Carla Fernández se inspira en los artesanos mexicanos

MODA

Carla Fernández trabaja en conjunto con artesanos para preservar el legado textil de las comunidades indígenas mexicanas. Charlamos con ella y nos compartió toda esta gran experiencia.

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Carla Fernández

Su nombre figura a nivel internacional gracias a sus diseños inspirados en los textiles artesanales mexicanos, los cuales han recorrido grandes pasarelas

Su nombre es Carla Fernández y su historia en el mundo de la moda se remonta a sus primeros años de vida, cerca de la frontera con Texas. Recuerda que creció entre dos mundos opuestos e iguales a la vez. Por un lado las visitas constantes al vecino país, las compras y el habitual consumismo; por el otro, el trabajo de su papá como director de museos del INAH, el cual llevó a toda la familia en constantes viajes por diferentes estados.


De esas experiencias surgió su primer acercamiento con las culturas indígenas y descubrió indumentarias, costumbres, patrones y colores, algo que sin duda le fascinó. Pero no fue hasta que estudió su carrera universitaria que tuvo la oportunidad de involucrarse de cerca con todo este universo. 

“Todo empezó como un hobby de adolescente. Me gustaba mucho mezclar la ropa tradicional con la ropa de moda, yo hacía mis propios looks, y después empecé haciendo vestuario para danza contemporánea. Poco a poco me fui direccionando hacia la moda, tenía muchas restricciones al trabajar con compañías, y preferí proponer sin tener un cliente fijo y que fueran las personas las que decidieran vestirse con lo que yo estaba creando”, recordó.

“Crecí en una época en la que se decía que no había MODA MEXICANA, para mí es muy importante que el nombre de los diseñadores mexicanos crezca y seamos cada vez más”.

Contrario a lo que podría pensarse, Carla estudió historia del arte, por lo que su servicio social lo desarrolló en un museo, el cual estaba especializado en indumentaria indígena. Durante ese tiempo tuvo acceso al acervo y le permitió conocer a fondo la confección de prendas de antaño. 

Para su sorpresa, descubrió que casi todas las prendas estaban confeccionadas usando exclusivamente cuadrados y rectángulos. Tiempo después se especializó en la universidad Ibero Mexicana de Diseño, y ahí aprendió los conceptos básicos para diseñar y confeccionar prendas. Pero fue imposible para Carla quitar de su mente la forma tradicional de crear la indumentaria mexicana.

“Para mí los mejores diseñadores de este país viven en las montañas, en las selvas, las costas, en sus comunidades, y son las mujeres indígenas y mestizas; muchas han migrado a la ciudad, pero todo su saber viene de ese equilibrio con la naturaleza y esos saberes ancestrales y milenarios que han pasado de madres a hijas”, aseguró.

GRAN MANCUERNA

Carla se involucró por primera vez con las comunidades indígenas al convertirse en maestra de corte y confección del proyecto de Escuelas Itinerantes de Diseño Artesanal de la extinta CONACULTA. En esa época fundó su primer proyecto de investigación, enseñanza y diseño llamado Taller Flora. De esta experiencia publicó un libro en el que compartió el resultado de su investigación histórica y técnica de las prendas.

Pero el trabajo de Carla no termina ahí. La diseñadora formó una red de artesanos en todo el país, los cuales hacen textiles y labores a mano. “Llevamos mucho tiempo estudiando el ADN de la indumentaria indígena. Utilizamos métodos que le son familiares a los artesanos, que son los mismos que se utilizan desde tiempos prehispánicos, para llegar a nuevos diseños”.

REINVENTÁNDOSE

La pandemia por COVID-19 obligó a Carla Fernández a modificar la forma en la que estaba acostumbrada a trabajar, dándole más fuerza a sus ventas en línea. 

“Vivíamos de las ventas directas de nuestros seis puntos físicos y tiendas multi marcas con las que colaboramos, ahora estamos reactivando con fuerza las ventas en línea con una nueva página web, y muy pronto vamos a vender en una exclusiva tienda departamental”, dijo.

Esta contingencia también despertó su lado creativo al lanzar una línea de cubrebocas hechos con artesanos mexicanos de diversas comunidades, quienes se benefician con un porcentaje de las ventas. También desarrolló un concepto denominado Coverall, una segunda piel para estar protegido en esta época. 

Es una pieza que te acompaña en el viaje a tu trabajo o a un restaurante para sentirte seguro al entrar y salir de cualquier lugar”.


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