Desde su experiencia a bordo del Princess Cruises, en Nueva Zelanda, la doctora Aldara Barrera se ha dedicado al 100 por ciento a la medicina estética. A partir de ahí, se ha enfocado en tomar diplomados, actualizaciones y congresos para seguir desarrollando y creciendo en esta rama: “El spa a bordo es un lugar muy relajante con un área de medicina estética, en el que las personas pueden tener la experiencia de realizarse tratamientos antiedad y regresar a casa luciendo más jóvenes y descansados”, recordó.
Esto hizo que cambiara de enfoque, anteriormente se dedicaba a la medicina general y quirúrgica, ahora, ayuda a las personas a lucir mejor, aumentar su confianza y estilo de vida: “Cuando salí de la carrera, me fui a vivir a Canadá y en ese entonces la medicina estética se encontraba en crecimiento. A los canadienses les gusta lucir un aspecto natural y siempre a la vanguardia. La medicina estética logra dar esa clase de resultados, en los cuales se resalta su belleza, sin llegar a un quirófano. Cuando conocí este arte, opté por prepararme en la rama”, comentó.
“He tenido la fortuna de ver cambios que impactan no solo en lo físico, sino también en la autoestima de las personas. La satisfacción más grande que me da mi profesión es ver que mis pacientes se reencuentran con ellos mismos y retoman su confianza, sintiéndose en armonía con su apariencia gracias a los resultados logrados a través de la medicina estética”, aseguró. Antes de estudiar medicina tenía un pasa tiempo que, sin saberlo, se relaciona con lo que más disfruta hacer, la pintura: “Siempre dibujaba caras y en mis tiempos libres los usaba para perfeccionar esas pinturas, sobre todo rostros de mujeres. Conforme iban pasando los meses, las iba perfeccionando y creo que esos cuadros se volvieron realidad. Hoy tengo la fortuna de que mis pacientes son como un lienzo en blanco al momento de entrar al consultorio, los veo cada semana o cada mes y agrego algo nuevo a esa pintura que les da vida, y hoy, sí tienen voz y una identidad”, finalizó.