Ella es Astrid de García, una empresaria de corazón solidario

SOCIEDAD LAGUNA

Su fe inquebrantable la ha motivado a forjar un camino de apoyo y solidaridad para los más necesitados, a través de su fundación Gayori

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Astrid de García comparte su historia de vida y altruismo (Foto: David Lack)

Astrid es una mujer comprometida con las causas sociales, enfocada en el apoyo de los más necesitados. Estudió la Licenciatura en Administración de Empresas y comparte que su motor y fuente de inspiración son sus cuatro hijos: Selim, Yolandita, Marina y Maro y, por supuesto, su compañero de vida Rodolfo, con quien cada día construye una bella historia basada en el amor.


AMOR AL PRÓJIMO


Astrid creció en el seno de una familia muy unida, con bases en el amor y la educación, donde se respetaba el principio de equidad y la ayuda a los más necesitados, conscientes de tener siempre empatía para sus semejantes. Al igual que a su madre, le hacía sentir bien el ayudar a los demás, porque afirma que la vida siempre te retribuye.

Confiesa que cuando conoció a su esposo Rodolfo, parte de lo que la enamoró de él fue que compartían el mismo sentimiento de ayudar al prójimo, y así empezaron un camino de apoyo. Ambos son católicos devotos de San Judas Tadeo, Santo de quien están convencidos que intercede por ellos ante Dios. Así que cada 28 de octubre, desde hace seis años, se enfocan en ayudar a diferentes Casas Hogar con artículos como calzado, ropa y juguetes, los cuales acompañan de un mensaje motivador que inspire a las personas a continuar en la lucha para salir adelante.

“Para mí es muy importante que las personas salgan adelante, Dios quiere a los hombres humildes de corazón más no de bolsillo”, dice Astrid.


APOYO A LA NIÑEZ


En cuanto a la niñez, considera que es el futuro, por ello creó la Fundación Gayori, cuya filosofía es ayudar a los más necesitados, inculcando el valor del bien al prójimo y la superación personal, acompañado de la fe a San Judas Tadeo. 

“Estoy convencida de que aportando ayuda a los más necesitados en diferentes ámbitos y fomentando la educación se generarán las condiciones necesarias para otorgarles herramientas y que ellos mismos puedan salir adelante en la vida”, recalca.

En este año tan difícil de pandemia, Astrid implementó un programa titulado Covid, en el que por medio de la fundación se obsequiaron computadoras para que los niños puedan estudiar en línea y con ello seguir educándose.


En los últimos seis años, Astrid y su esposo han recibido mucha satisfacción y consideran que esa ayuda ha sido retribuida con múltiples bendiciones.

“Todos deberíamos ayudar en la medida de nuestras posibilidades, créanme que la gratitud alimenta el alma y el espíritu”, señala.

De la forma en que elige dónde ayudar, dice que le encanta hacerlo personalmente, ya que así se asegura de que el apoyo llegue directo a manos de quien lo necesita.

Finalmente, Astrid indica que su meta es sembrar en cada niño o persona vulnerable que ayude el espíritu de amor al prójimo y que sea gente de bien.


CRÉDITOS: 

Fotos: David Lack

Mobiliario: Loromo Mobiliario

Decoración: July López/ Manola Eventos

Styling: Kevin Puentes

Make up: Luis Guillén



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