Arquitecta de profesión, Jimena estudió dos años en Barcelona, España y al concluir sus estudios, regresó a su natal Pachuca a ejercer su carrera.
Todos los días los comienza saliendo a correr y a hacer ejercicio al aire libre. Su gusto por el deporte la ha llevado a participar en Spartan Race en sus tres niveles y en diversos maratones. “Desde muy chiquita mis papás siempre nos mantenían ocupadas entrenando alguna disciplina, karate y box, principalmente. Por eso veo al deporte como una terapia más que una obligación, puedo tener un día muy estresante en el trabajo y después de hacer ejercicio todo cambia, me ayuda mucho a relajarme”, contó.
Su gusto por la charrería comenzó desde muy pequeña, “la familia de mi mamá es cien por ciento charra. Tengo un primo que ha participado en competencias nacionales. Recuerdo que mi abuelo quería que fuera escaramuza, pero por alguna razón que desconozco, mi papá no me daba permiso, es por eso que hasta ahora comencé con este sueño”, puntualizó.
Jime dejó de montar después del fallecimiento de su abuelo y de una caída en caballo, pero hace siete meses, aproximadamente, su familia adquirió un rancho y le regalaron una yegua a la que llamó Canela. “A raíz de una fiesta familiar donde todos fuimos vestidos de escaramuzas y charros, mi primo me alentó a formalizar y comenzaré a entrenar todos los domingos en una escuela en Zempoala con las Pulqueritas”, reveló.
“Ser escaramuza es una responsabilidad muy grande”.
Ahora, su mayor sueño es llegar a las Nacionales de Charrería como escaramuza, “para lograr algo siempre hay que ser constante y exigente. Se que voy a llegar a las nacionales dando lo mejor de mí. Ser escaramuza es una responsabilidad muy grande, pero con Dios todo es posible y este es un sueño que va por mi abuelo”, finalizó.