“Más que reinventarme, últimamente he trabajado en redescubrirme y en volver a encontrar mi verdadera esencia para explotarla al máximo, sin importar el qué dirán ni preocuparme por cuestionamientos de las personas a mi alrededor. A veces, por miedos absurdos que tenemos desde pequeños, dejamos de hacer las cosas que nos hacen felices; entonces, ahora estoy en un momento en el que todo lo que quiero hacer, simplemente lo hago: leer, escribir, pintar, tomar fotografías, bailar...
Soy una persona hiperactiva y creo que de ahí salió mi fortaleza para enfrentar todo lo que me sucedió el año pasado (su divorcio del productor Andrés), convencida de que he sido honesta de principio a fin. Soy coherente con lo que pienso, digo y hago, pues cuando no tienes nada que temer ni nada que ocultar, las cosas, al final, salen a la luz y se resuelven para mejor.
Nunca tuve miedo, no me dejé caer ni me hundí en depresión; al contrario, todo eso me dio una gran entereza para estar donde estoy ahora y creo que mi vida mejoró notablemente. Sí dio un giro de 180 grados, pero solo se enderezó.
Estoy viviendo un momento de plenitud, de agradecimiento y de mucho crecimiento. Siento que he renacido más fuerte y, de hecho, hace poco me tatué un ave fénix. No sabes qué tan fuerte eres hasta que lo tienes que demostrar y, hoy por hoy, miro hacia atrás y valoro lo que he logrado en tan poquitos meses, el lugar donde estoy y el proyecto que acaba de salir al aire; también tener a mi familia cerca, a mi pareja (el actor Hugo Catalán), trabajo y salud. Eso demuestra que, aunque tú creas que vives tu peor etapa, es todo lo contrario. Lo mejor siempre está por venir”, nos comparte.