Sara García, quien es mejor conocida como “La Abuelita de México” y por ser imagen de una de las marcas de chocolate para beber más famosas de nuestro país, fue el centro de atención en muchas ocasiones, incluso después de fallecida.
Y es que luego de que su carrera y trayectoria como actriz traspasara las fronteras de nuestro país, reconociéndola como una de las mejores actrices y una leyenda del cine mexicano, sobre todo en la llamada Época de Oro, y también por haber realizado más de 150 películas, además de llevar a cabo algunas participaciones en televisión, la vida privada de Sara García está llena de incertidumbres y dudas.
Lo poco que se sabe es que quiso mucho a Pedro Infante, y que tuvo una hija que falleció cuando tenía tan solo 21 años de edad, además, Sara se casó una sola vez, pero terminó divorciándose. También se conoce que ella no tenía familia en nuestro país, ya que sus padres eran de España y murieron cuando ella era una niña. Fue bien sabido que no se quiso volver a casar y tampoco quiso tener otro hijo, pero las amistades sí las hacía con sus compañeros de trabajo.
Pero hubo una mujer que no estaba involucrada en la industria del cine, su nombre era Rosario González, con quien se le relacionó muchas veces de manera sentimental. Ella era su confidente, su íntima amiga, pero siempre se les relacionó como pareja, ya que se ha dicho que se conocieron desde muy jóvenes y que fueron compañeras en el colegio de las Vizcaínas.
Cuando eran adultas, volvieron a coincidir y ambas ya eran divorciadas y estaban solas sin compromisos, así que, por lo que se comenta, decidieron vivir juntas; de ahí que María Fernanda Ibáñez, hija de Sara, llamara “tía” a la amiga de su madre, pues también estuvo a cargo de su crianza.
De ahí Rosario y Sara se hicieron inseparables. González ayudaba a la actriz a tomar decisiones con relación a su carrera, la orientaba con su vestuario e incluso era su administradora. Se dice que vivieron juntas en una casa de la Colonia del Valle, Ciudad de México, hasta la muerte de Sara en 1980. Con eso se originó el Obituario LGBTTTI Mexicano e incluso el actor Manuel “Flaco” Ibáñez aseguró que Sara y Rosario fueron amantes. Entre las cosas que se han dicho sobre esta relación es que en ocasiones la actriz decía a modo de broma se “iba a echar un Rosario”, haciendo referencia a su pareja.
La escritora Guadalupe Loaeza publicó en 2011 un libro llamado En el clóset. En este hablaba de personajes históricos que pertenecían a la comunidad LGBTTTI+, además de que dedicó una parte a García y sostuvo que, en efecto, tenía cierta preferencia hacia las mujeres. De cualquier manera, es sabido que Sara y Rosario estuvieron juntas por décadas. Por otra parte, se dice que la actriz dejó a su compañera como su única heredera cuando falleció. Finalmente, la “Abuelita de México” murió por un paro respiratorio el 21 de noviembre de 1980.
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