El 24 de junio de 2023 fue un día sombrío para el mundo del espectáculo en México, ya que se dio a conocer la noticia del fallecimiento de Talina Fernández, una reconocida conductora y actriz mexicana, y hijo, Patricio Levy, decidió compartir con el público el lugar donde esparcieron sus cenizas como una forma de honrar su memoria.
Acapulco fue el escenario elegido para esparcir una parte de las cenizas de Talina. Patricio compartió en su cuenta de Instagram el emotivo momento en el que, justo durante el atardecer, llevaban las cenizas al mar.
Para esta ceremonia especial, eligieron llevar consigo caracolitos, una sandía y flores blancas.
Esta elección no fue al azar, ya que Talina creía firmemente en la santería y, como parte de una ofrenda a la deidad Yemayá, la diosa del mar, llevaron consigo una sandía como símbolo de protección.
¿Qué fue la santería para Talina?
Se trata de una religión de origen africano que se convirtió en una parte importante de la vida de Talina, quien siguió esta tradición por muchos años. Es por eso que llevaron parte de sus cenizas al mar, como un gesto de agradecimiento y devoción hacia la diosa que ella tanto veneraba.
¿En dónde esparcieron las cenizas de Talina Fernández?
No todo quedó en el mar, pues Coco Levy decidió quedarse con otra parte de las cenizas de su madre, pero con la promesa de que eventualmente también la dejaría partir, pues en muchas religiones se cree que al conservar las mismas, no se deja ir a la persona en paz.
Siguiendo el mismo patrón, llevó consigo una porción de las cenizas y, al igual que con la primera parte, las dispersó en el agua, aunque no solo en el mar, sino también en un río.
Por otro lado, Jorge Levy, otro de los hijos de Talina, llevó otra parte de sus cenizas a un lugar especial y significativo para la familia: el Desierto de los Leones. Fue en ese mismo sitio donde también se encuentran las cenizas de Mariana Levy, hermana de Patricio y Jorge, quien había fallecido en 2005, pero fueron a dejar las cenizas 6 meses antes de la muerte de Talina.
La elección de este lugar permitió reunir a madre e hija en un entorno que tenía un significado profundo para la familia Levy, pues sabemos que la relación que tenían las dos, era muy profunda.
La ceremonia de dispersión de las cenizas no se limitó a la familia directa, ya que algunos amigos cercanos de Talina también pidieron una parte para honrarla de una manera personal.
Para esto hubo una condición clara y explícita para quienes recibieron estas porciones: no debían dejar las cenizas encerradas en ningún lugar. Talina había dejado en claro que no le habría gustado esa idea, por lo que la repartición se realizó con la intención de que sus restos descansaran en lugares abiertos, y es por ello que sus amigos se quedaron una parte para ponerla en una planta.