Pese a que Shakira ha demostrado que está dispuesta a todo para obtener la custodia legal de sus hijos, por ahora no será así, la cantante y Gerard Piqué han llegado a un acuerdo "amistoso" y finalmente Sasha y Milan se quedan con su padre en Barcelona.
Tras unas vacaciones por los Estados Unidos que pintaban para que la colombiana y sus pequeños no volvieran al Viejo Continente, la situación ha tenido un revés que nadie vio venir, pues ahora el jugador del Barcelona tiene una tregua que podría ser beneficiosa en esta disputa legal.
Pese a que la custodia sigue siendo un tema sin resolver (estaba previsto que el 4 de agosto quedara definida), la intérprete de 'Te felicito' y el futbolista han acordado que por todo el mes de agosto Sasha y Milan regresen a su natal Barcelona para tener un mayor contacto con su padre.
Pero Shakira no querido quedarse en su residencia en Miami y también a vuelto a la ciudad en la que ha sido su hogar por más de 10 años, esto pese a que fuentes cercanas han mencionado que la cantante no tiene interés de estar más tiempo en España, de modo que ha regresado a su casa en la Ciudad Diagonal de Espluges de Llobregat.
De modo que sus hijos estarán presentes en el inicio de la liga española, algo que no se tenía previsto, incluso ni la propia participación de Piqué en las filas del club, pues recordemos que poco después de que se dio la noticia de la separación se habló de su salida del Barcelona.
A pesar de esto, las negociaciones por la custodia legal por Sasha y Milan continúan, el equipo legal Pilar Mañé, de Shakira, y Tamborero Abogados, de Piqué, continúan trabajando en busca de un acuerdo que beneficie a ambos.
El último reporte del tema de la custodia indicaba que el deportista había cedido a la intérprete de 'La tortura' y había otorgado el permiso para que sus hijos se mudaran con su madre a Miami, sin embargo existen altas posibilidades de que se queden en Barcelona por lo que resta del año.
Aparentemente este regreso a España tendría que ver también con la situación legal que enfrenta con la fiscalía, pues la colombiana está siendo acusada de fraude fiscal al evadir el pago de 14.5 millones de euros en impuestos entre 2012 y 2014, por lo que podría ir a prisión por ocho años y pagar una multa de 24 millones de euros.