Una de las cosas más lindas que han podido vivir algunas mujeres es el hecho de convertirse en mamás, un sueño que muchas buscan. Sin embargo, todas experimentan la maternidad de maneras totalmente diferentes; desde los momentos llenos de magia, hasta aquellos días grises que parecen no terminar.
En esta ocasión, entrevistamos a Karla De la Mora, quien compartió una parte de su experiencia y transición al convertirse en madre de Cristóbal.
Todo comenzó con la sorpresa que le preparó a Adal Ramones para darle la gran noticia: “Cuando me enteré, organicé una sesión de fotos con el pretexto de que no teníamos una sesión hecha por un profesional y él aceptó; en ese momento ya llevábamos un año de casados. Al terminar la sesión, la fotógrafa invitó a Adal a hacer una dinámica que, supues¬tamente, ella hacía con todas las parejas. “Debíamos colocarnos de espaldas, y escribir en un pizarrón qué es lo que más nos gusta del otro. Cuando terminamos teníamos que mostrárselo al otro, yo había escrito: ‘Vas a ser papá’, cuando lo vio quedó en shock, lloró y no se la creía”.
El simple acto de crear vida desde el vientre materno es un tema fascinante, una etapa que cambia la perspectiva de la vida: “Algo dentro de mí cambió cuando tuve en mis brazos a Cristóbal por primera vez. Desde entonces valoré todo lo que mi mamá me cuidó, enseñó y mimó”. Y con ello, también ha ganado nuevas memorias y momentos divertidos, Karla nos comparte lo que más valora de la maternidad: “El saber que todos los días serán diferentes, que cada uno de ellos enseñas y aprendes algo sobre el ser que más amas. Eso sin contar que, con el tiempo, el amor por él aumenta.
Por otro lado, hay que tener claro que todo en la vida es una balanza, y así como puede haber momentos muy significativos y dulces, también hay temporadas complicadas que juegan un papel importante, tanto, que representan el momento en que debes mostrar de qué estás hecho”. Poco después de que el pequeño Cristóbal naciera, Karla aprendió a lidiar con la depresión posparto, un efecto causado en el cuerpo por una dramática caída en los niveles de hormonas: “jamás crees que te va a pasar a ti, pero no es así. Te sientes triste, incom-prendida, no sabes cómo ser con tu bebé, si despiertas muy temprano, deseas que llegue la noche. Y aquí debo hacer una recomendación para todas las mamás primerizas: dilo en voz alta, atiéndete y sácale lo mejor a esto. Es un tema hormonal que no se puede controlar, pero sí atender”.
También, compartió que, en efecto, es lo máximo tener un bebé, pero debes considerar que habrá cambios: “Son demasia¬das cosas nuevas y muchas otras por aprender, debes tener mucha paciencia para entender la nueva etapa. También contempla que, al inicio, todo tu tiempo será dedicado a tu hijo. Poco a poco irás equilibrando todo”, finalizó.