Ana Victoria Cánovas y Gustavo Garmendia no niegan que la llegada de su tercer bebé los tomó por sorpresa, sobre todo por el camino largo y difícil que han vivido tras el nacimiento de su hija, Victoria. Pero eso no es motivo para que la pareja olvide agradecer por las cosas tan extraordinarias que han vivido con su familia en los últimos meses.
“Esto”, comentan, “es una enseñanza de vida, una señal para que nunca perdamos la esperanza, porque te das cuenta de que, cuando menos lo creas, las cosas más bonitas llegan sin avisar”. Ambos creen que ser padre en la actualidad implica tener la responsabilidad de formar y educar personas de bien, con valores y un buen comportamiento y que, especialmente, partan desde el ejemplo.
Ana Victoria comparte que desde pequeña su papá le enseñó la importancia de la felicidad. “Y eso es lo que hago todos los días: ser feliz y hacer feliz a los que me rodean. Eso también es lo que trato de inculcarles a mis hijos. Aunque haya días grises, siempre es importante verle el lado amable a todo”.
Por su parte, Gustavo aprendió de su padre a ser un hombre comprometido, con una vida sana y saludable, responsabilidad que él también tiene para con sus hijos. “Para mí, el rol de papá es estar presente para mis hijos. Disfrutarlos en cada etapa de su vida, apoyarlos y guiarlos para que den su cien por ciento cada día”, agregó.
El papá de Ana Victoria siempre ha sido una figura trascendental, que la ha acompañado en los momentos más importantes de su vida. La futura mamá menciona que el más memorable, fue cuando la entregó en la iglesia el día de su boda. “Para mí, ha sido el momento más hermoso que llevaré siempre en mi corazón”.
Aunque también recuerda con cariño cuando su papá las disfrazaba a ella y a sus hermanas para ver los partidos de futbol americano de los Cowboys. “Era fan de hueso colorado, y como éramos puras niñas nos daba mucha ilusión acompañarlo. Aunque no le entendíamos nada. Pero nosotras íbamos felices con él, disfrazadas de niños, a echar porras”.
Gustavo nunca olvidará el primer viaje que hizo al lado de su papá. “Nos fuimos los dos solos y vivimos experiencias que se me quedarán grabadas toda la vida. También recuerdo haberme ido de pinta con él y, por supuesto, cuando metí mi primer gol al Atlante. Ver su cara de orgullo en aquel momento fue algo que nunca olvidaré”, comparte.
Desde la llegada de su segunda hija, la familia de Ana Victoria y Gustavo ha cambiado en muchos sentidos. Ambos comentan que ahora llevan una dinámica muy divertida, ya que todos se han involucrado en el cuidado de Victoria. Para Gus, su primer hijo, ha sido increíble el poder tener una hermana y tomar las responsabilidades y el papel de todo un hermano mayor.
“De cierta forma”, dice Ana Victoria, “esto le ha dado mucha seguridad, además de que ya tiene ahora a alguien que le hace compañía. Además, ha empezado a ver también por su hermana, ya no solo por él, y eso a mí me encanta. Nuestra casa ya no solo está llena de pelotas por todas partes, sino también de muñecas, lo que nos llena de alegría a todos”.
Ana Victoria y Gustavo creen que la llegada de un nuevo hijo a su familia será un reto enorme, especialmente porque cada uno de ellos necesitará su tiempo, y es muy importante que ellos, como papás, puedan estar ahí para los tres. “Nos gusta ser papás muy presentes en la educación de nuestros hijos y creo que lo estamos logrando. La verdad lo decimos con mucho orgullo, y es gracias a eso que estamos formando a niños de bien y con un gran corazón”.
Este Día del Padre, Ana Victoria nos comparte los planes que ella y sus hijos tienen para celebrar a Gustavo. “Nos encanta preparar su desayuno favorito, para después disfrutarlo todos juntos en la cama. Gusito también lo sorprende con alguna manualidad o una cartita”, finalizó.