Alondra Vargas, nacida para ser madre

SOCIEDAD HIDALGO

Al pequeño Allen le tocó una mamá con mucha energía. Mientras lo cuida, construye muebles, cambia azulejos, cocina... y todo lo documenta en Instagram y Facebook.

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Alondra Vargas de Maldonado / Foto: Carlos Dayan Aparicio.

"Mi sueño siempre fue ser madre”, asegura Alondra. “Todos dicen: Yo quiero estudiar esto y el otro, pero yo siempre dije: Quiero ser madre, desde que era bien chiquita. Algunas mamás se estresan, pero para mí ha sido como algo muy natural. Como siempre fue mi sueño, me preparé”.

Allen nació un sábado a la una de la mañana, y para el domingo, Alondra ya quería salir. Los desvelos, el no poder hacer todas las cosas que quisiera, son para ella gajes del oficio. “Soy muy feliz de pasar el tiempo con él. Me encanta jugar y aprender cosas que no sabía de los niños. Nací para ser madre. A veces digo: ¿Qué va a pasar cuando ya esté grande? Voy a tener más hijos después de un buen tiempo para no quedarme sola”, bromea.

Su secreto es ser muy organizada y perseverante; no es perfeccionista, pero sí exigente. “Las siestas las tiene súper bien marcadas: de 10 a 12 y de 3 a 5. Si ya son las 3 vamos a dormir, haya alguien o no. Lo siento”.

Alo se capacita en redes sociales siguiendo a expertas como Judith Amon, neuroterapeuta del desarrollo, a quien le ha comprado cursos. “Con ella he aprendido cosas como la importancia que tiene gatear. Lo ideal es que los bebés tengan mínimo tres meses de un buen gateo”, comparte.

Hace tiempo que no tiene un momento de estrés, pero mentiría si dijera que nunca los ha tenido. “La verdad es que soy muy relajada. El otro día se puso a llorar, ni le dolía nada, solamente era berrinche... pero se empezó a poner morado, y a mí me dio mucha risa. Mi mamá estaba toda desesperada: ¡Alondra, se va a morir!, me decía, y me daba risa”.

Una vez Allen se tiró pintura sobre su ropa nueva y a Alondra le dio risa. “Me río del momento y digo: pues ya, hay que limpiarla, pero soy muy relajada en ese aspecto”, afirma. El caos le da risa. Ya no se acuerda de su primera crisis, cuando Allen no dejaba de llorar y ella lo dejó en la cama y le cerró la puerta.

“Ahora de repente llora y lo que hago es abrazarlo, lo consuelo y se le va bien rápido. Siento que con el tiempo uno va obteniendo más herramientas y conocimientos que, si los hubiera tenido cuando tuve las primeras crisis, hubiera sabido qué hacer”, confiesa.

Ahora otras mamás le escriben para pedirle consejos. “Siempre ofrezco ayuda. Me gusta compartir lo que sé. A todas les paso a las expertas que sigo, incluso hasta los cursos, para beneficio de los bebés; porque no me gusta que los niños sufran, no me gusta que las mamás no tengan el conocimiento ni las herramientas para poder ayudarlos.

“Por ejemplo: que un bebé llore no es normal, es porque tiene algo. Que no duerman bien ha de ser súper cansado. Cuando Allen duerme dos horas yo me duermo con él y descanso súper bien o aprovecho para hacer la comida o las cosas que me gustan. Me tocó un tiempo en que no dormía bien y uno se siente muy cansado, no tiene energía, uno no está bien”.

Alondra no se rinde nunca. Para que su bebé duerma solo en su cuna, ella tiene que estar una hora sentada con él, sin hacer nada. “Necesito paciencia. Está todo oscuro y lo veo jugando. Ahí me quedo, estoy pendiente de él”, detalla.

¿Mamá influencer?

Todo lo que Allen hace está en redes gracias a ella. Eso le ha traído un grupo importante de seguidores que, aunque son amigos, esperan cada día sus historias. “Lo que me motiva a hacerlo es que se guardan las cosas. Pareciera que paso mucho tiempo, pero la verdad no.

“Lo hago por si mi teléfono se llega a morir -que una vez ya me pasó- tengo mucha información ahí que para mí es importante. A veces en Facebook subo cosas que solo puedo ver yo. Me gusta que también puedo compartirlo con los demás”, explica.


Sin embargo descarta que su intención sea convertirse en influencer, aunque ya muchos se lo han sugerido. Otros han aprovechado sus historias para decirle cómo educar a su hijo. “Eres una inconsciente, ¿cómo haces eso...?”, le escribieron una vez. Otro día una “amiga” le reclamó: “Qué bendecido tu bebé que le puedes dar mucha ropa y muchas cosas que yo no le he podido dar...”

“¿Qué puedo hacer?”, se pregunta Alondra. “Uno trata de darle lo mejor a los hijos, con lo que se tiene. Es un amor increíble, tú quieres darle lo mejor. Yo voy a consentir a mi hijo, claro que también le enseño a compartir”

Q&A 

¿Todas las mujeres deben ser madres?

Yo creo que todas las mujeres tienen un propósito y es diferente para todas. Yo siento que nací para ser madre, habrá otras que no, quizá no es su fuerte, nacieron para ser buenas en otras cosas, para brillar y deslumbrar en otras. Es una decisión personal.  

 ¿Qué pasa con aquellas mujeres que no quieren ser madres pero terminan siéndolo?

Es triste, pero así es la vida; muchas veces no quieres algo y pasa, tratas de hacer lo mejor posible. Pero hasta que no lo tienes, no sabes lo que es. Yo respeto a todas aquellas que deciden no tener hijos. 

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  • Elliott Ruiz