Hija de un arquitecto y una doctora en Lenguas Romances, Wenceslao Batiz Martínez-Negrete e Irene Vegas García, Vero Batiz se ha distinguido por siempre ser una mujer exitosa en sus diferentes facetas.
“Nací en un hogar donde se respiraba arte, poesía, música, pláticas filosóficas y de viajes alrededor del mundo, sumado a la degustación de platillos exóticos cocinados por mi mamá. Desde niña fui decidida, aventada y valiente. Nací con la consigna de la justicia, de exigir respeto hacia mi persona, de luchar por lo que quiero y sin miedo al trabajo. Desde la pre adolescencia fui en pos de mis sueños. Con la creatividad a flor de piel, a lo largo de mi vida me he desarrollado en todas las áreas para las cuales sentí un llamado girando alrededor del arte en todas sus expresiones”, recordó.
Ella ha sabido sobresalir en diferentes ámbitos profesionales, los cuales la han ayudado a ser una mejor persona. “Fui actriz, cantante, canta autor, modelo, maestra de niños y diseñadora de modas. Soy escritora, cocinera y ante todas estas cosas, madre de cuatro hijos e hijas a quienes amo con toda mi alma, espíritu y corazón. Ellos son Andrea Garza-Batiz de Durán, Daniela Garza Batiz, Luis Ricardo y Gabriel Alejandro Samar Batiz. Estoy casada con Ricardo Samar Baruqui desde hace 18 años y en la actualidad estoy al frente del Bistro La Doña Delicias del Líbano, ¡mismo del cual soy la creadora y cocinera!
Inicié mi vida de emprendedora creando mi primer negocio a los ocho años de edad. Hoy por hoy tengo en mi haber varios negocios que me nutrieron y de los cuales me siento orgullosa: Chiquitines Fashion (junto a mi gran amiga Luly Arroyo), Talent Studio Creative Learning System, Batiz Alta costura, In Trend Magazine e Intrend Weddings, Ivy fashion Affair; estos cuatro últimos los fundé y dirigí junto a mi hija mayor Andrea, quien ha sido mi socia por muchos años”, compartió.
Pero como nos sucedió a todos, Vero también tuvo un gran cambio en su vida a raíz de la pandemia. “Un día de abril, hace casi dos años, de pronto mi vida tomó un giro de 180 grados. Mientras nos disponíamos a lanzar nuestra nueva edición de In Trend Magazine, un tirano llegó sigilosamente a nuestras vidas, ¡una pandemia que nos movió el tapete a todos alrededor del mundo! En ese momento no pudimos imprimir la revista y tampoco sacar la revista digital porque descubrimos que alguien nos había hackeado el sitio web de la revista.
"Por otro lado, la segunda edición de Ivy Fashion Affair se quedó a medias en plena planeación, y así como muchas personas me quedé en shock sin saber qué hacer. A veces la vida nos zarandea para obligarnos a crecer, al salir de nuestro lugar cómodo y conocido al toparnos con la desventura, la soledad, el miedo y la incertidumbre. Por fortuna, soy una persona que se pone en movimiento ante la adversidad, ya que así fue mi vida desde temprana edad”, resaltó.
La admiración que les tiene a sus papás es grande, ya que en ellos vio un gran ejemplo. “Recuerdo que a mis tres años de edad mi mamá estudiaba la Licenciatura en Letras Españolas, en el Tecnológico de Monterrey, por lo cual no la veíamos mucho mi hermano Wen y yo. Mi papá edificaba bellas obras en Monterrey, como la afamada residencia del Manotas de Vereda Alta, gran parte de Olinalá, colaboró también con su primo hermano Eduardo Padilla Martínez-Negrete en la creación de Nuestra Señora de Fátima, diseñando los bellos pilares cóncavos que residen en el interior y edificó numerables residencias en San Pedro, inclusive una para Don Roberto Garza Sada en su natal Durango y otras partes de la República Mexicana.
"De pronto mi vida se convirtió en un torbellino, se graduó mi mamá, mis padres se divorciaron y mi mamá empacó maletas para seguir sus estudios de postgrado en California, donde en los años 70 obtuvo su doctorado en Lenguas Romances y Literatura, en la Universidad de California U.C. Berkeley. Dejé atrás la seguridad del Colegio Americano, mis amigas, a mis amados padrinos Adán y Chata Lozano, y a mis primos, ¡mi ciudad Monterrey! Y lo más doloroso, a mi amado padre”, platicó.
Su vida familiar es algo que valora mucho, debido a que fueron muchos momentos que estuvieron llenos de aprendizaje para su realización como mujer.
“Fuimos en pos de los sueños de mi madre y mi vida cambió de la noche a la mañana. A lo largo de 15 años nos mudamos muchas veces dentro de Estados Unidos, ya que después de obtener el doctorado, mi mamá fue contratada por varias universidades de prestigio internacional como UCLA, Dartmouth College, Tulane y Cornell, después regresó a Monterrey, donde fue profesora a nivel de maestría en la UDEM, creando la carrera de Humanidades de la misma institución.
"Viví en España, Nicaragua y Perú, y hoy en día puedo decir que soy ciudadana del mundo, aunque donde llevo más años consecutivos es en Monterrey, a donde regresé después de 20 años. Muchas veces lloré por los cambios, por dejar una vez más a mis amigas, por tener que volver a empezar, una y otra vez, debido a las mudanzas. Solo veía a mi papá los veranos que viajábamos a México para estar con él. No tuve raíces, familia, me arrebataron la seguridad que el entorno cómodo te ofrece. Pero todo esto me fortaleció, me dio una visión más amplia de la vida, aprendí a superar obstáculos. La incomodidad se convirtió en lo natural, aprendí a tener paciencia, a aceptar los cambios y a sortearlos, obteniendo una seguridad muy dentro de mí, una certeza que nada me podía detener. Una necesidad nació en mí de ir detrás de mis sueños, de que el tiempo apremiaba, puesto que en cualquier momento la vida te podía arrebatar las cosas y todo podría cambiar; creo que esto se hizo latente en mí, pues fui sobreviviente de muchas situaciones que viví”, agregó.
Vero está llena de fortalezas, las cuales refleja en su forma de ser hoy en día. “Creo que debido a eso, cuando llegó la pandemia a mi vida no me paralicé, no me aterré y más bien me puse en acción. Un día que hacía limpieza profunda mi casa encontré los volantes que mandé a hacer 15 años atrás, cuando lancé Delicias del Líbano para eventos sociales.
"Dios me mandó el mensaje que lo pusiera en acción al grito de ¡ya! Llevaba varios años buscando una plaza para reabrir Delicias del Líbano, y un año antes de la pandemia había separado un local en una plaza hermosa al sur de la ciudad, misma que sigue en construcción (ahí será la segunda sucursal).
"Traía la idea de abrir mi bistro sumado a todo lo demás que realizaba y el plan era abrir cuando terminaran esa plaza. Pero con la llegada del Covid y todos los cambios que eso trajo, al tener mis volantes en mis manos decidí ese mismo día poner en marcha un plan exprés. Empecé con un menú pequeño que incluía varias especialidades, el cual llevaba años preparándoles a mi familia y amigos, mi ceviche peruano, puchero de res, frijoles negros y las tortas de pierna. Todo esto mientras creaba el menú libanés, y a los dos meses con el apoyo de mi esposo y mi familia, lancé La Doña Delicias del Líbano desde mi casa con servicio a domicilio a toda la ciudad. ¡Así mi plan se adelantó! Porque los tiempos de Dios, quien es mi guía y mi sostén, son perfectos.
"Tras arduo trabajo, de lunes a domingo, sin parar, sin viajes, ni descanso, fui creando este espacio libanés donde pueden encontrar diversos platillos auténticos libaneses y mi torta y wrap insignia de pierna La Doña, así como muchas delicias preparadas con amor y entrega total”, destacó.
No dejes de visitarla
Sin duda, su proyecto gastronómico ha sido un gran éxito en su vida personal y profesional, ya que a través de sus platillos comparte sus raíces mexicanas y peruanas.
“Me preguntan porqué le puse La Doña en vez de la Siti Delicias del Líbano, y como lo he platicado a mis comensales y amigos, soy una mujer mexicana-peruana. Mi esposo Ricardo Samar Baruqui es mexicano-libanés y sus padres nacieron en Líbano. Quise darle una identidad al nombre, a la marca; La Doña es una mujer mexicana que cocina comida libanesa. Recetas auténticas y deliciosas creadas por Doña Elena Baruqui de Samar, mismas que hoy en día preparo yo con amor y esmero en cada platillo, con mi toque y mis raíces y varios platillos de mi creación.
"Por otro lado, a lo largo de los años muchas personas se dirigen a mí como Doña Vero. Será por mi carácter fuerte y decidido, que nada me tumba, nada me detiene, que no conozco el no, el no se puede, no podrás, el es muy difícil, no es el momento oportuno. Nada de eso jamás me ha detenido, más bien esos comentarios me han impulsado a realizar mis sueños. Soy una mujer intrépida que pone acción a las cosas, giro en torno al movimiento así como un girasol que se mueve al compás del sol para crecer más rápido, más fuerte y obtener mayor fortaleza en su estructura. Así me defino.
Las fotos que ilustran esta colaboración donde caracterizo a La Doña, por excelencia, María Félix, surgen a raíz de una idea que tuve al abrir el bistro y se llevaron a cabo con un súper equipo, al cual le agradezco enormemente su tiempo y profesionalismo. Gracias a todos mis comensales que sin ellos este sueño no se habría hecho realidad y gracias CHIC Magazine por brindarme este espacio. Invito a todos a visitar nuestro lugar ubicado en una bella plaza nueva edificada por GM Capital, llamada Distrito Armida, ubicada en la zona de mayor plusvalía, Valle Oriente en San Pedro, Garza García, Nuevo León”, concluyó.
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