En el 2020, Arely aprendió a valorar las cosas que daba por hecho como normales. “El ver que una situación así puede cambiarnos la vida completamente, incluso acabar con ella, nos hace entender lo frágiles que somos como seres humanos”, afirma.
También aprendió a disfrutar el día a día, a vivir el momento con sus seres queridos. Are halló un espacio para encontrarse consigo misma y cuestionarse quién es y hacia dónde va. Con una nueva oportunidad por delante, la mayor de las Rivera tiene importantes metas por concretar:
1. Dedicar más tiempo a Dios. “A mí me gusta confiar en Dios, y creo que, este año es una buena oportunidad para seguir caminando junto a él y no despegarme de su mano. Creo que todo lo que tengo es gracias a él. Mi familia es muy católica; mis papás nos han inculcado siempre el amor a Dios. Siempre hemos pertenecido a grupos juveniles, nos hemos dedicado realmente a servir, pero como que no había dimensionado que es una parte fundamental”.
2. Dedicar más tiempo a la familia. “Sé que somos una familia muy ocupada, más con los proyectos que tenemos en mente, pero es importante tener un tiempo para convivir, para estar con ellos, a raíz de lo que vivimos”.
3. Dedicar más tiempo a los amigos. “Ahora no se puede pasear, pero se puede estar en contacto. Es una de las experiencias que también nos deja el 2020, poder estar más en contacto con las personas aunque sea en estas condiciones”.
4. Iniciar el posgrado. “Quiero intentar compaginarlo con los proyectos que tengo en mente. Me gustan mucho las estructuras, el cálculo estructural, pero creo que mi primer posgrado será en Administración de la Construcción. No quito el dedo del renglón de las estructuras, esa materia me hizo pensar en cambiarme a Ingeniería Civil en la carrera, pero Arquitectura me encanta”.
5. Retomar la práctica del ballet. “Toda la vida me ha gustado bailar, empecé desde muy chiquita. Me gustaría encontrar un programa los sábados, un día que tenga un poco más libre. Creo que es importante. Cada vez que veo algún documental de ballet o algún recital, quisiera estar ahí”.
6. Hacer tiempo para el amor. “Me he enfocado mucho en mi carrera. En estos últimos cinco años pasaron cosas que realmente no buscaba, ahí estuvo la mano de Dios. He dejado a un lado cosas personales para darle prioridad a la parte profesional, pero yo creo que este año tiene que estar en la lista de propósitos. No lo quería mencionar porque yo creo que todo tiene su momento en la vida, pero hay que estar preparados para eso. A fin de cuentas es un compromiso y yo soy muy comprometida con las cosas que están en mi vida. No puedo seguir enfocada en lo mío y ser egoísta”.
Arely es una persona muy ordenada y metódica, le gusta planear las cosas. Todas estas metas personales le servirán para potenciar su trabajo en su despacho, en Tallera de Rivera y en la firma americana De Build Group, en donde se desarrolla profesionalmente.
“Creo que es muy importante, al momento de hacerte una meta, crear ese compromiso contigo mismo. Es un poco complicado a veces, pero hay que tener esa fuerza de voluntad para poder concretar”, agrega. “Hay que ir revisando el plan de vida a corto plazo”.
Si su vida fuera una obra en construcción, Are reforzaría los cimientos, y lo haría de la mano de sus padres, quienes le han inculcado esos valores. “Muchos hablamos de que hay que innovar en la arquitectura, y a veces pensamos que innovar es como crear algo nunca antes visto; para mí es completamente al contrario, tendría que ser retroceder para hacer un análisis de la historia, y poder tomar esos elementos que antes se ocupaban, y poder reinterpretarlos a mi realidad, para poder hacer una Arely renovada, pero sin dejar de ser yo”.
En la arquitectura, así como en la vida, conservar la esencia es importante. “La arquitectura es parte de la historia de muchas civilizaciones, de cómo la sociedad ha cambiado”.