Ana Shedid es una mujer multifacética, ya que ha desarrollado su lado artístico y metódico, cuenta con una maestría en Artes Plásticas y otra en Finanzas, es mamá de Isabella y Miranda y, por si fuera poco, lleva 10 meses desarrollándose en la equitación.
¿CÓMO FUE SU PRIMERA EXPERIENCIA?
Ana: Me enamoré. El poder montar a un animal tan poderoso, inteligente y noble se convierte en una pasión y en una forma de vida.
Isabella: Fue una experiencia muy bonita porque siempre me gustaron los caballos, y aunque a mis papás les daba miedo que me pasara algo, en el momento que me subí, sentí que era algo especial y que quería seguir haciéndolo, así que mis papás apoyaron mi decisión.
¿CÓMO SE IDENTIFICAN CON LOS CABALLOS?
A: En su libertad, en el equilibrio entre la fuerza y la nobleza, también en la lealtad y la conquista de los sueños.
I: Son animales súper fuertes, amorosos y, sobre todo, tienen una nobleza impresionante.
¿QUÉ SIENTEN CUANDO PRACTICAN Y COMPITEN?
A: Emoción, adrenalina y una increíble conexión para lograr un binomio perfecto entre el caballo y yo. Hay una concentración absoluta en mi caballo y mis movimientos, en aprenderme la secuencia de obstáculos, no perder el ritmo y, al momento de saltar, darle toda la seguridad a él.
I: Es una situación muy diferente porque es una mezcla de nervios, de emoción y de concentración.
¿CUÁLES HAN SIDO LAS COMPETENCIAS MÁS IMPORTANTES PARA USTEDES Y POR QUÉ?
A: Todas las competencias son importantes, pero la competencia más importante es conmigo misma.
I: Yo creo que todas tienen su nivel de importancia, pero la que más marcó mi vida fue la primera. Después de estar practicando cuatro meses competí por primera vez en 75 cm y 90 cm y en las dos gané el tercer lugar. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que sí podía y que quería seguir toda mi vida en esto.
¿QUÉ HABILIDADES SE REQUIEREN PARA PRACTICAR EQUITACIÓN?
A: Primero que nada, amor por los caballos, mucha disciplina, paciencia, resistencia, coordinación, equilibrio y constancia.
I: Las habilidades que necesitas con base en mi ex-periencia son: constancia, concentración, disciplina y mucho amor al deporte.
¿CÓMO SE LLAMAN SUS CABALLOS Y POR QUÉ LOS NOMBRARON ASÍ?
A: Uno se llama Eros, en referencia al Dios del amor y la fertilidad. Es un caballo muy fuerte, noble y dulce, tiene carácter pero es muy dócil y cariñoso. Mientras que Yafar tiene su significado: fuerte como un oso, él es firme, fuerte, alegre y muy inteligente, es un caballo muy grande, que impone, pero es muy su sensible y tierno, no le tiene miedo a nada.
I: Mi caballo se llama Furia por su velocidad.
¿QUÉ CUIDADOS ESPECIALES REQUIEREN?
A: Son muchos, lo primero es tratarlos con mucho amor y respeto, es un ser vivo que piensa y siente por voluntad propia y el lenguaje que se forja con ellos es a través de movimientos casi imperceptibles. Darles rienda todos los días, cepillarlos, alimentarlos, que tomen mucha agua para evitar cólicos, vitaminarlos con colágeno porque los atletas, en realidad, son ellos. Mantener la crin y la cola recortada y sin nudos, herrarlos y córtales las pezuñas constantemente para que se sientan cómodos. Bañarlos, mantener su caballeriza limpia y con una buena temperatura, después de cada pista, ponerles botas de hielo para desinflamar los tendones, ponerles su camisa para dormir y con-sentirlos con zanahorias y manzanas. El caballerango es una pieza fundamental. También es importante que su entrenador le enseñe, pero jamás lo lastime.
¿QUÉ ES LO MÁS COMPLICADO DE LOS ENTRENAMIENTOS?
A: Dejar afuera de la pista cualquier preocupación y disfrutar, ya que es un deporte extremo que exige toda tu concentración y mucho esfuerzo físico, es uno de los más completos. Nos ayuda a tonificar músculos como los abdominales, glúteos, piernas y espalda. Además, el jinete mejora su equilibrio, postura y movilidad. Cuando una persona practica la equitación, mantiene una buena postura corporal y, por cada pista, pierdes entre 500 y 600 calorías, también es muy importante que tu caballo tenga ganas, que no esté sobrado para llegar a un entendimiento.
¿QUÉ HUELLA DEJAS EN EL MUNDO?
I: Que todo se puede y que no hay imposibles. También que un caballo no es un animal más, o una herramienta, sino que es un amigo que no te juzga. Enseñar a tratar bien a los animales, no es necesaria la violencia, se trata de convencer al caballo, con amor y respeto.