El 8 de marzo es una fecha que simboliza lucha, resistencia y visibilidad para las mujeres en todo el mundo. En este contexto, surgen voces como la de Sofía Canto, una joven activista y estudiante de Psicología que ha dedicado su vida a acompañar y apoyar a mujeres víctimas de violencia.
Desde su infancia, Sofía ha sido testigo de las injusticias que enfrentan las mujeres en México, lo que la llevó a involucrarse en el activismo feminista. Su compromiso no solo se refleja en su trabajo dentro de diversos colectivos, sino también en su búsqueda constante de herramientas para brindar apoyo psicológico y legal a quienes lo necesitan.
El activismo como forma de vida
Sofía forma parte de Mujeres Unidas Puebla, un colectivo que ofrece redes de apoyo psicológicas, legales y de salud a mujeres en situación de violencia. Además, colabora con No Es Una Somos Todas, una iniciativa a nivel nacional que asesora y acompaña a víctimas de violencia de género.
Al mismo tiempo forma parte de Comadres del Planeta, un colectivo ambientalista que nace en el 2021 con el fin de exigir políticas públicas que garanticen el derecho al acceso de un ambiente sano para todas las personas.
Su labor va más allá de la denuncia. Participa en campañas de sensibilización social, impulsa políticas públicas con perspectiva de género, acompaña a las madres buscadoras y trabaja en la creación de espacios seguros para mujeres y niñas.
Del miedo a la acción
Sofía reconoce que uno de sus mayores temores es no lograr el impacto que desea. “La impunidad y la indiferencia son obstáculos constantes, pero estos miedos no me paralizan; me impulsan a seguir luchando”, afirma.
Su activismo tomó mayor fuerza al conocer el caso de Ana Saldaña, una mujer atacada con ácido hace siete años y que aún espera justicia. Esta historia la marcó profundamente y la motivó a brindar apoyo y visibilizar la violencia de género.
Un llamado a la sororidad
Para Sofía, trascender significa dejar una huella en la vida de otras mujeres, ofreciendo apoyo y esperanza. Su mensaje es claro: “No tengan miedo de alzar la voz. Juntas somos más fuertes”.
En un país donde la violencia contra las mujeres sigue cobrando vidas, su lucha es un recordatorio de que el cambio es posible cuando se construyen redes de apoyo y solidaridad. “Estamos hartas de la impunidad y de la violencia que azota nuestro país, pero seguimos firmes en nuestra lucha por un futuro donde todas podamos vivir libres y seguras”, concluye.