Por algo pasan las cosas. Liz cree que la cuarentena es un muy buen momento para buscar inspiración. “Que no decaiga el ánimo; surgen muchas emociones, pero una novia es más feliz cuando está convencida del concepto”, dice.
Landois aconseja dejar de preocuparse y utilizar la mente para pensar y crear; al fin, las bodas se tienen que reactivar algún día. “Tengo mucha fe en la industria de bodas en México, creo que vamos a poder sobrellevar esta etapa; las fiestas, para los mexicanos son icónicas, lo traemos en la sangre”, agrega.
Ella sabe de lo que habla. Hace dos años fue la novia. “Mi profesión es el diseño y tengo una especialidad en creatividad. Cuando empecé todo el proceso de la boda, me di cuenta de que no había un método; había una forma muy desordenada de crear para un evento al que se le invierte bastante dinero”, cuenta.
No podía pasarle lo mismo a todas. Después de su experiencia, Liz desarrolló un manual para el diseño de bodas: The White Book, guía que materializa en charlas y talleres. “Se me hizo muy cómodo asistir a los workshops, ahí les daba pláticas a las novias y empecé a hacer citas con ellas para que empezáramos a trabajar en la idea, el estilo y la paleta de colores”.
En el taller, las novias revelan toda su creatividad, con lluvia de ideas y retroalimentación, en un espacio en el que no se habla de dinero o de tiempo, sino de diseño y creatividad. “Considero que cuando tienes mucha inspiración, es mucho más fácil que corran las ideas”, comenta.
The White Book es un manual, elaborado con una metodología de diseño, que busca facilitar la conceptualización y que define color, inspiración, creatividad, texturas, diseño de interiores y de modas. Cada novia tiene su propio manual, ellas mismas lo elaboran con la ayuda de Liz.
“Como su coach, me van mandando sus ideas y las vamos hilando para que tengan una estructura. Las novias tienen muchísima inspiración, pero a veces no se definen. Es muy difícil, porque en una expo ven una cosa, en Pinterest otra y al final no crean un estilo, no consiguen a los proveedores adecuados”, explica.
No existe la boda perfecta, siempre algo va a fallar, pero al final lo bueno y lo bonito triunfa. “Para mí, lo más importante es que (la boda) tenga el estilo y la esencia de la pareja, y que le busquen un diseño original, auténtico. Las bodas que emocionan son las que se quedan en el recuerdo de los invitados”, finalizó.
“Realmente creo que hay muchas posibilidades de hacer eventos con mayor creatividad y mejor gusto”.
THE WHITE BOOK DIGITAL
A través de su estudio L’amore, Liz trabaja en un taller en línea, con el que pueda llegar a más novias, aún en otras partes del mundo.
TIP: Se vale combinar estilos en la boda, pero sin brincar de uno a otro de forma radical.