La familia real británica es conocida por seguir un riguroso protocolo, ya sea frente a las cámaras o cuando estas no los están viendo. Por eso personajes que desafían estas estrictas reglas causan interés en el público general. Y aunque hoy en día Lady Di o Meghan Markle son los nombres más sonados, nadie fue más escandalosa como la ex esposa del príncipe Andrés, el hermano menor del Rey Carlos III: Sarah Ferguson, la duquesa de York.
Sarah Margaret Ferguson, o Fergie, como la bautizó la prensa británica, es hija de quien alguna vez fue el instructor de polo de la Familia Real. A pesar de esto creció siendo una joven sencilla, desaliñada y muy rebelde. Antes de conocer al duque de York por medio de su futura cuñada, Diana, Sarah Ferguson tuvo dos novios: Smith Bringahm y Paddy McNally, este último un empresario viudo con hijos adolescentes con el que vivió tres años, hasta que descubrió que le era infiel.
Ferguson conoció al hijo de la Reina Isabel II en 1985, cuando ella tenía 21 años. A los pocos meses de que su relación se hiciera oficial, la pareja anunció su compromiso con un anillo que sorprendió a la prensa. A partir de ahí, Fergie comenzó a hacer historia, y es que se convirtió en la primera royal en disfrutar de una despedida de soltera antes de su boda, en la que también participó la princesa Diana.
Poco importó que fuera una de las favoritas de la Reina Isabel II por su carisma, ya que la prensa comenzó a atacarla por sus kilos de más, su falta de clase y su comportamiento completamente alejado al protocolo.
En marzo de 1992 los duques de York anunciaron su separación, al mismo tiempo que se hicieron públicas unas fotografías en las que el millonario texano John Bryan le besaba los pies a Fergie, todo esto mientras sus hijas, Beatriz y Eugenia, jugaban en una alberca. Estas imágenes fueron las responsables de que el Duque de Edimburgo expulsara a Ferguson y las jóvenes princesas de las vacaciones de invierno en el castillo de Balmoral.
A partir de ahí Fergie se vio en el ojo del huracán. Cuatro años después del escándalo con Bryan, la duquesa de York escribió un libro de memorias My Story, el cual terminó de dañar lo poco que quedaba de su reputación.
En 2009, Ferguson por poco y se convierte en la primera integrante de la Casa de Windsor en declararse en bancarrota. Los rumores indican que incluso llegó a vender información privada de su ex esposo con el fin de poder reunir el capital que liquidaría sus deudas.
Fergie ha demostrado amar a las cámaras de televisión, lo cual la llevó a participar en un capítulo de la exitosa serie norteamericana Friends y en 2010 realizó una entrevista en el show de Oprah, en donde admitió que se encontraba bajo los efectos del alcohol cuando vendió a la prensa información privada del duque de York.
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