza frente al niño, es capaz de enseñarle a cruzar la calle y atender a situaciones que antes no percibía

COMPARTE ESTA NOTA
Los perros además de llenarnos de felicidad, ven mucho más allá de lo que nosotros percibimos (Foto: Getty Images).

El autismo es una discapacidad del desarrollo neurobiológico que afecta la forma en que los niños se comunican e interactúan con el mundo. Se estima que en México, uno de cada 115 niños ha sido diagnosticado con este trastorno.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno del espectro autista (TEA) comienza en la infancia y tiende a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta, manifestando síntomas como un marcado retraso en el lenguaje y en la interacción social.

Además, no mantiene contacto visual ni responde a otras expresiones faciales, es incapaz de hacer amigos, no responde cuando lo llaman por su nombre pero sí a otros sonidos, se mece, da vueltas, se balancea, se tuerce los dedos, camina en la punta de los dedos de los pies durante largo tiempo, aletea las manos y se obsesiona con algunas actividades inusuales.

Esta afección no tiene cura, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los signos relacionados con el autismo. Y no sólo eso, evidencias científicas han indicado que tener un perro de compañía mejora su calidad de vida.


En el marco del Día Mundial del Autismo, Esther Charles, médico veterinario para Cesar® en Mars Pet Nutrition México, mencionó que la terapia con perros de asistencia tiene como finalidad estimular al niño, ayudarlo a integrarse a la sociedad para desarrollar carácter y posición en el medio en que se encuentre. 

También cumplen un propósito educativo, ya que enseñará al niño a desenvolverse, al mismo tiempo que lo motiva y refuerza su conducta.

“Los perros destinados para esta noble función, requiere una valoración especial previo a ser perros de terapia; es importante que el animalito destinado sea dócil, amistoso y por otro lado tenaz para orientar al niño.

“A medida que el perro genera confianza frente al niño, gracias a la convivencia diaria, es capaz de enseñarle conductas como cruzar la calle y atender a situaciones que antes no percibía. Para que un perro se encuentre en óptimas condiciones, debe mantenerse fuerte y sano; alimentarlos con productos altos en nutrientes y ricos, los mantendrá alerta para desarrollar sus funciones”, dijo la Dra. Esther Charles.




¿Cuáles son los beneficios de esta convivencia?

1. Tolerancia a la frustración

La Dra. Esther Charles aseguró que el perro servirá de apoyo para que los niños no escapen ante una situación incómoda. El autismo puede provocar irritabilidad cuando algo inesperado sucede; gracias a la presencia del animalito de compañía se transmite seguridad y menor frustración.

2. Minimiza comportamientos de evitación

En ocasiones alarmantes los niños con autismo, tienen tendencias a evitarlas, esconderse y no enfrentarse o con frecuencia buscar escapar sin medir riesgos. Sin embargo, cuando el pequeño quiera huir no podrá hacerlo porque el perro estará atado a su cintura, lo que lo obstaculizará y podrá ayudarlo a lidiar con la situación.

3. Conductas sociales positivas

Los niños autistas suelen tener mayor dificultad para relacionarse de forma tradicional, la presencia de un perro mejora gradualmente su respuesta ante los demás logrando un mayor acercamiento y empatía con quienes le rodean; al mismo tiempo ayudan a mejorar sus habilidades sociales, aumenta su atención, comunicación y concentración.

4. Mayor contacto

Mientras los días pasan la convivencia se fortalece y el intercambio entre perro y niño es más frecuente. Se podrá observar mayor tendencia del niño acariciando al perrito o mirándolo directamente.

5. Menores conductas estereotipadas

En los niños autistas algunos estímulos como el ruido o las luces son complicados de regular por lo que es frecuente verlos recurrir a estereotipias que regulen esa desintegración sensorial, sin embargo, los perros aportarán significativamente a la reducción de estos comportamientos al ofrecer otra alternativa sensorial que reemplace la conducta repetitiva, beneficiando en muchas ocasiones a los pequeños para tener una vida con mayor control.

6. Grandes cambios

Un perro de asistencia en la vida de los niños autistas puede mejorar el sueño, disminuir la ansiedad y el estrés. La interacción simple como cepillar al perro o acariciarlo, puede reducir los niveles de cortisol en sangre, por lo que favorecer estos aspectos suele aminorar los comportamientos disruptivos. 

A medida que la confianza aumenta entre ambos, el entrenamiento del perro puede llegar a enseñarles también cómo cruzar la calle o de qué lado de la banqueta debe permanecer.




Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.