La sustentabilidad dentro de la industria de la moda es una cuestión que está muy presente en los proyectos de Daniel Monzón quien, desde que tenía 15 años de edad, encontró gran entusiasmo por la pintura.
Con la finalidad de empatar ambos mundos, se decidió a prepararse como diseñador para dar un seguimiento puntual a los hechos que afianzaban su experiencia, tal como la intervención artística a varias prendas.
“Toda mi vida he tenido el hobby de estar dibujando y cuando iba en prepa me hice un pantalón inspirado en mis caricaturas favoritas, lo subí a redes y a la gente le gustó”, compartió y recordó que el comentario positivo que le hizo uno de sus profesores lo animó a establecer mejor su idea.
Al percatarse de la existencia del concepto del fast fashion y todo lo que lo engloba, quiso seguir elevando su creencia personal de dar una segunda vida a la ropa que se pudiera conseguir en sitios como bazares desde chamarras, pantalones, faldas, vestidos u overoles.
De esta manera evita acrecentar la contaminación y lanza creaciones únicas y personalizadas dependiendo del diseño que tenga en mente el propietario, inclusive algunos han sido sus luchadores predilectos.
“El proceso es muy interesante porque, cuando la gente me dice qué es lo que quiere, yo también voy aprendiendo de todo, también hay cosas que son complejas de pintar pero gracias a eso se va fomentando y alimentando que tú puedas seguir creando”, confesó.
Daniel, quien ya prepara su siguiente colección, ha expandido su visión en otras áreas como la audiovisual con una exitosa participación en la segunda edición de León Fashion Film, y planea seguir haciéndolo en un futuro en las aulas de clases para compartir su conocimiento.