Durante un paseo por la avenida Álvaro Obregón, en la colonia Roma, habrá de maravillarte un espectáculo arquitectónico marcado con el número 99. Una casona que parece estampa antigua, pero que por dentro está colmada de vida y arte. Es Casa Lamm, obra de principios del siglo XX, que sigue en pie y con cimientos muy resistentes.
El creador de este inmueble fue Lewis Lamm, en 1911, y aunque su principal objetivo era habitarlo, la Congregación de los Hermanos Maristas formó entre estos imponentes muros el Colegio Francés Jalisco. Posteriormente sí se utilizó como casa habitación y, gracias a esta decisión, se pudo conservar esta obra de gran dimensión, la cual, sin duda, es una oda a la opulencia de ciertas clases sociales de aquella época.
Fue en 1993 cuando se inició una nueva era para este edificio: el Centro de Cultura Casa Lamm, fundado por Alejandro Burillo Azcárraga y Germaine Gómez Haro. Él, un empresario apasionado del arte y el deporte (fundador del Abierto de Tenis), y ella, una historiadora del arte, crítica e investigadora que se ha dedicado a formar este espacio para la cultura y el arte en México.
“Junto a cinco socias fundamos Casa Lamm, todas historiadoras del arte, colegas y amigas que tuvimos el interés de diseñar una carrera diferente en su programa a las que en ese momento había en las universidades. Sentíamos que, además del programa académicoteórico, hacía falta introducir algunas materias que en esos años apenas comenzaban a perfilarse dentro del campo de la historia del arte”, platica Germaine en entrevista, quien desde ese momento ha sido la directora de este proyecto que ha potencializado durante casi tres décadas el panorama artístico del país.
Con esto en mente, Casa Lamm abrió sus puertas a apasionados estudiantes que podrían aprender sobre el mercado del arte, curaduría, museografía, entre otras asignaturas que hacían falta para enriquecer la experiencia estudiantil, “con el fin de que los egresados tuvieran una formación sólida para trabajar en otros campos que el puramente académico”, comparte Gómez Haro.
Al tener esta iniciativa y volver aún más llamativa esta carrera, había que seguir creciendo y, aunque en principio no pensaron en ir más allá de la licenciatura en Historia del Arte, con el apoyo de los maestros y de personalidades del mundo cultural también se generó la maestría y el doctorado en esta materia.
Pero la institución no se quedó ahí, ya que al mismo tiempo que hacían los planes de estudio para los posgrados, también decidieron explorar la vertiente de la creación literaria y presentaron así la licenciatura, maestría y doctorado en este arte.
Hoy en día, Casa Lamm, como institución educativa, también ofrece muchas otras opciones. “En nuestra página web aparece la gran diversidad de materias y grados académicos que se pueden estudiar con otros temas como historia, apreciación cinematográfica, redacción, taller de pintura, seminario de crítica del arte y técnicas artísticas”, añade.
“Nuestros estudiantes de licenciatura, maestría, cursos libres o doctorado en cualquiera de las áreas, tienen la certeza de que nuestro nivel de estudios es de óptima calidad. Todos nuestros maestros cuentan con un alto grado académico, en su mayoría son reconocidos y también trabajan en otras universidades. Con satisfacción hemos visto que los egresados de Casa Lamm se gradúan con un nivel académico muy alto”, asegura emocionada.
Siempre interesados en hacer más valioso el paso de sus alumnos por la institución, se fueron creando otras unidades para la exploración, reflexión y presentación de cualquier disciplina artística. Tal es el caso de la galería y la biblioteca. Ambos espacios incentivan el análisis gracias a la continua participación de intelectuales, académicos, artistas y demás personajes dentro del mundo de la cultura.
La galería se ha consolidado como un espacio plural en el que conviven distintas vertientes de las artes visuales, y es gracias al equipo de este departamento que se llevan a cabo proyectos que se integran de una manera muy órganica a la base esencial por la que fue creada esta institución educativa.
“Galería Casa Lamm ha sido motivo de mucha satisfacción porque, aunque no se trata de una galería comercial en el sentido estricto del término, hemos dado la oportunidad a muchos artistas de muy diferentes generaciones de participar con exposiciones que les han permitido dar a conocer su trabajo y les hemos aportado nuestro aparato de difusión para promoverse en México y en el extranjero”, menciona la también ensayista.
Pero su trabajo no está solo enfocado en el desarrollo de sus propios alumnos, ya que al tener un edificio magnífico y en el corazón de una de las colonias más importantes de la capital, se ha dedicado también a enriquecer el panorama cultural de la ciudad, por lo que a excepción de los grados académicos, las demás actividades son libres para el público.
“Casa Lamm enriquece a la comunidad por tratarse de un espacio abierto a todo el público en el que todas las actividades son gratuitas, en el que se invita y se recibe con los brazos abiertos a todos los miembros de la comunidad de cualquier área de la ciudad. Es nuestro deber promover todos nuestros eventos para que todo aquel interesado pueda venir, participar y beneficiarse de ellos”, explica Germaine.
Este lugar también funciona como un increíble centro de reuniones. En sus salones y en el impresionante jardín se han llevado a cabo distintas actividades externas que quedan enmarcadas por la belleza arquitectónica del lugar.
Por si fuera poco, dentro de sus instalaciones también se encuentra Nueve Nueve Bistro, un restaurante que forma parte de Grupo Hunan y que ofrece espectacular comida mexicana contemporánea, creada por la chef Mónica Beteta.