Ricardo del Río: reconocen su trayectoria y altruismo

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El médico pediatra recibió un merecido reconocimiento en una emotiva ceremonia, ya que fue postulado por la ciudadanía lagunera por su destacada labor a través de los años, en su ejercicio profesional y su calidad humana.

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Ricardo del Río, médico pediatra

En el marco de la conmemoración de la Independencia de México, el Dr. Ricardo Del Río Torres recibió un merecido reconocimiento en una emotiva ceremonia, ya que fue postulado por la ciudadanía lagunera por su destacada labor a través de los años, en su ejercicio como médico pediatra.

FUERTE VOCACIÓN

Ricardo es un profesional honrado, sencillo y carismático, nacido el 17 de junio de 1943, en Gómez Palacio, Durango. Es un ser apasionado de su profesión, feliz esposo, orgulloso padre y abuelo.

Indica que “siempre se tiene que estar en constante capacitación, sobre todo en el área de la salud, porque con ésta no se juega y el deber de todo profesional es mantenerse a la vanguardia. Como médicos tenemos la obligación de dar el mejor servicio, con conocimiento y profesionalismo”.

Con una trayectoria llena de éxitos, el doctor Del Río afirma que es un simple mortal, que ha dedicado su vida a ser cada día mejor, que siempre está dispuesto a ayudar porque como doctor, y en especial como pediatra, es un compromiso de por vida.

Del Río relata que fue su abuela materna María Dávila Romo, quien le inculcó el amor por la Medicina, pues cuando él era niño, ella tenía una gran variedad de pájaros y perros, entre otros animales y que cuando se le enfermaban, su abuela le enseñaba cómo cuidarlos y curarlos.


Con apenas uso de razón, Ricardo tenía claro que deseaba ser médico, pues le gustaba mucho ayudar a las personas, por ello cursó sus estudios en el Instituto Francés de La Laguna, desde primaria hasta preparatoria; al término de la misma, a los 17 años, emprendió su viaje a la Ciudad de México, para estudiar Medicina en la UNAM. Su examen de admisión lo aprobó con 9.8, siendo el de más alta calificación, por lo que sus papás se mostraron muy orgullosos.

Confiesa que esta etapa no fue fácil, ya que "estaba solo en una ciudad muy grande y con mucha responsabilidad, porque la carrera exigía mucho estudio y dedicación, pero como siempre fue mi anhelo, no me costó tanto trabajo adaptarme al nuevo ritmo de vida y a las exigencias de la carrera. Realicé la especialidad de Pediatría en el Hospital Central de Concentración Nacional de Petróleos Mexicanos y después regresé a Torreón a ejercer mi profesión en 1971".

APOYO FAMILIAR

De cómo encontró el amor, Ricardo señala que fue con su esposa María Guadalupe Villa y López y dice sentirse bendecido por la familia que formó: por sus hijos Lupita y Ricardo, quien hace pocos meses regresó a la Casa del Señor, y por su nieta Regina, que tiene unos días de nacida.

La compresión de la familia en esta profesión es importante, ya que el doctor no puede dejar de atender una llamada sin importar la hora. 

“Mis pacientes tienen la seguridad de que esté donde esté y sin importar la hora les contestaré su llamada para atenderlos, pues soy un pediatra de 24 horas”, agrega.


CALIDAD HUMANA

Otra de las razones por la que los laguneros tienen al Dr. Del Río en alta estimación es por su conocida labor altruista. 

“No puedo dejar de atender a un niño aún y cuando sé que su familia no puede pagar”.

Además, Ricardo colaboró muy de cerca con el padre David Hernández, dando consultas gratuitas en los ejidos; también ha trabajado con la congregación de los Legionarios de Cristo, apoyando en las comunidades rurales con consultas y llevando medicamento durante la Semana Santa de cada año. Esto lo realiza acompañado de su familia, a través del programa Familia Misionera. A lo largo de su trayectoria profesional fungió como jefe de enseñanza en la Clínica 18 del Seguro Social y fue director interino; ha trabajado en el sistema de beneficencia y como consejero en la Cruz Roja Mexicana.

Para el doctor “no hay nada más satisfactorio que diagnosticar a un paciente y curarlo totalmente”.
Con 47 años de labor, afirma que ya está consultando a la tercera generación de pacientes: “ahora atiendo a los nietos de mis primeros pacientes, para mí es una gran satisfacción, porque eso refleja la confianza que me tienen desde los abuelos, haciéndome su médico de cabecera", señala.


Dentro de sus proyectos de cada año está la capacitación, asistir a los congresos nacionales e internacionales más importantes, algunos de ellos se han realizado en Sudáfrica, China, Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Francia y en países de Sudamérica, donde se han tocado temas de todos los ámbitos de la Pediatría y todas las novedades de la Medicina Científica. Actualmente, a su consultorio asisten estudiantes que están a su lado capacitándose y aprendiendo. 

“Estoy en esa fase de trasmitir a las nuevas generaciones los conocimientos, es algo que en lo personal me encanta y me llena de satisfacción”, aporta.

Del Río confiesa que desde hace 50 años tiene el hobby de la fotografía, actividad en la que se califica como autodidacta, por lo que formó parte del Club Fotográfico de La Laguna y ha tenido varias exposiciones en el Tecnológico de Monterrey, Campus Laguna y en Monterrey; además ha ganado premios en varios concursos. 

"Me queda la satisfacción de haber podido compartir con mi hijo esta pasión", indica.

Finalmente, el médico recalca que es muy importante poner más énfasis en lo que cada uno hace, ser profesionistas comprometidos, leales y honestos; en hablar con la verdad y siempre poner un granito de arena para mejorar en conjunto. 

“Como pediatra no puedo negar que mi trabajo siempre serán los niños, ellos pueden lograr un mejor mundo, comprometido con la verdad, con el amor y con la paz y la unión familiar”, concluye.


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