Ale Arenas ha desarrollado su marca en torno a la repostería y su personalidad; encontró lo que la hace realmente feliz y desde entonces no ha dejado de hacer eso que ama, hornear. Ahora, descubrió que compartir el conocimiento con otras personas alimenta esta pasión.
La chef tiene un futuro prometedor y nos comparte más de su evolución y lo que siente
¿Cómo inició la idea de ofrecer cursos de repostería?, ¿Cómo ha sido este proceso?
Todo empezó cuando abrí el blog Baking with Ale Arenas; la idea era separar un poco la página de mi postrería porque muchas personas me escribían para preguntarme cómo hago los pasteles, cómo los costeo, cuánto miden, entre muchas otras cosas. Me sentía un tanto frustrada al no poder contestar de inmediato o prestarles atención a esta comunidad, porque estoy metida en la cocina horneando los postres. Así que decidí separar la parte de la pastelería, de mi vida como chef y mi vida personal, así nació la página.
Todo ocurrió poco a poco, ya que en algún momento había planeado especializarme en dar cursos, sobre todo para aquellos que quieren emprender un negocio o aprender más sobre pastelería y apenas están empezando; básicamente yo inicié así y quiero compartir todo lo que he aprendido.
Sin embargo, cuando quieres especializarte, necesitas un diplomado o maestría, lo que yo hice fue diferente, más accesible para la comunidad. Se dio la oportunidad cuando me invitaron a dar el primer curso de cocina, en el cual enseñé cómo hacer un pastel desde cero hasta la decoración con betún.
El último curso que realizamos fue a finales de 2019, se planeó otro para febrero del siguiente año, pero no logramos llevarlo a cabo porque semanas después inició la pandemia. Para entonces, ya me había acostumbrado al ritmo de trabajo y la situación vino a descompensar todo.
¿Cómo aprovechaste esta circunstancia tan inesperada?
Recuerdo que subí una receta muy sencilla, empezaron a compartirla y a escribirme para agradecerme; muchas personas comenzaban a hacer postres desde casa y otros más querían aprender. La interacción con ellos aumentó paulatinamente, fue entonces cuando me fijé el objetivo de empezar los cursos en línea, trabajé 24/7 y me sentí muy feliz. Aunque debo aceptar que mi cuerpo lo resintió.
La pandemia fue una locura, tuve muchos pedidos, luego abrimos un nuevo punto de venta y comencé a grabar los cursos junto con David Haghenbeck y Paty Gómez, quienes trabajan súper bien la fotografía y video. El objetivo es que, sin necesidad de ser chef o tener mil utensilios, puedas hacer postres; explico paso a paso todos los procesos: desde cómo debe quedar la mantequilla, hornear el pan, hasta cómo nivelar el pastel para que, al cortarlo, tenga una apariencia bonita, las capas estén del mismo tamaño, y lo mismo con el relleno, también, cómo hacer que los bordes queden bien sin necesidad de utilizar fondant; sobre todo ahora que este material está pasando de moda.
Estoy muy feliz de que muchas personas, desde casa, puedan tomar el curso; aparte, la modalidad es que, una vez pagado el curso, es tuyo siempre, no hay un límite de tiempo para verlo, yo lo dejo para que, de acuerdo con las necesidades de cada quien, puedan volver a verlo las veces que sea necesario.
Comenzaste siendo solo tú y ahora cuentas con un equipo, ¿cómo has sentido esa evolución?
Hay veces en que no me la creo, recuerdo cuando empecé en mi casa y yo me encargaba de todo: desde subir la foto, las compras, el contenido, hornear, contestar mensajes, aunque muchas veces nos presionamos y creemos que no podemos, solo debes organizarte bien. Aun así, hay ocasiones en las que te podrás preguntar: ¿duermo o trabajo? Es ahí donde debes priorizar.
Ahora, cada vez que me dicen que quieren aprender a hacer algún postre, les digo que vengan con su libreta y apunten todo. Hace tiempo, tenía planeado trabajar cinco años en un lugar para aprender y después abrir mi postrería, pero las cosas fueron muy diferentes, y sí, admito que hice mis prácticas pero no es lo mismo que un trabajo.
Aprendí sobre la marcha y preguntando a mis amigos, que se dedican a ciertas áreas sobre temas específicos, aun así creo que es importante aprender y después ponerlo en práctica, así sería menos complicado al momento de tener que resolver problemas.
¿De qué manera estableces tus objetivos?
Siempre busco tenerlos muy claros cada seis meses y por año. Actualmente, estoy concentrada en mantener mis cursos e ir agregando cada vez más. Espero que para el siguiente año éstos se puedan llevar a cabo de manera presencial, ya que los disfruto mucho.
¿Cuál fue tu aprendizaje más reciente?
El cómo resolver problemas que no te esperabas. Lo importante es tener claro el problema y pensar en cómo lo vas a resolver. Creo que fue parte de lo que muchas empresas hicieron, pues no nos esperábamos una pandemia y mucho menos cambiar la dinámica laboral; algunas personas sobresalieron y lograron superarlo, lo cual es muy admirable porque se necesita mucho coraje para decir “esto no me va a detener”.