La naturaleza, las olas y el mar fueron los contextos donde surgió la creatividad para la diseñadora Liech Antel, quien ha hecho realidad su sueño de vivir viajando de la mano de su esposo. Para ella, el mar siempre ha sido una fuente de inspiración importante: “El mar es mágico, es un monstruo con una personalidad impactante. Y digo un monstruo porque lo que he vivido en él me ha mostrado su gran fuerza y, a la vez, su suavidad. Lo respeto y amo, pero lo que más me impacta son sus dos caras: me da miedo y paz al mismo tiempo; me reta, pero me consiente”. Además, dijo que la ha consolado en sus peores momentos: “El mar es mi alma”.
Fue en un barco de vela llamado Soulmate donde la creadora logró explorar y crear a través de sus nuevas experiencias: “El haber vivido de esa manera me enseñó muchos colores, texturas, sentimientos, materiales, culturas, etcétera. Fue así como comencé a plasmar los diseños de mi primera colección, inspirada en islas por las que navegué alrededor del mundo”, mencionó.
Liech nos muestra que los sueños son posibles, y que vivir viajando en altamar es difícil y retador, pero sumamente inspirador para el desarrollo creativo.
Al principio, fue difícil para la diseñadora comenzar este viaje, ya que requirió mucho esfuerzo y dedicación: “Tomamos cursos de vela, tramitamos licencias de todo tipo, aprendimos a leer el clima, cómo alimentarnos en el mar, cómo pedir ayuda o sobrevivir a un naufragio; para serte franca, fue un gran reto porque el mundo de la vela no tenía nada que ver con lo mío, que es el diseño, pero creí que era una oportunidad que no a cualquier persona se le presentaba y decidí aprovecharla”, explicó. Sin duda, cuando las oportunidades de viajar se presentan, ¡hay que tomarlas!
Sin embargo, mezclar el diseño y la navegación no fue tarea fácil: “Esa vida me llevó a enfrentarme a muchos retos físicos, espirituales y mentales. Me llevó a conocer a otra Liech y, aunque en su momento no lo entendía, me llevó a ser la diseñadora que soy. Entendí que, si fui capaz de estar en tormentas, entre olas de diez metros y cruzar el océano Atlántico, soy capaz de hacer lo que sea”. Después de algunos meses de adaptación, logró no solo ser marinera, sino también diseñadora.
Fue en 2019 cuando decidió comenzar a materializar sus bocetos: “Fue un año de muchos errores y aprendizajes, pero después de tanto intentarlo, por fin, en julio de 2020, Liech Antel Swimwear se lanzó al mercado”, comentó.
Actualmente, Liech no extraña estar en altamar, ya que vive muy cerca de él; lo que realmente extraña es la conexión con la naturaleza, vivir de ella y, sobre todo, el estar presente en cuerpo y mente en todo momento.
Esta interacción tan cercana con el mar fue lo que la motivó a crear una marca cien por ciento responsable con el medio ambiente: “Apoyo totalmente el slow fashion, es por eso que cada pieza está hecha con el objetivo de ser una prenda artística, con telas y acabados de alta calidad que proporcionan ediciones limitadas y prendas que puedes usar como trajes de baño o bodys de vestir”, dijo orgullosa.
La intención de la diseñadora es que su marca haga que las mujeres se sientan sensuales y seguras de sí mismas, sin miedo a lucir su cuerpo: “Siempre he creído que una mujer nunca es tan sexy y bella como cuando porta una prenda que la hace sentir bien y confiar en ella misma. En eso me inspiro, en el poder que tenemos las mujeres y en lo diversas que somos sin dejar de lado lo delicado y amoroso”, dijo.
Las telas de esta colección son importadas de Brasil y Colombia con tecnologías sostenibles y el proceso de producción es completamente artesanal: “Tengo fe en que algún día la humanidad podrá entender el mal que le hacemos al planeta, sea consciente de que el problema no es de algunos, sino de todos y comience a valorar los productos y las acciones sostenibles”, opinó.
Además, no solo la tela es sostenible, también lo son las etiquetas y los empaques. Para Liech es muy importante trabajar con proveedores que tengan su misma filosofía: “No explotamos a la gente en maquilas grandes donde hay un trato inhumano y pago injusto”. Uno de los grandes retos para ella es contrarrestar el daño con el medio ambiente y lograr hacer entender a la gente la importancia de un consumo responsable.
Finalmente, antes de emprender el viaje nuevamente en 2026, comentó que desea dejar todo preparado para las siguientes colecciones y expandir su marca Liech Antel Swimwear a nuevos mercados.
“Dejar mi equipo listo para que, cuando me vaya, todo siga funcionando y me dedique a seguir diseñando en altamar, porque es donde más me inspiro: cazando tendencias, conociendo culturas e inspirándome de todo para regresar cada determinado tiempo a producir y contarle al mundo mi travesía a través de mi arte”, finalizó.