Alguna vez Taylor Swift reveló frente a la cámara que sus fans, autodenominados como Swifties, podrían hacer TODO. Y, en efecto, estos fanáticos son considerados como algunos de los más excéntricos, pero es una novedad que también sean tan poderosos como para generar actividad sísmica.
Y es que, los fans de la cantante bailaron y saltaron tanto, alrededor de un estadio de Seattle, que provocaron actividad sísmica equivalente a un sismo de magnitud 2,3. Ciertamente, no es mucho para los microsismos que se viven día a día en la Ciudad de México, pero en otros países puede ser un movimiento notorio.
El sismo de los conciertos de Taylor Swift
Los expertos analizaron los datos de las fechas agotadas de la estrella en el estadio Lumen Field el 22 y 23 de julio frente a un total de más de 144 mil personas y kos datos encontraron que los espectáculos batieron un récord anterior en el Lumen, conocido como el 'Terremoto de la Bestia' de la ciudad.
El profesor Jackie Caplan-Auerbach, geólogo de la Universidad de Western Washington, le dijo al Seattle Times que el programa era 'Seismic Swift'. Según la experta, el temblor en los conciertos fue alrededor del doble de fuerte en el máximo del 'Terremoto de la Bestia'.
El 'Terremoto de la Bestia' fue cuando los fanáticos reaccionaron al touchdown del futbolista Marshawn Lynch para los Seattle Seahawks durante un partido de playoffs contra los New Orleans Saints, un evento que fue de una magnitud de 2.0.
Después de que un fanático local en Facebook le pidiera que mirara los datos, Caplan-Auerbach notó que la actividad del concierto de Swift era el doble de fuerte. Ella le dijo a CNN: “Tomé los datos de las dos noches del concierto y rápidamente noté que eran claramente el mismo patrón de señales. Si los superpongo uno encima del otro, son casi idénticos".
En total, la diferencia de magnitud entre 'Beast Quake' y 'Swift Quake' fue de 0,3 de magnitud, dijo Caplan-Auerbach: "La sacudida fue el doble de fuerte que 'Beast Quake". Absolutamente lo duplicó, así que los swifties ciertamente demostraron un poder inimaginable.
Ella explicó: "La principal diferencia es la duración del temblor. Animar después de un touchdown dura un par de segundos, pero eventualmente se apaga. Es mucho más aleatorio que un concierto. Para Taylor Swift, recopilé alrededor de 10 horas de datos donde el ritmo controlaba el comportamiento. La música, los altavoces, el ritmo. Toda esa energía puede hundirse en el suelo y sacudirlo".
Después del concierto, la propia Swift comentó sobre la energía en el estadio y dijo: "Seattle, ese fue realmente uno de mis fines de semana favoritos. Gracias por todo. Todos los vítores, gritos, saltos, bailes, cantos a todo pulmón".
Mouse Reusch, sismólogo de la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico, dijo que las ondas se convirtieron en un sonograma para determinar qué canciones tenían el mayor impacto según los latidos por minuto. Uno de sus alumnos descubrió que la canción 'Shake It Off' tenía la respuesta más fuerte, junto con 'Blank Space'.
Un terremoto de magnitud 2,3 se considera menor, con más de un millón sentido globalmente cada año. Aunque son perceptibles para los humanos, no son lo suficientemente fuertes como para dañar edificios.
¿Te lo imaginas?