Algunas de las alteraciones de conducta más comunes en los canes se deben a sufrieron de carencias afectivas, alguna experiencia traumática o la falta de socialización durante esta etapa de acuerdo con el Instituto de Estudios Aplicados de España.
Para estudiar el origen de estos comportamientos existen los etólogos, profesionales que pueden trabajar tanto con animales en cautiverio como con animales domésticos.
La etología se considera una rama de la biología y de la psicología experimental desde la cual estudian aspectos como la agresividad, el apareamiento, el desarrollo del comportamiento, la vida social entre muchos otros.
Para comenzar a analizar dichas conductas será necesario examinar no solo al perro, sino también su ambiente, su historial médico, su relación con el dueño y con los demás miembros de la familia.
Una vez se tenga un diagnóstico, se procede a seguir un tratamiento de modificación de conducta que no es lo mismo que adiestramiento donde se enseñan comandos y reglas.
Con este diferente método se promueve el ejercicio mental y la creación de una relación fortalecida y saludable entre el perro y su dueño, correcciones realizadas mediante una reeducación en positivo donde el lenguaje amigable y los nulos procedimientos que provocan malestar o dolor son la clave.
Para prevenir dichas alteraciones será importante preguntarte desde ahorita si has experimentado un cambio de hábitos de tu parte como por ejemplo dejarlo más tiempo solo, reducir el ejercicio o integrar un nuevo miembro a la familia.
Tener en cuenta que la educación empieza desde que establecemos el primer contacto con nuestro perro nos ayudará a entender que si lo hacemos de forma adecuada, éste se desarrollará de manera saludable en su nuevo entorno.