Paty Aguirre, la stylist que es real de pies a cabeza

Sociedad Puebla

La stylist ha trabajado con diferentes personalidades; entrevistado a creativos y guiado a todos aquellos que recurren a ella, pero lo más importante, es una mujer que ha aprendido a amarse y aceptarse.

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La stylist cree que la ropa funge como un instrumento para mostrar nuestro lado más auténtico. (Fotos: Vladimir Zayas)

Fue hace más de tres años que conocimos a Paty, cuando llegó a colaborar en algunos shootings para CHIC Magazine. En ese entonces lo que sabíamos de ella era poco. Se fue a vivir a la Ciudad de México en busca de nuevas experiencias y proyectos; ahí conoció a mucha gente y nosotros aplaudíamos desde lejos sus publicaciones en redes sociales. Hoy está de vuelta con muchas anécdotas y aprendizaje profesional y personal.

En esta nueva etapa de su vida, le interesa mostrarse más honesta, empatizar con las personas y ser auténtica. Además, nos contó algo muy personal, pues se nota que está lista para abrirse al mundo y quitarse los miedos de encima.


Conocemos un poco de ti por las redes sociales, pero eso solo es una parte, cuéntanos más sobre ti 

Parece ser que la mitad de la historia está en Instagram y la otra mitad es lo que no subimos. Trato de ser la misma persona en ambas partes; aunque hay cosas que me guardo para mí, trato de interactuar con las personas, estar en contacto con ellas y sobre todo, con mi familia. Soy una persona a la que le encanta estar con la familia y para quien el valor de la amistad es muy grande.

Por otro lado, me encanta la soledad y tener estos momentos de paz –situación que a muchas personas les hace ruido– . A veces necesito estar en mi cuarto encerrada y tener un momento de claridad para poder seguir; hacer algo que me ayude a liberarme como leer un libro y escuchar música. 

También soy una persona a la que le gusta escuchar y entender el valor de la historia que cada persona cuenta, por muy simple que sea, le doy la importancia necesaria a ese momento. Y, de la mano, me gusta aconsejar; valoro mucho cuando me piden algún consejo. Soy muy noble, pero también tengo un gran carácter y, otras veces, soy tan sensible que sí logro empatizar con los demás.

Trato de ponerme metas constantes para estar en movimiento, y en el camino me detengo en algunas ocasiones para regresar a mí misma. Siempre trato de ser la mejor versión de mí y que esta se refleje en las personas que me rodean.


¿De qué manera manejas la empatía para que no te afecte? 

Antes me afectaba demasiado. En el confinamiento muchas personas fueron a buscarme, tocaban a mi puerta casi diario para pedir comida, y por más que yo quisiera, no podía apoyar del todo y a todos. Al final entendí que cada quien tiene una historia; –por algo esa persona está donde está– y que viene a enseñarme algo; pero trato de no involucrarme tanto al grado de que me afecte. Siento que pongo una barrera divisoria donde sé que existen mis límites para poder ayudar.

En tu cuenta de Instagram publicas las cosas buenas y no tan buenas de tu vida, ¿Cómo decidiste mostrar esta parte vulnerable de ti? 

Es algo que trato de hacer, porque antes, con mi entorno y contexto, las historias que me contaba solo tenían que ver con las cosas materiales. Cuando comencé a tener este encuentro introspectivo, me di cuenta de que el valor también estaba en ser auténtico, en muchas cosas que había dentro de mí pero no quería ver por el hecho de aparentar. Es más fácil empatizar siendo honestos. Hay muchas personas que están igual que yo y no lo cuentan porque es muy difícil porque te sientes vulnerable.

Yo aprendí alimentando mi seguridad, alimentando esta persona que soy por dentro. No lo que es Paty en las fotos. Muchos queremos mostrar la perfección en Intagram y no es así. Me gusta contar mi historia de adentro hacia afuera, y lo más real posible, de esta forma habrá más gente con quien conecte; hay días buenos y días malos, pero no todo tiene que ser color de rosa. Así es la vida.

¿Qué es lo que más disfrutas de la imagen y la moda? 

Me encanta interactuar con personas pero, sobre todo, darles este empujón con la ropa que funge como instrumento. Cuando tenía cursos, interactuaba con ciertas personas de distintos cuerpos y siluetas. Abrió mi panorama de que cada persona es un universo.

Conozco el área editorial y a un gran equipo que se desarrolla desde diferentes profesiones que los hace exponerse frente a las cámaras. Así que siento que formo parte de dos mundos, tanto de quienes están frente a la cámara, como de quienes no. Esto me ha permitido abrir un abanico de universos bien bonito que me ha ayudado a darles ese empujón a través de la imagen, y me encanta.


El diseño de imagen lo aplicas con las personas, pero ¿cómo te sientes  cuando lo haces contigo?

Es algo bien bonito porque si hubiera aplicado lo que ahora hago en el trabajo, en mí, entonces sería distinto. Me gusta poner las herramientas que conozco al servicio de los demás, es como si yo fuera el instrumento y de ahí veo qué funciona y qué puedo aportar.

¿Cómo fue tu experiencia como stylist en revistas de moda nacionales? 

Fue un trabajo que me permitió ver y abrirme en un mundo detrás de cámaras. Conocí a varios artistas, cantantes, actores y actrices, así como marcas internacionales y a las personas que están detrás de estas marcas, como los creadores de las mismas, los R.P., hasta personas de mensajería. Tuve que aprender a desenvolverme en cada ámbito, podía estar toda la mañana en shoots, moviendo cajas, manejando de un lado a otro, y por la tarde ir a un evento, así que me cambiaba, me ponía tacones y llegaba corriendo. Era poder hacer todos tus deberes y poder transformarte de acuerdo con el ámbito.

Viajé mucho, entrevisté a varias personas, conocí compañeros que son increíbles y fueron un gran apoyo. Hay mucha gente trabajando detrás de una revista, y la mayoría son todólogos.

“Cuando comencé a tener este encuentro introspectivo, me di cuenta de que el valor también estaba en ser auténtico”.

¿Cuál es el mayor reto al que te enfrentaste en el mundo editorial? 

En la revista tuve que aprender a desenvolverme con mucha seguridad y capacidad, ya sea en un evento o para entrevistar a una nominada al premio Oscar, y entender que no hay segundas oportunidades. Así que trabajé mi seguridad interna, no solo mi persona física, sino también la parte de mis capacidades y habilidades. Además, vivir en la Ciudad de México es un caos, no hay calma, así que debes aprender a tener un balance en todo: en lo que comes y en tu ritmo de vida. Además, por un problema de salud mental, no podía manejar, pero mi trabajo pedía que lo hiciera casi todos los días, no solo para ir a la oficina, sino que también tenía que pasar por prendas a los showrooms, shootings y eventos, así que tuve que ir a terapia. Algo tan simple para muchas personas, fue un gran trabajo para mí. Antes yo era como Toreto, pero después de un acontecimiento, no podía mentalmente estar frente a un volante.

¿Te gustaría compartir el suceso que te impidió manejar durante seis años? 

Recientemente di dos conferencias y decidí compartir esta experiencia pensando en que el mensaje podría ser recibido por alguien que lo necesitara. Tuve un intento de secuestro, una situación que fue muy fuerte para mí, pues sucedió mientras iba manejando. Desde entonces empecé a tener comportamientos de depresión, ansiedad y delirios de persecución. Tal fue la consecuencia, que no podía salir de casa, mucho menos estar frente al volante. Esta situación cambió mi chip y todo el panorama. Fue cuando comencé a buscar ayuda.

Ahora que te regresaste a Puebla, ¿En qué te encuentras trabajando?

Comencé a desarrollar el proyecto de Hacer Espacio; es mi nueva empresa y la idea nació cuando me mudé a Ciudad de México hace casi tres años, cuando desocupé mi departamento en la ciudad para poder rentarlo, y me di cuenta de que acumulé muchas cosas a lo largo de los años, para que te des una idea, tenía tres clósets llenos de ropa. Me abrumó tanto el pensar que solo el noventa por ciento de las cosas no las usaba ni les daba el valor que tenían. Muchas de esas prendas llegaron por compras compulsivas o porque estaban de moda en el momento. Así que en el confinamiento pensé en hacer algo con todo esto: hice mi página personal y primero me encargué de sacar mis prendas, luego empecé a limpiar clósets de otras personas, así fue creciendo poco a poco, y he notado que hay varias personas a las que les gusta y les es muy útil.


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