Especialista en Salud Pública por el Instituto Nacional de Salud Pública, maestro en administración de servi¬cios de salud por la UDLA, especialista en Gestión de Hospitales por la UDLA y, actualmente, doctorante en Administración de Instituciones de Salud en la Universidad Iberoamericana, Alfredo Victoria ha compartido a través de sus redes sociales varias recomendaciones, así como una parte de lo que se vive actualmente en los hospitales con la pandemia.
¿EN QUÉ MOMENTO SUPO QUE QUERÍA SER DOCTOR?
Mis padres son grandes médicos, así que el ambiente se hizo parte de mi vida diaria, y desde niño tuve la visión, de que algún día, me convertiría en un profesional de la salud. Crecí rodeado de obras de grandes maestros como: La Salud en México: testimonios 1988 de Guillermo Soberón; Economía y Salud de Julio Frenk; Manual de Epidemiología y Salud Pública de Ildefonso Hernández Aguado, entre otros. Ellos me motivaron a culminar mis estudios en salud pública y medicina preventiva. Mis padres siempre han sido un ejemplo a seguir.
¿CÓMO HA CAMBIADO SU VIDA DESDE LA PANDEMIA?
Totalmente, como sanitarista y como individuo, el reto de afrontar un fenómeno sin precedentes requiere de esfuerzos igual o más de arduos. En lo personal y como en el resto del mundo, la carga de la dirección de las políticas a contener la pandemia, son lideradas por gente como yo, especialistas en salud pública, especialista en Epidemiología, maestros y doctores en administración, calidad, economía en salud y áreas afines, que con su conocimiento pueden lograr mitigarla. A nivel individual, he tenido la oportunidad de atender pacientes portadores de Covid - 19, y poder integrar una estrategia de contención a cada paciente.
¿CÓMO HA LOGRADO CUMPLIR CON SU DEBER SIN DESCUIDAR SU VIDA PERSONAL Y DESCANSOS?
Desde el inicio fue difícil poder adaptarme, pues estábamos en una carrera contra reloj, no teníamos experiencia en tratar la enfermedad, lo que nos obligó al personal de salud actuar de manera pronta. Hoy, ya logré tener un balance, donde el ejercicio y la alimentación juegan un papel fundamental, así como el dormir oportunamente.
ADEMÁS DE LOS CUIDADOS QUE YA CONOCEMOS ¿QUÉ MÁS RECOMENDARÍA PARA PREVENIR EL COVID-19?
Hay un arma aún más efectiva; es la promoción de la salud, el empoderamiento de la población, donde todos seamos responsables de nosotros mismos y ayudemos a la colectividad evitando la propagación del virus.
¿EXISTEN CONSECUENCIAS FÍSICAS A CAUSA DE LOS EXTREMOS CUIDADOS POR LA PANDEMIA DEL COVID-19?
Sí, el hecho de estar expuestos a varias horas, portando el equipo de protección, puede ocasionar varias lesiones, no de alarma, pero sí de cuidado. Con el avance de la pandemia hemos podido identificar qué cosas sirven y, qué medidas no han demostrado ser tan eficientes. Pero la condición más impactante ha sido, sin duda, la mental.
¿CÓMO LAS EMOCIONES PUEDEN AFECTAR NUESTRA SALUD?
Es cierto que el ser humano es un ser biopsicosocial, por lo que si alguna de estas esferas se encuentra disminuida, indudablemente afectarán a las demás. Nosotros, como médicos, debemos tener en cuenta el estado completo de los pacientes, a veces, lo mejor que podemos hacer es escuchar la carga emocional que llevan, para poder entender mejor el por qué de sus problemas. La inteligencia emocional juega un papel protagónico; es necesario reconocer las emociones para poder dominarlas y tomar las mejores decisiones posibles, sobre todo, las relacionadas con la salud.
¿QUÉ OPINA DEL MALESTAR PSICOLÓGICO DEL COVID-19?
Creo que después de las condiciones físicas que ocasiona el virus, la parte psicológica tiene un rol importante en la prevención. El cambio de rutina cambia completamente a lo que estabas acostumbrado, desde el momento en el que te infectas y comienzan las interrogantes de: estoy enfermo ¿ahora qué?, ¿me moriré?, ¿a quién contagié? Y muchas otras preguntas que pueden llegar al momento en el que te dan la noticia o incluso, cuando comienzas a presentar los síntomas. Nuestro deber fundamental como médicos es tener ese tacto y respeto con los pacientes, para dar una noticia hay que hacerlos sentir acompañados y mostrarles que no están solos; que junto a ellos formas un equipo.
“El objetivo es salvar vidas, si se pueden tratar signos y síntomas de manera ambulatoria, mejor. Pero también la identificación de posibles complicaciones debe hacerse de forma precoz”.
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