Manuel Sanmiguel se inclinó hacia la cirugía plástica no solo para cambiar el físico de las mujeres, sino también para transformar su mentalidad y manera de ver la vida hacia algo positivo con la ayuda de toda la experiencia que lo caracteriza. “En la cirugía plástica encontré la forma de rendirle tributo a la mujer, esculpiendo su hermosa anatomía que para mí es escribir poesía al empuñar el bisturí cada nuevo amanecer. Cumplí 25 años de experiencia, son 25 años de navegar en este mar de belleza, pasión y armonía, que en ocasiones no se encuentran fácilmente hasta que no te pierdes en la sonrisa de una mujer”, expresó.
Es toda esa experiencia acumulada, gracias a sus estudios en la medicina y a su práctica lo que lo ha convertido en uno de los cirujanos más importantes de nuestro país. “Soy egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León y realicé mi entrenamiento en Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva en el Hospital Universitario, así que soy orgullosamente Tigre. El aprendizaje ha sido largo y duro, y sí, en ocasiones sacrificado, pero después de ver los cambios tan positivos que se consiguen en una persona lo volvería a hacer mil veces”, nos compartió.
Sanmiguel sabe que tiene un compromiso con sus pacientes, algo que ha demostrado antes y después de cada cirugía, ayudándolos a tener cambios positivos en sus vidas. “El compromiso más importante hacia ellos es cuidarlos. Lo segundo es lograr el objetivo que el paciente busca al ir a consultar contigo, tratarlo como si fuera tu familiar, de tal manera que siempre estarás recomendando lo que más le conviene y jamás estarás indicando una cirugía innecesaria. Si siempre te pones en los zapatos del paciente, jamás tendrás problemas”, dijo.
Es una gran satisfacción el que sus pacientes queden felices con sus resultados, después de una operación, ya que como persona y profesional de la cirugía aprende de todo ese proceso y eso lo inspira a seguir adelante. “Me motiva el tener la oportunidad de seguir ayudando, tener la dicha de utilizar mis manos para poder esculpir no solo cuerpos, sino sonrisas, el poder borrar no solo desperfectos, sino lágrimas y tener el honor de ganar un amigo con cada paciente que entra a mi vida”, aseguró.
Sus pacientes son lo más importante para él, ya que busca siempre acompañarlos durante el proceso. “La idea es estar con el paciente en todo momento, que te sienta cerca antes, durante y después de cada cirugía. En mi Instagram @sanmiguel.manuel me tienen 24/7 y no solo para pacientes míos, sino para cualquier paciente que necesite un consejo, jamás cobraría por eso. Cada vez escucho más y hablo menos, me gusta que externen sus inquietudes, sus gustos, sus miedos, etcétera. Uno tiene el entrenamiento y la experiencia para explicarle qué tipo de operación necesita o le conviene, y porqué muchas veces la que el paciente te pide no es la más recomendable, aunque desafortunadamente hay pacientes que van a oír solo lo que ellas quieren y no lo que necesitan, y pues en esos casos prefiero no operar”, comentó.
“En esta noble profesión, que es la cirugía plástica, le operas el exterior a un ser humano y se le refleja en su interior”.
Y es que los procedimientos que este importante cirujano ofrece son los que sus pacientes le han pedido a lo largo de los años, algo que toma mucho en cuenta. “Me gusta que tomen mi cirugía con seriedad y, que por ende, me cuiden el resultado, ya que cuando la paciente se opera, involucra una serie de factores, tanto físicos, emocionales y económicos, así que por ejemplo, a mí me encantaría ver que la lipoescultura o el mommy makeover que haya hecho se mantenga a base de una sana alimentacióny ejercicio, y no que regresen con 10 kilos arriba buscando la misma operación de nuevo”, aseguró.
Son muchas las recomendaciones que Manuel da a sus pacientes, con la intención de aportar algo positivo en sus vidas, ya que al hacerles un cambio en cualquier área de su cuerpo su autoestima sube, dejándoles en claro que siempre hay que tener un respeto por el físico. “La principal característica que debe tener un paciente es que esté convencido de que se quiere operar por sí mismo y no por terceras personas, que tenga un estado de salud controlado en caso de hipertensión o diabetes, que esté en un peso no muy discrepante de su peso ideal y que sea una persona que no busque a la cirugía plástica como milagro quirúrgico. Esto en conclusión es un estímulo positivo a su autoestima que se traduce en una mayor seguridad en sí mismos”.