Giménez Cacho: su proceso creativo y ‘Bardo’, cinta de Iñárritu con la que llegaría al Óscar

SOCIEDAD CDMX

A punto de estrenar Bardo, la cinta que rodó junto a Alejandro González Inárritu, y con funciones llenas de la obra teatral Network, el actor celebra 40 años de trayectoria.

COMPARTE ESTA NOTA
Daniel Giménez Cacho celebra 40 años de trayectoria artística

Está cumpliendo cuatro décadas de carrera y la celebración no podía ser de otra forma que haciendo lo que mejor sabe: actuar. Para Daniel Giménez Cacho su pasión es el teatro y cada semana lo demuestra en Network, un montaje alucinante donde interpreta a un conductor de noticias. También está por estrenar Bardo, la esperada nueva película de Alejandro González Iñárritu con la que, se dice, Daniel podría alcanzar su primera nominación al Oscar. Sobre todo esto y más platicamos con el actor.

¿Cómo te sientes de estar de vuelta en el teatro?

Yo siempre he estado cerca del teatro, pero luego de la pandemia llegó esta obra y la estoy disfrutando enormemente... La gente también está volviendo con mucho entusiasmo y yo lo agradezco, porque cuando ves un teatro lleno aplaudiendo de pie, sientes que está pasando algo además de ti. Siempre he pensado que somos como un vehículo y que a través de nosotros pasa una gran cantidad de energía de la gente hacia nosotros y del universo hacia la gente, entonces es un momento mágico.

¿Tienes algún ritual antes de iniciar cada función?

Siempre intento llegar un par de horas antes, estiro, caliento la voz, me concentro y como que llego a un: “Estoy aquí”. Trato de dejar fuera teléfonos y todo tipo de distracción porque es un momento muy gozoso, solamente para mí y, en realidad, es un privilegio poder borrar el mundo y decir: “Tengo estas cuatro horas para crear”. Porque durante la función eres dueño de ese tiempo, está en tus manos el fluir del tiempo y tú decides qué tan rápido vas, qué tan lento, qué pausas hacer... Es bonito cuando el tiempo es tuyo y puedes tener un teatro lleno aguantando la respiración, eso es delicioso.


O gritando: “Estoy hasta la madre y no lo voy a tolerar”, como en el caso de Network... ¿Tú tienes algo que quisieras gritar?

Pues muchas de las cosas que dice este personaje. La desaparición de gente, la cantidad de violencia que vivimos, los feminicidios, los asesinatos de periodistas y, sin duda, la insensibilidad del gobierno que no termina de hacerse cargo; todo lo cuestiona y termina por meter pugnas políticas, sin darse cuenta de que hay vidas ahí. Eso me entristece mucho porque siento que no estamos avanzando en que la ciudadanía esté incluida. “Primero los pobres” es un lema con el que estoy absolutamente de acuerdo, pero de pronto me está sonando algo demagógico.

Siempre has estado comprometido con las luchas sociales...

Sí, pero me di cuenta de que el asunto partidario me era totalmente ajeno, y cada vez estoy más convencido de eso. Siento que los partidos no representan la voz de la población.

¿Cómo van tus proyectos culturales en Tepito?

Tengo por ahí algo que no está bien cuajado, pero es otra vez un intento para abrir un diálogo insólito y diferente a través del arte. Necesitamos estos espacios para escuchar al otro, aunque tenga posturas distintas.


En una zona tan compleja, tú te hiciste amigo de todos...

Yo así me relaciono, no sé si es por mi pasado. Como soy hijo de inmigrantes españoles, siempre necesité hacer familia aquí y echar raíces para sentirme parte de algo. Siempre lo busqué y lo he ido profundizando, porque cuando tú abres tu corazón, la gente también lo hace, porque es una reacción humana natural, pero estamos tan atrapados en tanto prejuicio, racismo, clasismo y pend... que perdemos la empatía.

Muchos te consideran maestro de toda una generación de actores, ¿lo sientes tú así?

No, porque yo también he tenido mis referentes de actores mexicanos que fueron muy importantes para mí, como Gonzalo Vega, Héctor Bonilla, José Alonso... Vengo de esa generación y me crié en el teatro universitario; Juan José Gurrola, Hugo Hiriart fueron mis maestros y simplemente soy producto de eso. No siento que sea papá de nadie ni un parteaguas, simplemente soy un momento, heredé una cantidad de cosas y solo sigo el camino.

¿Es por eso que no te tomas en serio el papel de estrella?

Pues sí. Sobre todo porque sé que si te tomas en serio el papel de estrella, después terminas esclavizado. Terminas trabajando para ese papel, pensando en qué quiere esa estrella, si tiene que salir aquí o tiene que ir allá... y se vuelve una cárcel que tú mismo te fabricas. Entonces no, ese es el único papel que solo quiero interpretar en la ficción.

¿Se puede decir que sabes perfectamente quién eres?

Es una respuesta muy difícil de dar porque yo me considero una cosa que está en movimiento y en constante cambio. No puedo decir que sé a ciencia cierta quién soy, porque conocerse realmente y saber qué quieres es un camino que no termina nunca o no debería terminar jamás. A diario abres una puerta que te lleva a otra y así sucesivamente, y el arte radica en darte cuenta de que nunca has llegado, que es un andar.


¿Qué piensas de los premios?

Cuando te llaman “primer actor”, por ejemplo, yo siento que es cuando tu carrera ya va en picada... Yo hago las cosas con mucha dedicación, siempre buscando aportar algo de contenido interesante, conocerme, conocer el espíritu humano y ya; si hay éxito y premios, genial, pero no trabajo pensando en eso. Por supuesto que da mucha satisfacción ganar un premio o que esté lleno el teatro, pero el motor inicial no es ese, sino un trabajo personal de crecimiento.

¿Sueñas con ganar un Oscar?

Es un gran premio mundial y creo que es una enorme ventana comercial para que una película pueda verse por muchos lados, pero no es una meta que yo tenga, ni está cifrado ahí el éxito para mí. Hay gente notable que no ha recibido nunca el Oscar o se han tardado muchísimo en dárselo, así que yo no trabajo pensando en los premios. Si llega el Oscar, bienvenido será, pero no es mi motivación en la vida, ni practico discursos de agradecimiento en el espejo; en términos de soñarlo o desearlo, sinceramente no estoy ahí.

¿Cómo fue trabajar con Alejandro González Inárritu?

Fue una cosa increíble porque él es muy amante de la actuación, incluso ha tomado muchos cursos como actor, entonces es un lenguaje que conoce bien. Es poco frecuente encontrar un director con el que puedas profundizar, bordar un personaje realmente fino y que entienda qué estás haciendo.

Fluyó eso muy bien, me enfrenté a cosas nuevas, muy difíciles, y estoy muy ilusionado de ver el resultado final; visualmente ya lo sé porque fui a grabar unas voces de diálogos que faltaban y ¡se ve brutal!


Fotografía: Héctor Arjona


Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.