Yalitza Aparicio: “Tenemos que aprender a priorizarnos”

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La oaxaqueña nominada al Oscar en 2019, usa su influencia para generar el cambio en las comunidades, dando a conocer los derechos de las mujeres e impulsando a las niñas a aspirar a más, dejando atrás los límites impuestos por la sociedad.

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La actriz ha roto estereotipos al posar para Vogue y en campañas de Christian Dior y Cartier.

Protagonizar Roma, de Alfonso Cuarón, puso a Yalitza bajo los reflectores. Por su interpretación de Cleo, la hija de Raúl Aparicio y Margarita Martínez, fue nominada al Oscar en 2019 y se convirtió en la primera mujer indígena en ser considerada en los Premios de la Academia. Casi sin quererlo, se convirtió en un ícono de representatividad y de equidad, rompiendo estereotipos al posar para Vogue y en campañas de Christian Dior y Cartier.

Al mismo tiempo que surcaba la fama y participaba en producciones como Presencias, La Gran seducción y Mujeres asesinas, Yalitza decidió usar su influencia en favor de las mujeres de las comunidades indígenas de Oaxaca, llevándoles un mensaje de libertad.


A sus 30 años, la Embajadora de las Naciones Unidas para los pueblos indígenas considera que, para llegar a donde está, ha ido rompiendo con ideas impuestas por la sociedad. “Me siento muy contenta de ser mujer, ha sido el lado más fuerte de toda esta travesía que he tenido”, reflexiona Yalitza, quien este año estrenará Familia de Medianoche, por Apple TV.

“Aunque a lo largo de la vida siempre te vas enfrentando a muchas cosas, por ser mujer es doble el esfuerzo y, en mi caso, que provengo de una comunidad indígena, es otra barrera que atravesar, pero, conforme he ido superando todo esto, me ha dado más fortaleza”, nos dice en entrevista la intérprete, quien en unos meses debutará como productora, con City of Dreams.

Yalitza es Embajadora de las Naciones Unidas para los pueblos indígenas.

¿Ser mujer te ha llevado a desarrollar fortaleza y ser persistente?

Desafortunadamente, crecí todavía en una época donde no existe la equidad de género, donde se confunden integración e inclusión. Creo que esto me llevó a decir, ‘OK, tengo que esforzarme todavía más’. Espero que las nuevas generaciones no repitan este patrón. Si yo como mujer subí un escalón, quiero que a la que venga detrás ya no le cueste tanto y así se haga una escalerita. Sé que existen generaciones que lucharon para que yo tuviera un camino más ligero y siempre se los agradeceré.


Con todo lo que has vivido, ¿cómo ha evolucionado tu visión de lo que puede hacer una mujer?

Recuerdo que en el 2016 mi mundo dio un giro enorme porque conocí a tres mujeres y me sorprendió el hecho de que, a la edad que tenían, yo les decía, ‘¿y tu familia?, ¿y tus hijos?’, y me decían, ‘no, no tengo, no es algo obligatorio. O sea, tú puedes viajar, conocer el mundo’. En ese entonces yo tenía mis veinti algo y era como de: Tenemos 10 años de diferencia y a mí me presionan en mi comunidad porque no tengo hijos... Cuando me decían ‘¿y tienes pareja?’, y yo decía, ‘no’, era como de ‘Ay, pobre de ti’, y en ese momento me la creía, pero después fue como de: ¡No! Allá afuera existen muchas mujeres que están haciendo las cosas distintas, que están priorizando lo que ellas quieren antes de lo que la sociedad les impone y son felices. Dije, ‘también soy libre de decir qué es lo que quiero, con qué soy feliz y en qué momento lo quiero’.

¿Ya no sientes presión social?

Exacto, ya no tengo ninguna presión y me da mucho gusto regresar a las comunidades y tener esta plática con mujeres de 10 a 20 años, en donde me dicen: ‘yo también quiero viajar, conocer el mundo, trabajar, estudiar y hacer esto, porque te veo y me doy cuenta de que sí se puede’. Aunque las presionen a casarse, a tener hijos, a dejar de estudiar, ellas ya sueñan con más.

En unos meses Yalitza debutará como productora, con City of Dreams.

De forma involuntaria te has vuelto una representante de la equidad de género, ¿cómo te sientes con ello? 

Es algo que me cuesta creer, pero me da mucha felicidad y ha valido la pena. Lo más importante es ver cómo cada una de ellas se va atreviendo a salir de la idea de que la mujer está determinada solamente a unas cosas. Es un cambio grande para las comunidades, me he encontrado a mujeres en un cargo en su municipio, que allá son mucho de usos y costumbres, algo que no veías, y de repente llegas y te dicen ‘ella es la regidora de educación’ y dices, ¡Guau!

¿Qué ha sido lo más difícil? 

Afrontarme a esas ideas, el hacer oídos sordos. Fue complicado ir asimilando todo esto y entender qué era lo que yo quería, escucharme a mí. Esa ha sido una parte muy difícil, porque como mujeres siempre ponemos atención a todo lo que nos rodea, pero se nos olvida escucharnos. Me encantaría que aprendamos a priorizarnos.

¿Qué te gustaría hacer por las mujeres de las comunidades?

Es en donde he escuchado más casos de que la casaron con alguien que ni conocía o a muy corta edad, porque en las comunidades la economía es una prioridad. ‘¿Tenemos los recursos para mandarte a estudiar? No, pues busquémosle un buen marido’. Me encantaría que cambiaran esta forma de pensar y que se den cuenta de que esa no es una salida, que el hecho de que estudien les puede dar más herramientas.



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  • Aracely Garza