La pasión de Daniel por la cocina comenzó cuando tenía 12 años y su mamá le pidió ayuda para hacer unos molotes poblanos como desayuno para la familia: “desde ahí me encantó el acto de transformar alimentos, pero sobre todo, de regalar sonrisas por medio de la cocina”, comentó.
Unos años después, sería ganador del concurso S. Pellegrino Young Chef 2016, en el que representó a Latinoamérica y el Caribe, con su famoso platillo Quiltamal; un tamal de quelites con pinole de frijol y chiles verdes que se ha convertido en toda una insignia de la gastronomía.
Ahora, lleva cinco años con el proyecto Maizal que inició al lado del chef Armando Cajero, donde ofrecen cenas pop up y catering, adquiriendo popularidad. Desde hace un año el concepto de Maizal se instaló como restaurante fijo dentro del hotel Casona de los Sapos, en la ciudad de Puebla.
Su cocina destaca los elementos que más le gustan al joven apasionado. La naturaleza, se ha convertido en parte fundamental de sus platillos: “mis padres son biólogos, entonces, mi infancia y la conexión que me enseñaron con la naturaleza, hoy en día, es mi inspiración para seguir trazando este camino”. Además, ambos son siempre su fuente de inspiración en todos los aspectos.
Los ingredientes que usa en su cocina provienen de todas partes del estado, pero también de Veracruz, Tlaxcala y Oaxaca: “los estados que nos rodean y que más me inspiran”, agregó.
Sin embargo, el éxito del chef se debe a la dedicación y compromiso con Maizal, “el reto más grande fue comenzar un proyecto sin dinero y poder llegar a tener impacto con poco, trabajando en tus ideales sin tener nada que perder”, mencionó.
Daniel motiva a los futuros chefs a prepararse y ser constantes: “éste es un oficio que demanda disciplina, humildad y mucha pasión. En esta área abunda mucha gente que carece de al menos una de estas características, que por supuesto se van forjando con el tiempo, pero hay que trabajarlas día con día”, platicó.
Con respecto a los meses complicados que muchos hemos pasado durante este tiempo de aislamiento, le preguntamos qué aprendizaje le ha dejado esta pandemia, “a ser feliz sin tener mucho dinero, y saber que lo que más importa es la convivencia con las personas que uno quiere, así como también, compartir momentos”, agregó.
Ahora, Daniel trabaja junto con su hermano Antonio Nates, sommelier de Maizal, y ambos crean un gran equipo complementando su pasión y conocimientos, mismos que se ven proyectados en su cocina a través de la fusión de sabores.
SABOR MEXICANO
Este postre se llama Cacao; nació de la intención de hacer un postre de chocolate sin saturarlo de este ingrediente ni que quedara empalagoso, es así que los demás elementos balancean el platillo. Un cremoso de cacao tabasqueño, puré de naranja, insectos, Mezcal, helado de chile Chilhuacle negro y vainilla. Un postre distinto, con mucha explosión de sabores y texturas.