Aunque es hija del gran Carlos Fuentes, la incursión de Cecilia Fuentes en el mundo editorial se debe exclusivamente a su madre, la actriz Rita Macedo, quien pidió su ayuda para organizar algunas notas sueltas y darle forma a lo que sería un libro autobiográfico. “Estaba desempleada y muy enojada, odiando a todo el mundo, así que decidió dedicarse a escribir. Quería entretenerse contando su vida, pero eso mismo la fue cambiando por dentro”, recuerda Cecilia.
Fue tal el cambio que, el 5 de diciembre de 1993, Rita tomó un arma, se encerró en su automóvil y, a los 68 años, decidió terminar con su vida. “Creo que para ella el libro fue un autoanálisis muy fuerte, seguro le pesó muchísmo darse cuenta de cosas que tal vez ya no recordaba, al grado de querer irse”.
Así nació Mujer en papel, un texto que esperó casi tres décadas para salir a la luz y que recientemente fue reconocido por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) como el Mejor libro de no ficción publicado en 2020. Sin embargo, la autora no se toma en serio los halagos ni el fenómeno surgido en torno al ejemplar, que ya está siendo traducido al inglés, además de planear convertirlo en audiolibro y en una teleserie.
“Todo lo que salga de él es ganancia, porque yo no esperaba nada más que darle gusto a mi mamá, y que se publicara, para que ella esté contenta, donde sea que se encuentre”, asegura.
¿Y qué piensas que opinaría tu padre de este libro?
Hubiera repelado al principio, como Silvia (Lemus, viuda y heredera del escritor), por no querer que salieran sus trapos sucios al sol (dice entre risas). Ya terminado, creo que sí lo hubiera apreciado como lo que es: un trabajo desde el cariño y el recuerdo, donde a él, incluso, lo reconozco por primera vez como un hombre de carne y hueso.
¿Por qué lo dices?
Porque Carlos Fuentes es un autor muy conocido, pero por todas las razones equivocadas; valía más lo que era realmente, que el personaje que le inventaron. Había cosas que escribió que pudieron ser más accesibles y se quedaron guardadas, por eso quise presentar a este ídolo de una forma más humana y comestible para todo el mundo.
Y tu mamá, ¿qué crees que Pensaría del resultado?
Ella seguro estaría feliz de todo lo que le agregué porque, cuando vi el original que hicimos juntas, era un manuscrito muy breve. Hacía falta contar más acerca de ella, sobre mi padre y sobre el contexto en el que vivieron juntos. Y contarlo de una manera muy transparente... Nunca he entendido por qué presentan a los personajes como si fueran perfectos. Yo, como no tengo ningún compromiso con nadie, decidí contar todo como fue: Gabriel García Márquez era el señor que me hacía tortas, y Luis Buñuel, el viejito que me pellizcaba los cachetes; no eran particularmente especiales para mí, así que hablo de todos de manera normal.
Mi mamá tampoco pretendía hacer un retrato de la época, simplemente recordar lo que había hecho y recuperar algo del lugar que ya había perdido.
¿De ella descubriste algo nuevo?
Algunas mentiras sobre mi papá. Por ejemplo, yo no había leído las cartas que él mandaba, pidiendo que lo alcanzáramos en Europa; crecí con otra versión y, por mucho tiempo, esas cartas me ofendían hasta cierto punto, pero, ahora que las leo, fue como una terapia donde descubrí otra realidad. Se puede decir que gracias a este libro aprendí a perdonar a mi padre y a darme cuenta de que mi mamá era muy dramática.
Pero se trataba de una mujer adelantada a su tiempo...
Nunca se me hubiera ocurrido, porque no era particularmente feminista ni nada por el estilo. Lo cierto es que fue una actriz que tuvo muy mala suerte, por sus emociones tan delicadas y exacerbadas, pero que tuvo mucho que ver con el desarrollo artístico en México. Hizo cambios en el teatro y lo llevó a otros estándares, pero nunca se lo reconocieron. Tampoco logró mucho en el cine pero, aunque la mayoría ni se acordara de ella, aquí da una muestra de cómo se podía ser una mujer moderna en esas épocas.
¿A qué crees que se debe el fenómeno que ha causado el libro?
En un principio pensé que se debía al morbo, pero ya comprobé que no es así; el éxito ha sido ver a estos personajes desde un lado más sencillo y, a través de ellos, conocer la historia del país. También hay un nuevo gusto por lo retro, generaciones que quieren saber más de un México del que muy pocos se acuerdan, pero quisieran conocer.
¿Este proyecto vino a salvarte?
No solo a mí. Vino a salvar el recuerdo de mi mamá, que por fin tiene su lugar y la gente conoce su historia. Y yo salí del hoyo donde siempre estuve escondida, aunque nunca seré escritora, porque yo no tengo el talento de mi padre; más bien soy un producto de Televisa.