Natalia Ibáñez es una food lover, joven, curiosa, apasionada y muy sensitiva que ha conquistado el corazón de todos aquellos que buscan nuevas experiencias y sabores al momento de comer. Su cuenta de Instagram a alcanzado los 11,4K de seguidores, mientras que en TikTok cuenta con 104K de seguidores. Y es que no podemos evitar seguir sus recomendaciones, tutoriales y videos de los mejores spots para deleitarnos con la gastronomía. Aunque Natalia radica en la ciudad de Puebla y cuenta con muchas recomendaciones de la misma, también visita, de manera constante, Ciudad de México y Oaxaca. Por si fuera poco, también ha visitado Houston, Boston, Miami, Perú, entre muchos otros países con el objetivo de ampliar la cultura gastronómica.
¿Cuándo comenzó tu amor por la comida?
Antes que el amor por la comida, comenzó como amor por los restaurantes. Se podría decir que es cultura familiar, ha pasado de mis abuelos a mis papás, y ahora de ellos conmigo y mis hermanas. Se nos inculcó salir y probar diferentes platillos, disfrutar de la decoración del lugar y del servicio. Claramente, entra el tema de la comida, pero es todo el contexto al que le damos importancia, más que solo al hecho de ir a comer. También cuestionamos y ponemos atención a ciertos detalles.
¿Cómo nació la idea de crear a punto de comer?
Fue algo bastante espontáneo. Ya era parte de mi estilo de vida salir a restaurantes y, por alguna razón, la gente me pedía recomendaciones. Estaba en la secundaria cuando mis amigos comenzaban a pedir sugerencias, y un día se le ocurrió a mi hermana abrir un perfil de Instagram donde subiera fotos de lo que comía y en dónde; para entonces no había nada de marcas e influencers, solo era entre amigos con fotos muy casuales. De esta manera se queda la información en el perfil y la pueden consultar cuando necesiten. Poco a poco fue creciendo.
¿Qué tomas en cuenta para recomendar un restaurante?
Me gusta pensar en los restaurantes como algo integral, algo que influye en todos los sentidos de tu cuerpo, no solo en que la comida sea rica, sino que indago más: desde que hago la reservación, cómo te contestan, cómo te atienden cuando llegas, la atmósfera y energía del espacio y las personas que te atienden, la presentación del platillo, calidad y, sobre todo, que no estés pagando de más, sino que el precio sea justo en relación con todo lo que ofrecen. Me gusta pensar más en los restaurantes que están haciendo algo por mejorar las condiciones laborales y donde pueda disfrutar de todo el concepto y no solo de lo que sirven en un plato.
¿Qué es lo más raro que has comido?
Yo creo que medusa. No sabía feo pero tenía una textura gelatinosa, firme, húmeda, muy extraño. Aun así, volvería a comerla.
¿Te ha tocado una mala experiencia?
Pocas veces. Tengo bastante suerte, pero sí me han tocado experiencias de platillos mal preparados, mal servicio o falta de atenciones por parte de los meseros. Depende mucho también el tipo de restaurante, no le voy a exigir lo mismo a uno de alta gama, que a otro más sencillo.
¿Cuál ha sido el aprendizaje más grande que has tenido?
Mantenerme fiel a lo que soy. De no recomendar por recomendar o porque me hayan invitado. No ha sido fácil, pero es un pequeño reto no dejarse llevar por lo que está de moda o a dónde les encanta ir a las amigas. Al final, siempre decido mantenerme fiel a lo que yo creo, y ser honesta conmigo misma.
¿Cuáles son tus planes?
Este año termino mi maestría en Administración de Hospitalidad con una especialización en Alimentos y Bebidas. Además de seguir aprendiendo de esta industria con los chefs, meseros y todo el personal que implica. Y seguir creando contenido en TikTok, que es muy divertido.