La celebración arrancó el viernes por la tarde en Jardín de Benjamín, donde Federica Pérez y Juan Carlos Hevia firmaron el acta civil ante la juez Adriana Cortés, para después ofrecer un coctel en La Catedral, donde recibieron a todos sus invitados quienes disfrutaron de mixología especial, menú mexicano y los beats de DJ Bombero.
Al día siguiente en punto de las tres de la tarde, la pareja caminó de la mano de sus padres rumbo al altar del Templo de Santo Domingo de Guzmán, donde recibieron la bendición de matrimonio y fueron declarados oficialmente como marido y mujer. Al finalizar la ceremonia se trasladaron al Jardín Etnobotánico de Oaxaca,lugar que lució espectacular con una decoración especial en tonos naranja y fucsia, y donde fueron recibidos por sus amigos y familiares entre aplausos y felicitaciones para arrancar la fiesta con Me Hace Tanto Bien, de Alejandro Fernández, tema que eligieron como su primer vals.
Para continuar la celebración, Grupo Carranza se encargó de amenizar a la hora de la cena, mientras que DJ Bombero prendió el ambiente con top hits.
Sazón mexicano
El menú de la boda incluyó platillos típicos del país como barra de quesillo, ceviche pesca del día con sorbete de mezcal y chip de mango, buñuelo relleno de suprema con espejo de mole oaxaqueño, lechón al horno estilo Tehuantepec, medallón de filete con adobo de cilantro.
Y para el postre se sirvió panqué de elote tierno con helado de vainilla, crujiente de praliné con salsa de caramelo, y cheesecake con jalea de jamaica.
Vibrante decoración
Para lucir aún más el imponente Jardín Etnobotánico de Oaxaca, la pareja eligió al experto en bodas Juan Pablo Partida, quien se encargó de adornar el lugar bajo la inspiración en los proyectos del arquitecto español, Ricardo Bofill, con estilo ecléctico y referencias al Brutalismo, Clasicismo y Futurismo.
Por eso es que en el diseño se siguió con la misma colorimetría para crear un balance en el estilo arquitectónico y el landscape del lugar.
Arte floral
Para darle vida a la decoración el equipo de Juan Pablo Partida utilizó flores en colores en tonos magenta y anaranjados con toques amarillos para dar luz. Como base se utilizaron claveles en tonos intensos, para la parte de arriba renanculos, consideradas flores espontáneas, acompañadas de follajes con diferentes texturas.
Y para darle el toque glamoroso y artesanal, se colocaron velas clásicas oaxaqueñas, azulejos de cerámica con toques en blanco y amarillo y cítricos para darle esa vibra fresca.
Espectacular spot
Con 2.3 hectáreas de extensión, este lugar construido en los siglos XVI y XVII para los frailes dominicos, resguarda en vivo cientos de especies de plantas, todas ellas originarias de Oaxaca, mismas que fueron plantadas desde 1998. Lo más destacado de este espacio es que sirvió como cuartel militar hasta 1994.