Hanna Jaff, quien a principios de marzo voló a San Diego para celebrar sus despedidas de soltera, pues este mes se casaba con el royal inglés Henry Roper-Curzon, se tuvo que quedar en esta ciudad por la pandemia. Nos dice que ha tomado la cuarentena como una bendición para pasar más tiempo con su familia, pues al casarse con Henry, cambiará su residencia a Londres.
Hanna y Henry tendrán sus festejos de boda en el Palacio de Westminster y en la casa ancestral de Harry en Pylewell Park, en Inglaterra, y la boda en la Ciudad de México en diciembre.
Henry, de 34 años, es heredero del título Lord, 22nd Barón de Teynham y Pylewell Park, por lo que el título de Hanna será Lady Hanna, Baronesa de Teynham. El royal es bisnieto de los duques de Monmouth, los duques de Buccleuch y los de Queensberry.
¿Pospusiste tu boda?
La de Inglaterra era en junio y la de México en julio. Ya en menos de un mes hubiera estado casada y por el tema de la pandemia se tuvo que posponer a finales de año. La verdad es que no me puedo quejar porque todos están pasando por algo y tenemos toda una vida para festejar. Primero lo primero, que todos estén sanos.
¿Qué haces para mantenerte activa en el encierro?
Trabajo en los proyectos de mi fundación, que de hecho para mi no fue tanto cambio porque como trabajamos en 18 estados de México, ya nos reuniamos de manera virtual. Entonces eso he estado haciendo en la casa, planeando la boda, siguiendo con mis proyectos de la fundación que tengo e iniciamos una campaña con la ropa de marca que tengo que se llama “Todos somos uno”. Estamos haciendo esta iniciativa muy bonita y empezamos uno de coronavirus para promover el lávate las manos y quédate en casa. Cada que se compraba una camiseta donabamos algún producto, batas o algo para ayudar. Otro proyecto que tambien es en un orfanato en Kenia, que vamos a hacer una gira allá el año que entra, ya que sea seguro para ir.
¿Cuándo planeas regresar a Londres?
Yo creo que después del Día del Padre ya puedo, supuestamente ya están dejando entrar a las personas que no sean ciudadanos.
¿Te emociona volar de regreso?
Sí, porque no he visto a mi novio en tres meses. Desde el 10 de marzo que no lo veo, pero fue un gran reto para los dos esta distancia y realmente creo que esta sí hace que te des cuenta que no puedes vivir el uno sin el otro. Por estar todos los días encerrados no hay mucho de que platicar y aún así estamos todo el día en el teléfono platicando, riéndonos y enamorados. Esta distancia nos hizo darnos cuenta de lo mucho que nos queremos y ya me dijo que una vez que regrese no me va a dejar irme nunca.
¿Qué has reflexionado de estos tiempos que estamos viviendo?
El dar las gracias todos los días y que cuando termine esto lo primero que voy a hacer es salir a dar un abrazo a toda la gente que amo y a disfrutar todas esas veces que tenía una fiesta y no fui, así también cuidar de ti mismo y cómo la vida es tan delicada.
Toda tu vida has estado muy involucrada con la filantropía, ¿cómo crees que esta cobra aún más relevancia en los tiempos que estamos viviendo?
Es en estos momentos cuando nos damos cuenta de que no importa de qué país, religión, o cultura eres solamente existe una raza que es humana. Tenemos que estar unidos y luchar juntos para pasar esta situación en la que nadie es más o menos. Todos corremos el mismo riesgo, todos hay que cuidarnos igual, el virus no elige entre países, clases sociales, educación, trabajos, nada. Eso nos deja a todos una enseñanza de dejar los odios y los colores para trabajar juntos y estar en paz.