“Nosotros realmente empezamos a hablar por Instagram en octubre del año pasado. Ella me agregó a mí, yo vi una historia de ella y reaccioné porque pensé: ¡Qué chava tan guapa! Me gustó. A ver qué pasa. Lo único que recibí fue un corazón como respuesta”, recuerda Ricardo su primera interacción con Paola.
Unos días después, él subió una foto con un amigo en común con Pao; ahora fue ella la que reaccionó a su historia, y desde ese momento, comenzaron a hablar todos los días, todo el día. Paola no estaba en Pachuca, pasaría unos meses en Cancún, pero eso no fue impedimento para que la conexión entre ellos se diera de inmediato. “Cuando platicábamos, parecía que nos conocíamos de hace años. Nos mandábamos fotos de lo que hacíamos y nos fuimos desenvolviendo de una forma muy padre. Nuestro amor no fue a primera vista, fue a primer texto”, asegura Richi.
Un día, de la nada, Paola le propuso que fuera a visitarla a Cancún para conocerse y pasar allá unos días juntos, pero él no podía, por cuestiones de trabajo tenía que ir a Miami. A él se le ocurrió invitarla a su viaje y ella aceptó. “Ya tenía su pase de abordar. Pao llegaba a la Ciudad de México para de ahí irnos, pero hubo un cambio de planes”, comenta Ricardo. Un amigo se casaba en Cuernavaca, irían a la boda juntos y un día después, volarían a Miami.
Quedaron de encontrarse en el aeropuerto de la Ciudad de México. “Me acuerdo que nos mandamos fotos para ubicarnos porque nunca nos habíamos visto. Estaba muy nervioso y entre mí sí pensé: Pues si no está tan bonita como en las fotos, por lo menos me la voy a pasar bien y nos vamos a divertir”, bromea Richi. Pao también estaba muy nerviosa por el encuentro. Pensó que, en lo que bajaba del avión y recogía su maleta, podría relajarse un poco, pero para su mala o buena suerte, su maleta fue la primera en salir…
“Yo estaba esperando y no la veía, me puse a buscarla. Ella me llama para decirme más o menos por dónde estaba; de repente la veo, cuelgo y me le acerco. Nos dimos un abrazo como si no nos hubiéramos visto en muchísimo tiempo, cuando ni siquiera nos conocíamos. Fue un abrazo muy cálido, muy bonito y amoroso. Fue un abrazo perfecto”, detalla él.
La noche de la boda solo durmieron tres horas, a las seis de la mañana salía su vuelo a Miami. Allá estuvieron cuatro días conviviendo con otros amigos; fueron de compras, de antro, lograron conocerse mucho mejor. “Siento que en ese viaje ganamos un año de conocernos. Generalmente cuando conoces a alguien, las primeras citas son al cine, a cenar o a tomar un café. Nosotros estuvimos cinco días sin despegarnos, ganamos mucho tiempo. La química nunca se fue ni se ha ido, y espero que así sea siempre”, confiesa Ricardo.
Justo en la semana que regresó a Cancún, Pao terminó su curso de buceo y los contratos de la casa y el auto que rentaba llegaron a su fin. “Hablé con mi papá y me aconsejó que me regresara. Solo fui a Cancún por cuatro días más, a dejar todo en orden, y regresé a Pachuca dos semanas antes de lo planeado”, narra. Una vez de vuelta en Pachuca se reencontró con Richi, y desde ese momento son inseparables.
"Con él todo es diferente, siento cosas que nunca había sentido”. (Paola)
"Desde el primer momento nos gustamos e hicimos una conexión muy bonita, de esas que no se vuelven a dar en la vida”. (Ricardo)
Paola: Richi es una persona divertida, inteligente, tiene conversación para todo. Me cuida y me gusta cómo me siento cuando estoy con él, porque me siento protegida. Me gusta sentir que le importa lo que yo piense, y además, siempre se da cuenta de lo que me pasa; él me conoce muy bien desde el primer día, él sabe cuándo estoy enojada, triste o algo pasa. Siento que se preocupa por mí y valora lo que yo hago por él. Cuando tenemos un problema no nos estancamos, lo hablamos y aclaramos las cosas en el momento. Obviamente el físico es un plus, pero yo me enamoré de él desde antes de conocerlo.
Ricardo: Si tuviera que resumir todo lo que me gusta de Pao sería su energía y su alegría, es algo que me encanta. Ella es muy activa, no le gusta estar sin hacer nada. Me encanta que me procura; para mí, ella es la mejor compañera en todo. Es mi apoyo, mi soporte, me siento respaldado y amado. Siento que puedo ser yo con ella, sin fingir nada. Es buena persona, humilde, amable, tiene muy bonitos sentimientos y es muy apegada a su familia, ¡eso me encanta! Si me piden decir una cosa que me guste de ella no podría decirlo, si me piden que les diga todo, no voy a terminar…