El 28 de junio de 1969, en la ciudad de Nueva York, dio inicio la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTTIQA (lesbiana, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual, intersexual, queer y asexual) en los Estados Unidos y el resto del mundo. El movimiento comenzó gracias a Marsha P. Johnson, mujer negra trans, sexoservidora con VIH, quien se opuso a una redada policial en el bar Stonewall Inn. Esta acción derivó en la primera marcha del Orgullo; a partir de ese día lxs miembrxs de la comunidad no hemos dejado de levantar nuestras voces, recordando siempre lo que nos empuja a seguir luchando, porque tanto en lo social como en lo legal se respeten nuestros derechos humanos pero, sobre todo, que podamos vivir en paz y plenitud.
Para el diseñador Héctor Serna, el Pride es algo que se vive todos los días, ya que el orgullo es reconocer que, sin importar en qué parte del espectro de la diversidad sexual se encuentre unx, todxs lxs miembrxs de la comunidad LGBTTTIQA somos parte de un legado de rebeldes y supervivientes que, día a día, luchamos por el derecho a ser felices.
Desde temprana edad, Serna estuvo consciente de que no se sentía atraído hacia las mujeres, de manera que no encajaba en los modelos establecidos por la sociedad. “Como muchas personas de mi generación”, comparte, “de niñx todas las referencias hacia la comunidad con las que me topaba estaban llenas de connotaciones negativas, como las murmuraciones, burlas y señalamientos hacia las pocas personas que se atrevían a ser visibles.
En la televisión y en el cine los personajes LGBTQ+ eran utilizados para crear chistes sobre ellxs, o sobre el SIDA o en ocasiones eran las villanas y villanos de la historia”.
Más adelante, en sus años universitarios, se dio cuenta de que formaba parte de esta diversidad, en especial cuando comenzó a tener amistades, y a asistir a antros y espacios en los que el espectro era completamente aceptado. Su primera relación gay estable también fue una pieza clave en esta etapa de su vida, ya que le llevó a rodearse de experiencias y personas que le dieron un sentido de comunidad. Fue entonces cuando comenzó a sentirse parte de algo mucho más grande e importante.
Héctor comenta que el mundo siempre ha sido un lugar diverso, por lo cual considera irónico que lo único escaso sean las personas que encajan a cabalidad en los estándares que dicta la sociedad. “Ahora la variedad de cuerpos, expresiones de género, orientación sexual, fenotipos y formas de relacionarnos son mucho más evidentes que hace unos años. Abrir nuestros espacios a esta realidad es muy importante, ya que invita a sanar a nuestra sociedad”, dice.
Con respecto a su lucha y compromiso social, Héctor menciona que la empatía y la justicia juegan un papel clave en su defensa hacia la comunidad LGBTQ+, sobre todo en escenarios donde son una minoría.
“Si bien no todas las luchas me atraviesan”, comenta, “sé desde mi experiencia lo que es ser parte de los marginados. Por eso tengo esa responsabilidad de no quedarme calladx en los espacios que habito. Soy una persona que goza de varios privilegios, los cuales me han llevado a ser visible en varias plataformas, y es justamente eso lo que me da más responsabilidad para ser activamente vocal. Ya no basta con solo no ejercer violencia, es importante tomar un papel activo contra las opresiones”.
Su pensamiento se ha visto reflejado a través de su trabajo y estudio de diseño, el cual ha convertido en un espacio seguro para cualquier persona que quiera usar una de sus piezas sin temor a ser juzgada. “Yo mismx me he dado la libertad de vestir lo que me emociona”, agrega.
“Ya no creo que mi ropa tenga que estar atada a los cánones que nos ha impuesto la sociedad ni le rindo cuentas a nadie más que a mí. Cuando alguien experimenta en su propia piel lo que es la libertad se da un paso más a la igualdad. Como diría Lady Gaga: ‘Vamos conquistando el mundo una lentejuela a la vez’”.
A pesar de eso, Serna menciona que contra lo que más ha luchado dentro del campo del diseño es el racismo estructural, y que ha sido más difícil aún acceder a espacios que están destinados a personas hegemónicas, especialmente en un campo de la moda que se considera de lujo.
“En momentos así, me gustaría decirle a los demás que soporten [ríe]. No, no es cierto. Pero sí es importante que se den cuenta de que están viendo a alguien que goza de la moda; que con cada prenda, tatuaje, perforación o par de tenis estrafalarios que me pongo estoy haciendo feliz a ese niñx que era antes y que creía que nunca llegaría a ser cool o digno de admiración. Citando a La Agrado, un personaje de la película Todo Sobre Mi Madre, dirigida por Pedro Almodóvar: ‘Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma’”.
En este mes del Pride, Héctor Serna invita a quienes no son parte de la comunidad LGBTQ+ a ser más empáticos y reconocer que las personas que son parte de la diversidad se encuentran en todos lados y forman parte de todos los círculos sociales: familia, amigos o incluso espacio laboral. “Cuando alguien se burla, violenta o señala sin darse cuenta está lastimando a un ser querido”, dice. Recalca, también, que las creencias personales nunca deben ser utilizadas para quitarles derechos y una vida digna a lxs demás”.
“Cuando un hijo o hija sale del clóset, uno de los miedos más grandes de los padres es que esa persona no sea feliz, porque la narrativa de nuestro mundo nos ha enseñado que si tú eres diferente, si vas en contra del sistema, estás condenándote a una vida de dolor. Por eso se cree que ser parte de la comunidad es exponerse a la discriminación, a enfermedades o a la violencia física. Aunque todo eso existe, nada de eso me definió.
Yo crecí en una familia que se dedicó a cultivar mis habilidades, a incentivar mi autonomía, que respetó cada uno de los pasos que daba y que me ama tal cual soy; que cuando salí del clóset a los 18 años hicieron a mis novios parte de la familia, que han marchado conmigo, que escucharon todo lo que tengo que decir y que gracias a ellos puedo decir, hoy en día, que lo más gratificante de ser yo, es que soy feliz, soy una persona no binaria, gay, morena y plena. Pá, má, lo lograron”.
Finalmente, Serna comparte cómo visualiza a la comunidad LGBTQ+ mexicana en los próximos 10 años y les da un importante mensaje, “Definitivamente la veo más fuerte, conquistando más derechos. Abrazando nuestras diferencias, contribuyendo a pagar la deuda histórica que tenemos con las mujeres y los hombres trans. Si pudiera decirle algo a todxs recurriría a una cita de Gabriel J. Marín: ‘Quiérete mucho maricón’”, finaliza.