Con el paso del tiempo, la historia de la moda ha evolucionado adaptándose a la modernidad. El vestir ha jugado un papel imprescindible en cada etapa por la que el ser humano ha pasado. Por ende, cuando hablamos de moda, hablamos de historia, tradiciones y, principalmente, de arte y cultura.
En esta era posmoderna, uno de los temas más relevantes es el cuidado del medio ambiente, pues nos encontramos en un momento en el que los recursos naturales del mundo se están agotando.
Uno de los agentes más contaminantes pertenece a la industria textil y su impacto se extiende a cada uno de sus procesos: producción, distribución, exhibición (compraventa), cuidado y lavado, hasta culminar con el desecho. Por tanto, este procedimiento conlleva un costo ambiental significativo.
Mariana Avellaneda es una empresaria y diseñadora preocupada por cuidar el medio ambiente y, desde su amor por la moda, implementa formas de concientizar a la sociedad a través de sus distintas propuestas artísticas y creativas enfocadas en la industria textil.
Por ello, nos cuenta cómo fue su inmersión en este mundo: “Desde que era niña tenía muy claro que me gustaba la moda, dibujarla, ver las colecciones en revistas o mandar a hacer con la costurera algún diseño que tuviera en mente y tuve la fortuna de que mis papás siempre me apoyaron en este sueño; hoy en día son mi esposo y mi hijo quienes más me apoyan”, expresó.
Para la creativa, la moda va mucho más allá del concepto que venden las marcas: “La moda sostenible inicia desde nuestra mentalidad como consumidores. Es importante cómo cuidamos y utilizamos las prendas, qué tan dinámico es nuestro closet, y qué tan abiertos estamos adoptando hábitos más responsables y conscientes del consumo”, mencionó.
El proceso creativo de la diseñadora parte de la inspiración que llega de momentos inesperados: “No solo me inspiro en la moda para crear, me inspiran las personas, paisajes, experiencias, arquitectura, comida y de alguna manera lo traduzco con mis manos en la prenda final. Siempre sigo el procedimiento de bocetar, decidir el material, comprarlo y confeccionar. En ese intermedio, todo está en tela de juicio y muchas veces la idea inicial no se consuma porque, a mitad del proceso, me atrae más tomar otra dirección y se convierte en algo diferente físicamente, pero en total armonía con la inspiración inicial. No siempre pasa, pero creo que es algo característico de los diseños que más satisfacción me han dado”, destacó.
La marca The Fresh Edit, surge porque Mariana decidió compartir las creaciones que hacía para sí misma con las personas que le preguntaban dónde compraba las prendas que portaba. De esa manera, decidió producir telas con materiales de fibras naturales y recicladas.
“Cada prenda es zero waste. Esto significa que todo el desecho no se va a la basura, sino que es reutilizado para crear otra cosa. Todos los retazos e hilos que no se utilizaron en la prenda final los uso para hacer osos de tela que regalo a hijos de amigos. Todo es hecho a mano, saco a la venta dos drops al año y solo están disponibles en Lusso Showroom, aquí, en Puebla”, destacó.
Para la artista de la moda, el consumo responsable es vital, por ello hace uso de sus redes sociales para hacer un llamado a la sociedad y fomentar la compra de ropa de segunda mano, también conocida como vintage.
Otra propuesta es mandar las prendas que requieran arreglos con el sastre o la costurera, pero lo más importante para la diseñadora es: “Usar lo que te hace sentir bien siguiendo tu estilo y personalidad, incluso puedes repetir de diferentes maneras lo que ya tienes. No solo es benévolo para la economía personal, sino que cuando compras y vas a comercios locales es mucho mejor que comprar en tiendas fast fashion. Así, tu estilo personal es único y no un copy paste de lo que ya están saturadas las redes sociales”, reiteró.
“La moda sostenible inicia desde nuestra mentalidad como consumidores. Es importante cómo cuidamos y utilizamos las prendas, qué tan dinámico es nuestro clóset, y qué tan abiertos estamos a adoptar hábitos más responsables y conscientes del consumo”.
Conforme la contaminación ambiental aumenta, el peligro de la humanidad también sufre las consecuencias. Sin embargo, la visión del mercado de la moda, poco a poco, ha intentado transformase y requiere aún de más cambios.
“Me gusta la accesibilidad que se ha dado globalmente para adquirir piezas que antes eran imposibles de encontrar, pero los grandes conglomerados están ahogando a los diseñadores independientes. Los consumidores de fast fashion tratan a la ropa cómo desechable. Es muy cómodo para ellos seguir comprando sin medida, causando que estas compañías aumenten el número de colecciones que producen anualmente. Todo radica en que, como consumidores, estemos mejor informados y más comprometidos con qué prácticas apoyamos con nuestro dinero a la hora de comprar ropa”, externó.
Para transformar nuestros hábitos como consumidores, la creativa expresa cuál es para ella la mejor forma de hacerlo: “Nos hace falta consciencia y autocontrol. Hoy en día, está muy presente la broma de añadir al carrito a manera de terapia, y no está mal comprar ropa nueva, yo también lo hago, lo que está mal es que creemos que tener en nuestras manos ese vestido que trae la influencer de moda va a traer paz a nuestras vidas, es un agujero negro que nunca para. Pero ese es un tema más profundo, tenemos que darnos nosotros mismos nuestro lugar y no esperar que la última tendencia nos dé la validez que no hemos encontrado”, enfatizó.
Se dice que una de las mejores formas de aportar en el mundo de la moda y hacerla sostenible es a través de la concientización de todo lo que poseemos. De esta manera logramos visualizar y dimensionar la cantidad de prendas que se encuentran en nuestro entorno. La emprendedora nos aconseja primero conocer todo lo que hay en nuestro closet.
“Siempre hay cosas que se te olvida que tienes, sé honesto con qué te gusta, lo que representa para ti y lo que deseas proyectar al mundo cuando sales de casa. Lo más sostenible después de no usar nada es lo que ya existe, lo que ya tenemos. Sé consciente y responsable en darle el cuidado adecuado a tu ropa y comprar cosas de una calidad duradera que vayan de acuerdo con tu bolsillo y que te veas usándola los próximos cinco o diez años. No compres nada porque está en descuento, no compres nada exclusivamente para algún evento, no compres nada por impulso, esas características tienen las prendas olvidadas al fondo de los closets”, acentuó.
Al finalizar, expresó que desea seguir creando proyectos con perspectiva social para el siguiente año: “Ha sido una gozada cada prenda y he disfrutado el proceso. Y en tema de crear consciencia, estoy súper abierta a lo que se presente, han salido proyectos muy bonitos este año que me han presentado a gente maravillosa y comprometida en este ámbito. Me encanta que cada vez haya más interés por mejorar nuestros hábitos”, indicó.
Además, expresó que una de las mejores formas de actuar en el tema local es a través del autoconocimiento para que de esa manera expreses lo mejor de ti.
“Haz swap parties con tus amigos; cada quien lleve una cantidad de prendas que están en buen estado pero que ya no se ponen, intercambien y pongan una fecha de retorno o de manera indefinida; lleva a modificar, intervenir o ajustar prendas con un sastre; vende lo que ya no uses; compra solo lo que te encanta y te vas a poner mil veces; conoce mejor tu estilo personal y exprésate a gusto a través de él; desintoxica tus redes sociales de influencers que todo el tiempo están subiendo su haul de marcas de fast fashion, es cómo empezar una dieta y ver que alguien está comiendo pasteles todo el tiempo. Si tú te comprometes, creas consciencia e impactas a tu alrededor”, enfatizó.
La moda es muestra de lo que somos y queremos proyectar, pero, al implementarla con una filosofía bien planteada y consiente con el mundo que nos rodea, transformamos y creamos un mejor espacio para todos si lo hacemos con responsabilidad.