Paloma Megias es nuestra inspiración en el mes rosa

Sociedad Puebla

En 2016 Paloma Megías compartió con nosotros sus experiencias durante su tratamiento en contra del cáncer de mama, seis años después nos habla de su verdad en estado de remisión y las fortalezas que obtuvo y desarrolló durante este tiempo.

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Paloma se ha realizado 50 estudios durante su remisión. (Fotos: Manuel Salgado)

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esde hace siete años, Paloma Megías atraviesa por un proceso ininterrumpido de remisión de cáncer de mama. Semestralmente asiste a pruebas de imágenes, laboratorios y terapia hormonal. Confirma lo desgastante que resulta todo esto, así como lo terrible que es el esperar por los resultados de los mismos. “Es un miedo que nunca se va”, asegura, “pero a su vez me sorprende la capacidad de salir adelante y ver cómo he cambiado, mejorado. En verdad son cosas que no me esperaba, pero me muestran lo fuerte que soy día tras día”.

El estado de remisión sucede cuando los síntomas y signos del cáncer disminuyen o desaparecen del cuerpo del paciente. Por tal motivo es muy importante acudir a revisión con un médico oncólogo para prevenir una posible reaparición de la enfermedad. “Es básico el cuidarse y checar nuestra salud, alimentación y bienestar general”, comparte Paloma. “Nunca bajar la guardia y estar atentas a cualquier cambio, malestar o dolor”.

El cáncer de mama es una enfermedad que se desarrolla en las glándulas mamarias, ocurre cuando las células crecen y se multiplican descontroladamente, llegando a formar un tumor en la mama. Paloma comenta que lo más complicado de esto ha sido enfrentarse a un diagnóstico de cáncer, porque este es el que la ha acompañado durante todo su proceso. 

“No es una enfermedad contra la que lucho”, sostiene, “sino con la que convivo. Yo lo veo de esta manera: ‘Esto fue lo que me tocó vivir y por eso es que debo seguir adelante’. No estoy dada de alta, sigo en remisión, pero por eso me mantengo alerta constantemente; no me puedo librar de ir a ver a mi médicos oncólogos”.


Al preguntarle cuáles son las cosas que la motivan a seguir adelante, asegura que el vivir es su principal motor. “Me gusta mi vida”, declara decididamente y sin rodeos. “Es por eso que quiero seguir viendo a mis hijos realizarse, conocer lugares, viajar”.

A partir de su experiencia Paloma se ha dado a la tarea de acompañar a mujeres que atraviesan por el mismo proceso que ella con el fin de que no se sientan solas. Comparte tips y consejos que le sirvieron durante su tratamiento, pero lo más importante, les brinda esperanza y empatía. 

Anterior a la pandemia, Paloma llevaba un grupo de apoyo para pa-cientes y familiares, pero este tuvo que suspenderse por la contingencia sanitaria. Actualmente brinda acompañamiento individual y también colabora con la Fundación Bella, la cual ofrece información y apoyo a pacientes con cáncer de mama.

Sobre sí misma, Paloma nos comparte que además de ser ama de casa también se dedica a administrar bienes raíces. Disfruta el leer, la buena comida, salir con sus amigas, tomar el sol y cuidarse en todos los sentidos, ya sea físico o emocional. “Me gusta mucho estar en mi casa”, agrega, “leyendo, en mi jardín, rodeada de mis plantas –que también me fascinan–. Esos son mis momentos de relajación”.

Antes del cáncer, Paloma admite haber sido una mujer muy acelerada, mamá y trabajadora a tiempo completo. No se daba tiempo de disfrutar lo que se le presentaba todos los días. Ahora se detiene a contemplar y apreciar aquello que la rodea. 

“Al vivir con cáncer dejas a un lado las quejas”, añade. “Vas madurando y aprendes cosas que antes hubiera sido difícil comprender. Puedo decir que me encantan los días con sol, pero también cuando está nublado o hay lluvia, porque es cuando todo se ve más verde. Cuando la vida te da una sacudida como la que me dio a mí entiendes todo y valoras cada instante que pasa”.



Respecto a su estado de ánimo, no ha vivido una crisis de depresión durante su proceso, pero sí ha atravesado momentos difíciles. “Jamás he estado contenida. Al igual que todos hay días buenos y malos”, dice Paloma. “Desde hace siete años también atravieso por la menopausia, ya que no tengo ovarios ni matriz. A esto hay que sumarle que me encuentro en un tratamiento de bloqueo hormonal para no producir estrógenos. Necesito estar bien, en paz conmigo misma y con quienes me rodean”.

Para alcanzar este bienestar físico y emocional Paloma gusta de involucrarse en proyectos y tomar cursos de logoterapia, tanatología, constelaciones familiares, etc. “Todo lo que sea para estar bien conmigo”, menciona, “El aprender y adquirir más información también son cosas que me motivan constantemente”.


Paloma invita a las demás mujeres a estar alerta en lo que se refiere al cáncer de mama; que les sea posible prevenirlo, diagnosticarlo y tratarlo a tiempo. Con base en lo que ha vivido, está segura de que en Puebla se cuenta con excelentes médicos especialistas en oncología, lo cual hace que sea posible llevar el tratamiento en la ciudad sin tener que desplazarse a otro lugar.

“Mi consejo para las mujeres que han sido diagnosticadas recientemente con cáncer de mama es que mientras estén respirando hay vida”, afirma Paloma. “Tienen que ir con todo y enfrentarse a las adversidades. Nadie nos dijo que todo era fácil, aquí hablamos de un cáncer, pero en la vida hay muchas dificultades y lo único que nos queda es salir adelante”.

Respecto a su futuro, Paloma busca seguir conociendo lugares, ver a sus hijos realizados y estar libre de cáncer. “Tengo 22 años de casada, así que también me veo compartiendo mi vida junto a mi esposo.

Cuando tienes cáncer hay momentos en los que es imposible no detenerse cuando el mundo sigue su curso, pero al liberarte un poco del tratamiento aprovechas al máximo los instantes de la vida y comienzas a verla de una manera diferente. Esa es la realidad detrás de la enfermedad”, finaliza.

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  • Víctor T. Ustaran