Una mujer alegre, apasionada de la vida y dedicada a su familia, así es María Luisa Villarreal viuda de Santana, quien nació dentro de una familia con grandes valores. De sus padres y abuelos aprendió a soñar en grande, a trabajar por alcanzar sus sueños y siempre mantenerse unidos. Fue una niña inquieta y feliz, le encantaba jugar con sus hermanos, participar en los festivales de la escuela y en los concursos de cuerda, también le gustaba declamar los poemas que escribía su abuelito Isidro para ella.
“Soy la única mujer, tengo tres hermanos varones, siempre fui muy alegre, si hacía alguna travesura o me portaba mal, mi mamá me decía: Te voy a dar uno, y nada más con eso ya entendía”.
Se considera una mujer fuerte y luchadora, quien siempre ve el lado positivo de todas las cosas y busca encontrar solución para cualquier situación. “Soy muy afortunada por la vida que Dios me regaló, estoy infinitamente agradecida”.
En 1975 María Luisa decide mudarse a la ciudad de Tampico junto con su esposo, Jorge Santana Vega, con quien formó una hermosa familia.
“Tengo tres hijos a quienes adoro, cada uno de ellos tiene algo tanto de su padre como de mí. Lo más importante para mí es ver que son personas de bien y con valores. Estoy muy orgullosa de ellos, de lo que han hecho por sí solos, son unos excelentes emprendedores, independientes y exitosos”.
Con alegría recordó los momentos más importantes de su vida, el nacimiento de cada uno de sus hijos y el momento en el que conoció a su esposo cuando ella tenía 17 años y con quien vivió los mejores años de su vida.
“Lo que más me gustaba de mi esposo es que le encantaba bailar y disfrutar muchísimo las fiestas y que juntos nos divertíamos”.
Lo que más admiraba de él es que fue un hombre audaz, inteligente y apasionado por su trabajo.
“Siempre se destacó por ser un hombre cabal, responsable, talentoso, líder nato y sobre todo un gran ser humano. Le aprendí mucho, fue mi mejor amigo y mi compañero”.
Una de las sorpresas que jamás olvidará, fue cuando su esposo le regaló la casa de sus sueños. “Siempre quise una casa en la playa y en un viaje a mi ciudad natal Jaltipán por carretera, de regreso entramos al puerto de Veracruz y pasó por enfrente de una casa muy bonita cerca del mar y me dio unas llaves y me dijo: Aquí está la casa cerca del mar que quieres”.
Junto con él construyó grandes recuerdos que se quedarán guardados por siempre en su corazón y decidió compartirnos algunas anécdotas.
“Yo le hacía muchas bromas, cuando él llegaba de trabajar entraba a la casa y preguntaba a los niños ¿dónde está su mamá? Y yo siempre me escondía para sorprenderlo, nunca sabía por dónde le iba a salir. Le contaba chistes, nos reíamos mucho juntos. También él era muy bueno contando chistes”.
María Luisa en todo momento ha apoyado a sus hijos y a su esposo en todos sus proyectos y eso lo mencionó durante la entrevista.“Siempre apoyé a mi esposo, desde que nos casamos y llegamos a vivir a la carretera en Altamira, únicamente con su camioneta de trabajo y unas pipas. Jorge siempre trabajaba mucho y yo le apoyaba dándole de comer a los operadores y dándole ánimos para salir adelante y algo muy importante, ayudándole ahorrando dinero. En ocasiones, cuando él no tenía para los pagos y nómina de los colaboradores, yo le prestaba dinero y me iba muy bien porque él siempre me pagaba lo doble”.
Nos compartió que viajar es una de las actividades que más disfruta hacer junto con su familia, amigas o con su mamá, porque así pueden conocer otros países, aprender de otras costumbres y culturas que le ayudan a entender mejor el mundo en el que vivimos. Hoy en día ha conocido los cinco continentes y nos comenta que son pocos los países que le faltan por conocer.
“Un viaje inolvidable fue a la India al llegar a Jaipur, cerca del lobby celebraban una boda y me acerqué a escuchar la música y me invitaron a disfrutar con ellos los tres días de fiesta. La pasé muy bien, son gente muy cálida. También recuerdo una cena en el desierto de Marruecos a la que nos invitó un sultán”.
Una de las mejores experiencias que ha vivido con su familia, fue durante un viaje en donde recorrieron varias ciudades de los Estados Unidos.
Hubo muchos, pero hay uno en particular que fue espectacular, de esos que se recuerdan toda la vida. Iniciamos el viaje en nuestra casa de Rancho Viejo, en Texas en donde pasamos Navidad y el 26 de diciembre volamos toda la familia de mi esposo, su mamá, sus hermanos con sus esposas, sus hermanas, sus sobrinos, mi esposo, mis hijos y yo. Nos fuimos todos juntos a Nueva York. Nos hospedamos en el Hotel Plaza, ahí pasamos cuatro días maravillosos. Éramos muchos y todos son muy divertidos.
“De ahí nos fuimos a Atlantic City y nos alojamos en el penthouse del hotel Taj Mahal. Era de ensueño, algo así como los cuentos de Las Mil y Una Noches. Cuando llegamos, en la puerta nos esperaban de un lado cinco señoritas bellísimas y del otro lado cinco jóvenes muy elegantes, quienes estarían a nuestro servicio durante esos días. Recibimos muchas atenciones. El dueño del hotel, Donald Trump, se hospedaba a lado de nosotros con su novia Marla, en varias ocasiones que coincidíamos platicábamos”.
Además, tuvo la oportunidad de viajar con una de sus mejores amigas a Jerusalén, donde conoció y aprendió de los lugares turísticos con los que cuenta esa ciudad.
“Fui con mi amiga Lorena Rodríguez, juntas, hemos viajado a muchos lugares muy bonitos alrededor del mundo. La experiencia en Jerusalén fue increíble, no me lo imaginaba, no quería saber nada hasta estar ahí y fue sorprendente, hermoso, una ciudad muy moderna. Llegamos en un día de fiesta para los judíos, ahí me di cuenta que todos tenemos espíritu de fiesta y alegría, no importa que religión profesemos. Me gustó mucho la iglesia del Santo Sepulcro. Lloré de emoción dónde nació Jesús en Belén. Me hinque en donde lo crucificaron. Fui a la iglesia donde cantó el gallo tres veces, caminé por las calles donde caminó Jesús con sus discípulos. También estuve en la casa de la Virgen María donde vivía con sus papás. Ver como rezan en el Muro de los Lamentos, se me erizaba la piel. Sin duda, este viaje fue increíblemente maravilloso”.
Sin duda su país favorito es México, por su gente sus colores, sus playas, su alegría, la calidez es única y en cada rincón de nuestro país encontraremos algo maravilloso. Ella ha viajado por muchos lugares hermosos, pero los colores de México no los ha encontrado en ningún lugar.
Tampico es una ciudad que siempre le ha gustado, por su amplia gastronomía, su gente y los lugares turísticos que hay por conocer. María Luisa expresó que espera ver a Tampico en unos años progresando y prosperando, como la gran ciudad que es, con la alegría de sus ciudadanos y lo trabajadora de toda su gente, es una ciudad pequeña pero con mucha historia.
Además de viajar disfruta hacer ejercicio, leer y sobre todo bailar desde muy pequeña concursaba en todo lo que tuviera que ver con el baile y ha tomado varias clases con instructores que la llevaron a convertirse en reina de la Zumba en el 2012 en Veracruz.
“Bailar para mí es transportarme a través de la música a espacios llenos de felicidad. Como buena veracruzana traigo la música por dentro y la música es parte de mi vida, le da sabor y alegría. Yo les recomiendo a todas las personas que hagan lo que les gusta, si les gusta bailar que no les dé pena porque la vida es una y hay que gozarla”.
Ha vivido momentos que la han moldeado para ser la persona que es hoy, como el fallecimiento de su esposo que la llevó a hacer una mujer más fuerte y a enfrentar sus retos personales y gracias a ello ha conseguido su independencia.
“El que mi esposo se haya ido muy joven y haber tenido que ser yo la fortaleza para mis hijos en esos momentos, me enseñó que la vida a veces nos va a hacer pasar momentos duros que nos toca tomar las riendas y decidir si queremos afrontarlos con la mejor actitud o dejarnos caer”.
Para ella sus hijos y sus nietos son lo más importante en su vida y aprovechó la oportunidad para destacar lo que espera para todos ellos:
Deseo que sigan preparándose y progresando en la carrera de la vida, que mantengan fortalecida su fe en Dios para afrontar cualquier situación con la que la vida los sorprenda.
Que siempre sean educados, respetuosos, humildes y agradecidos, que con sus acciones les den un buen ejemplo a sus hijos. Practiquen los valores que con tanto amor y dedicación su papá y yo les inculcamos desde niños.
Que sigan trabajando duro y creando empleos y sobre todo que no se olviden de celebrar sus éxitos.
Que vivan una vida responsable, feliz y sin vicios, que escojan bien de quién se rodean.
Que sean auténticos y no se preocupen por agradar a los demás.
Que entre hermanos se mantengan unidos que se apoyen y respeten como lo hacían desde pequeños. Que no olviden que la unión hace la fuerza.
El dinero, el status y el poder no dan la felicidad. Tener la conciencia tranquila, practicar la gratitud diariamente y el hacer pequeños actos de amor la dan.
Es importante que vivan una vida equilibrada y que cuiden su cuerpo, mente y espíritu, solo así podrán disfrutar de todo lo que les ofrezca la vida.
Antes de concluir la entrevista nos comentó que uno de sus retos es ser una inspiración para las mujeres que quieren salir adelante por sí solas y trabajar en lo que les guste, siempre viendo cada día como una oportunidad para desarrollar sus talentos.
“Es importante para mí dejar un legado de fortaleza, independencia, equidad e integridad para las mujeres de mi familia, en especial para mi hija.”, finalizó.