El arte del tatuaje se ha convertido en todo un lenguaje que se construye de acuerdo con la narrativa del individuo. Detrás de un tatuaje, hay una historia cargada de simbolismos y significados. Desde una perspectiva antropológica, son considerados una forma de expresión corporal que refleja las tradiciones, valores y creencias de una persona, comunidad o un grupo social específico.
El tatuaje tiene sus orígenes miles de años atrás. Ha sido utilizado como una forma de comunicación e identidad por tribus antiguas, los antiguos egipcios y griegos, diversos grupos indígenas alrededor del mundo. Los diseños utilizados transmiten información de las personas y sus raíces. Por tal motivo, los tatuajes logran convertirse en un lenguaje visual.
Para Caleb y Santiago, los tatuajes son una expresión artística que han adquirido su significado por experiencias y vivencias que forman parte de lo que son hoy. En muchas culturas se considera que el tatuaje sirve como un ritual que marca momentos significativos en la vida de una persona, tal es el caso de los hermanos Yrigoyen.
Actualmente, Santiago cuenta con un total de 50 tatuajes: “El más significativo para mí el que tiene dos rosas y una cruz, y en medio la frase ´Bendecido´; este tatuaje representa a las dos mujeres que más amo en mi vida: mi mamá y mi abuela. Ellas fueron las dos mujeres que me ayudaron a no caer y, en cada paso que doy, ellas siempre están para mí, por eso, a donde sea que vaya, voy bendecido por las dos”, expresó.
En algunas culturas, los tatuajes son vistos como una forma de conexión espiritual con los antepasados y la naturaleza. Caleb mencionó que los tatuajes han adquirido un significado de recuerdos valiosos en su vida. El tatuaje más importante para él son las fechas de nacimiento de las personas más importantes en su vida: su madre y hermano.
La percepción y el significado de los tatuajes varían ampliamente entre las culturas. En algunas sociedades pueden ser altamente valorados y respetados, en otras están asociados con estigmatización y exclusión social.
Santiago recordó momentos en los que ha tenido malas experiencias por portar tatuajes, debido a los prejuicios: “Tuve muchas inseguridades por ser juzgado, me tachaban como delincuente, incluso ya no me gustaba salir y, si lo hacía, era tapado, hasta que aprendí a amarme a mí y amar mis tatuajes”, enfatizó.
La forma en que los tatuajes son percibidos y aceptados depende en gran medida de los contextos culturales y las conductas sociales: “No deberían juzgar a nadie por un tatuaje. La gente debería cambiar su pensamiento porque hay doctores con tatuajes, también hay personas que portan traje y que son delincuentes; tener un tatuaje no significa que eres ladrón. No se debe juzgar sin saber el significado y el por qué de los tatuajes”, destacó Caleb.
El tatuarse ha dejado de ser exclusivamente una forma de rebeldía, como antes se creía, y se ha convertido en una expresión artística respetada y apreciada. Por ello, Santiago señaló que si pudiera decirle algo a las personas que lo han juzgado, les diría que...
“Me hubiera encantado que me conocieran y me preguntaran por qué tengo tatuajes. Poder decirles que, a pesar de la mala fama o de cómo han sido conceptualizados los tatuajes, no todos los que tenemos tatuajes somos delincuentes o personas sin futuro. Los tatuajes no te definen como persona. También les diría que se acerquen y conozcan por qué la gente los tiene, ya sea por gusto o por algo más. Simplemente, que se quiten de la cabeza que tener tatuajes te hace una mala persona; es mejor que conozcan este arte”.
El tatuaje es concebido como una forma de expresar tu individualidad, gustos y experiencias. Se ha convertido en una experiencia en conjunto con el tatuador, pues se crea una atmosfera única e íntima, al iniciar un proceso de escucha con la alegría, el dolor, la tristeza o el entusiasmo del otro, para lograr plasmar una idea narrada en la piel. Así, el tatuaje construye un sentido de pertenencia y de memoria.