Aunque el cine ha sido una industria predominantemente masculina a través de la historia, también ha habido una importante participación femenina detrás de las cámaras, por ejemplo: Alice Guy-Blaché, Ida Lupino o Maya Deren.
Mujeres como ellas han marcado la pauta para las directoras y su influencia sigue permeando el cine que se hace hoy en día en el mundo.
Pienso que el objetivo más grande para las mujeres en el cine es que seamos reconocidas por nuestro trabajo y no por la distinción de ser “una mujer directora”.
Entré en este mundo cuando me mudé a la Ciudad de México en 2016 para estudiar la universidad. Cuando empecé el primer semestre de mi carrera, todavía no sabía que el cine era algo que la gente podía hacer, así como cualquier trabajo.
Esto a pesar de que toda mi vida me había interesado ver películas, el arte, escribir, la fotografía y en general lo creativo.
Estudié en la Universidad Iberoamericana. Escogí la carrera de Comunicación, que por sí misma es una de las mejores en toda la ciudad, pero tiene una especialidad de cine que cuenta con el mejor equipo cinematográfico y está reconocida mundialmente, ya que forma parte de la asociación internacional de escuelas de cine.
Una vez que asimilé mi vocación, todo cobró mucho sentido. Empecé a buscar ese oficio activamente, sabiendo que lo que más me apasiona en este mundo es el escribir y dirigir películas.
Aún estando en los primeros semestres de la carrera, comencé a involucrarme en actividades dentro y fuera de la universidad que me permitieron adentrarme en el mundo del cine mexicano.
La verdad es que he tenido mucha suerte de que las cosas se han ido acomodando por su propio peso.
Me siento sumamente agradecida con la vida por cómo se han desarrollado las cosas que me han traído hasta donde estoy parada el día de hoy; sin duda, el primer acercamiento importante al cine para mí como estudiante foránea, fue formar parte de un programa de radio llamado El Cine y… en Ibero 90.9.
Gracias a que me invitaron a participar en ese espacio, fui conociendo a mucha gente de esta industria (directores, escritores, productores, actrices y actores) cuyo trabajo admiro y a muchos a quién pude conocer más a fondo a través de entrevistas o en festivales.
A la par de hablar en la radio, recibí la invitación para colaborar con la revista Girls At Films, una plataforma digital muy importante para las mujeres en el cine mexicano. Estos dos espacios en particular me han abierto muchas puertas hasta la fecha, sobre todo para seguir creando una comunidad y desarrollándome profesionalmente.
Posteriormente, ya en los últimos semestres de la carrera de cine, empecé a trabajar en mis propios proyectos y cuando me gradué, decidí filmar mi primer cortometraje, Frontera, protagonizado por Diana Bovio y Jacobo Lieberman, junto con un equipo de puras mujeres talentosísimas.
Este cortometraje ha sido definitivamente uno de los proyectos más importantes para iniciar mi carrera como cineasta, ya que me permitió explorar mis inquietudes como directora, colaborar con un equipo de ensueño y alcanzar a mucha gente a través de su selección en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
Me conmueve muchísimo haber sido considerada para formar parte de este festival y escuchar las reacciones del público.
El año pasado también produje un largometraje de un director mexicano que será una obra muy importante en nuestro cine contemporáneo.
Además de esto, he tenido la oportunidad de trabajar freelance en producciones locales e internacionales que me han permitido aprender y crecer en este hermoso oficio.
Actualmente, me encuentro escribiendo mi primer largometraje, con el cual espero entrar a producción el próximo año.
Mi directora favorita es Mia Hansen-løve, una realizadora francesa que descubrí por accidente hace unos 10 años ya. Me puse a ver su película Eden porque me salió la recomendación en un streaming y cuando empecé a verla, estaba completamente impactada por la visión del mundo que plasmaba en su película.
Es completamente sensible a la realidad, pero al mismo tiempo sabe que construirla en el cine es un privilegio total, por lo que cada uno de sus personajes es esencialmente humano.
Viendo esta película fue la primera vez que entendí que el cine tiene posibilidades infinitas y que, siéndole fiel a nuestra esencia, podemos hacer películas para compartir la vida con las demás personas a nuestro alrededor.