En Chic Style no podíamos cerrar el año de mejor manera que con esta portada de Samantha Siqueiros, una actriz que parece que fue de la nada que irrumpió en la escena artística, pero que (y esto pasa muy a menudo) en realidad si se le escarba tantito uno descubre que tiene 10 años preparándose y tocando puertas.
Pero la última puerta ya estaba abierta antes de lo que ella se imaginaba. La actriz, quien es originaria de La Paz y se mudó a la CDMXen 2013 para estudiar actuación, se había ido a vivir a Madrid en 2019 y le encantó tanto que decidió quedarse, pero la realidad fue más dura de la que imaginó.
“Fue una travesía que no me esperaba. Tuve que estudiar el acento castellano, buscar directores de casting y empezar desde cero. Pasé más de tres años así, dándole y buscando, hasta que dije: ‘No, no es para mí; me regreso a mi país que me ha querido tanto’”, comparte.
La actriz, de 29 años, ya había hecho las maletas y avisado a su familia que se regresaba. “De repente me llaman para decirme: ‘¿Quieres hacer un casting antes de que te vayas?’. Y me dije: ‘Voy a hacerlo divirtiéndome’. Me acuerdo que disfruté mucho haciendo el casting y me fui a comprar ropa porque quería vestir al personaje. Lo jugué así para mí y me lo quedé. Me di cuenta de que estuve persiguiendo mucho tener un proyecto aquí y ser exitosa y aprendí en ese momento que cuando sueltas recibes cosas que no te esperas”, admite.
Del proyecto que habla es Berlín, la precuela de la famosa serie de Netflix, La casa de papel, que ahora se enfoca en el personaje que lleva por nombre.
En esta, Samantha es una de las protagonistas y da vida a Camille, una francesa de la cual se enamora Pedro Alonso, quien personifica a Berlín, y que se estrena hoy. Para este personaje, la actriz tuvo que aprender a hablar francés, pues la serie se desarrolla en París, así como cantar, aunque como viene de una familia de músicos, esa habilidad en realidad ya la tenía más desarrollada de lo que ella misma creía.
Platicamos con Samantha Siqueiros, desde Madrid, sobre su nueva serie y sobre sus inicios en la actuación y su infancia en México.
Después de años, ¿por qué crees que llegó este proyecto a tu vida?
Los personajes te escogen y llegan en un momento en tu vida en el que tienes que aprender algo. Necesitaba encontrar una parte femenina de mí que no hallaba y Camille vino a enseñarme eso, a que yo también puedo ser femenina.
¿No podías ser femenina?
Vengo de una familia con puros hermanos, entonces, de alguna manera, para sobrevivir o para pertenecer siempre tuve un carácter muy fuerte. Mis amigos me consideran una guerrera, siempre estoy peleando y tengo una energía muy masculina. Me ven toda chiquita, pero me encantan los deportes y soy fitness coach; mucha gente no se lo imagina. Mi zona de confort ha sido esa parte masculina, y el salir de ahí y sentirme cómoda en mi feminidad, como lo es Camille, ha sido todo un reto. Tengo esta energía desbordante como una manera de expresarme y siempre tengo que estar haciendo algo y estar ocupada. Yo veía a mi papá persiguiendo a mi hermano para que se pusiera su guante para jugar béisbol y, si yo quería, me decía que no por ser niña. Entonces adoptaba estas actitudes de niño para ver si así mi papá accedía a jugar conmigo. Yo lo que quería era estar cerca de él.
¿Cómo es que nació tu sueño de ser actriz?
Cuando tenía 18 años estaba en una etapa de no saber qué iba a hacer con mi vida, aunque tenía un sentimiento de que tendría que ser algo relacionado con la televisión, pero no sabía si reportera, conductora, etc. Entonces, me fui a la Ciudad de México a estudiar al CEA. Mi hermano había estado ahí, renté un cuartito y el primer año me costó muchísimo. Me salí, pero como vie-ron que tenía potencial aunque me faltaba seguridad, me dejaron libre el acceso para cuando quisiera entrar a las clases. Entonces fui conociendo a gente por fuera del CEA, que me invitaban a ver cortos y que tenían otra visión del medio de la actuación. Yo no tenía ese nivel de conciencia, pero poco a poco lo fui adquiriendo y en ese momento regresé a estudiar.
¿Cómo fue crecer en La Paz?
Fue bastante alegre por la parte musical. Nos reuníamos los familiares a cantar y todos sacaban las guitarras. Tengo una familia fiestera y pachanguera, buscan cualquier pretexto para comer (ríe). Vengo de un pasa-do humilde y siempre estudié en es-cuelas públicas, pero nunca me faltó nada, y el apoyo de mis padres siem-pre ha estado. Incluso mis primos están orgullosos de mí y me siento muy comprometida con ellos.