Ana Patricia Díaz es diseñadora gráfica, ilustradora digital y soñadora de corazón. Desde pequeña supo que quería ser artista, a los 11 años comenzó a tomar clases de dibujo y pintura en diferentes técnicas: óleo, al carbón y pastel. Siempre se ha mostrado curiosa por las diferentes ramas del arte, pues se encuentra en constante aprendizaje tomando cursos de fotografía, escultura, piano, repostería creativa, diseño de interiores e ilustración de moda. Ahora, se encuentra cumpliendo sus sueños desarrollándose en grandes proyectos y con mujeres que también buscan empoderar a otras a través de su trabajo.
¿Recuerdas tu primer acercamiento con el arte?
En mi familia hay varias mujeres artistas que me han inspirado a lo largo de mi vida y una de mis primas me involucró en la pintura. Desde que era niña, en verano nos daba clases de pintura a mis hermanas y a mí; me llevó a una de las exposiciones de arte e incluso me regaló mis primeros pinceles y materiales para pintar al óleo.
¿Llegaste a realizar alguna travesura de pequeña?
Sí, estaba muy chiquita: una pared rosa de mi casa tenía un golpecito y con un crayón del mismo color lo pinté y quedó pareja. Mis papás me felicitaron; a par¬tir de entonces me di cuenta de que me gustaba convivir con los colores.
¿Un artista nace o se hace?
Creo que ambos, hay personas que nacen con talento, pero la necesidad de crear y expresarse es una capacidad en el ser humano, con una buena formación y perseverancia, cualquier persona que quiera dedicarse a alguna actividad creativa lo puede lograr, además de que la misma esencia de un artista es lo que te impulsa a dedicarte a eso y desarrollar tu propio estilo.
¿Cómo defines tu estilo?
Me gustan mucho los colores pastel, los tonos suaves, minimalistas, básicamente, un mundo rosa.
¿Cómo enfrentas tus miedos?
Es común que no confíes en tu trabajo totalmente, pero debes recordar que lo haces por pasión, entonces se vuelve inspiración.
¿En qué área artística que todavía no trabajes te gustaría desarrollarte?
La música. De niña tomé clases de piano, pero lo cambié por la pintura; es algo que me gustaría retomar.
¿Qué es lo más bonito de ser artista o ilustradora?
Creo en la libertad que siento al crear. Lo que más disfruto de mi trabajo es poder comunicar mi forma de ver la vida, sumergir a las personas en mi mundo de colores pastel.
¿Y lo más complicado?
Como diseñadora te puedo decir que, cuando el arte se vuelve tu trabajo, es un poco difícil, porque nuestra labor en América Latina no está muy valorada y, actualmente, la tecnología y las aplicaciones de dibujo desvalorizan el trabajo de diseñadores e ilustradores. Se cree que estas herramientas, sin preparación ni conocimiento, pueden llegar a igualar nuestro trabajo.
¿Cómo defines el arte?
Es una forma de expresión con la que podemos transmitir un mensaje, comunicar pensamientos, sensaciones e ideas con nuestra percepción de fondo por medio de diversas técnicas o recursos.
¿Cuáles han sido los proyectos en los que has trabajado que más te han gustado?
Algo que me ha gustado mucho de dedicarme a la ilustración es que me ha permitido conectar con gente de todo el mundo; he podido hacer proyectos interesantes, entre ellos está el más reciente: una paleta de sombras para makeup artist de Ecuador, un proyecto en el que fue muy agradable participar. También diseñé un logotipo de empaque de productos de belleza en Inglaterra. Finalmente, lo más solicitado han sido las portadas de podcast. Lo interesante es que las personas que lo han solicitado son mujeres musulmanas de Marruecos, Reino Unido y Países Bajos.
¿Con qué personalidad te gustaría trabajar?
No tengo en mente con quién o qué marca en específico, lo que sí tengo claro es que me gustaría trabajar con personalidades que transmitan a la mujer ese mensaje de dedicarnos a nuestro poder, libertad y amor propio.
¿Te consideras feminista?
Sí. Aunque me falta mucho por conocer y deconstruir.
¿Cuáles son tus planes para este 2022?
Mis planes están enfocados en estudiar, de forma más específica, ilustración y certificarme en Milán. Quiero certificarme ahí porque gran parte de la historia del arte se encuentra en esta ciudad, es un objetivo a corto plazo que realmente me gustaría cumplir.
¿De qué te sientes orgullosa?
De haber conseguido que una pasión se convirtiera en mi trabajo, y sobre todo, de persistir en los sueños que tuve de niña, ver que poco a poco los voy cumpliendo es invaluable.